Andrés de Urdaneta (1498-1568). El navegante que trazó la ruta entre Asia y América

Andrés de Urdaneta (1498-1568). El navegante que trazó la ruta entre Asia y América

Andrés de Urdaneta fue un destacado militar, explorador, religioso y cosmógrafo español que marcó un hito en la historia de la navegación y exploración en el siglo XVI. Nacido en Villafranca (Guipúzcoa) en 1498, su vida estuvo llena de peripecias que lo llevaron a participar en algunas de las expediciones más significativas de su tiempo, contribuyendo de manera decisiva a la expansión del imperio español en el Pacífico y a la trazabilidad de las rutas de navegación más importantes de la época.

Contexto de su Nacimiento y Formación

Andrés de Urdaneta nació en un contexto marcado por la expansión imperial española en América y Asia. La Edad Moderna era un período de descubrimientos, avances científicos y un afán por el dominio de nuevas tierras. En su juventud, Urdaneta recibió una sólida formación que incluyó estudios de Filosofía y autores clásicos, lo que consolidó su capacidad intelectual. Su carrera militar comenzó temprano, involucrándose en diversas campañas en Europa, lo que no solo fortaleció su formación militar, sino que también le permitió adquirir experiencia en la lucha y el liderazgo.

Logros y Momentos Importantes de su Vida

El Primer Viaje

El primer gran momento en la vida de Urdaneta llegó en 1524, cuando se unió a la expedición que organizó fray García Jofre de Loaysa con el objetivo de alcanzar las islas de las Especias, conocidas por su riqueza en especias exóticas. Esta expedición partió de La Coruña con siete naves y tuvo un viaje lleno de dificultades, incluyendo combates contra los portugueses que ya se habían asentado en las islas de las Especias. A pesar de que la expedición fue un fracaso debido a la pérdida de varias naves y la captura de la tripulación por parte de los portugueses, Urdaneta recopiló información invaluable sobre la geografía de la región. Después de años de cautiverio, Urdaneta, junto con otros miembros de la expedición, fue liberado tras el Tratado de Zaragoza en 1527, que estipulaba la compensación económica para los portugueses a cambio de la libertad de los prisioneros.

A su regreso a España, la información recopilada por Urdaneta fue, sin embargo, arrebatada por los portugueses, lo que provocó un largo desencanto, aunque también consolidó su renombre como experto en navegación y geografía.

La Estancia en México y el Segundo Viaje

En 1538, Urdaneta se trasladó a México, donde ocupó varios cargos importantes. Su experiencia y conocimientos en navegación no pasaron desapercibidos, y en 1553, tras ingresar en la Orden de los Agustinos, su vida dio un giro al retirarse del mundo activo y dedicarse a la vida religiosa. Sin embargo, en 1564, el rey Felipe II (quien reinó entre 1556 y 1598) solicitó su ayuda para la exploración del Pacífico, especialmente por la necesidad de establecer una ruta de regreso desde las Filipinas, que se había convertido en un punto de interés estratégico para la corona española.

A pesar de su avanzada edad y salud delicada, Urdaneta aceptó colaborar en la expedición, pero solo como asesor. Su sugerencia para el liderazgo de la expedición recayó sobre Miguel López de Legazpi, quien sería el encargado de comandar la expedición hacia las Filipinas.

El 21 de noviembre de 1564, la expedición partió hacia el Pacífico, comenzando un viaje que cambiaría la historia de la navegación. En el camino, Urdaneta hizo un descubrimiento crucial: en lugar de seguir una ruta directamente hacia las Filipinas, sugirió un desvío hacia Nueva Guinea, lo que finalmente permitió descubrir las islas de las Marshall y las Carolinas. Estas islas se convirtieron en parte de los descubrimientos que marcaron la ruta de ida y vuelta entre Asia y América.

El «Tornaviaje» y el Descubrimiento de la Ruta de Regreso

Uno de los logros más significativos de Urdaneta fue el «tornaviaje», la ruta de regreso entre Filipinas y América. Después de que la expedición fundara la primera ciudad española en Filipinas, San Miguel, Urdaneta fue encargado de regresar a Nueva España para informar al virrey de los avances. En su viaje de regreso, logró trazar una nueva ruta que aprovechaba la corriente de Kuro Shivo, lo que les permitió llegar a Acapulco (California) el 8 de octubre de 1565, descubriendo la ruta más corta entre Asia y América.

Este descubrimiento fue de suma importancia para el comercio y la comunicación entre ambos continentes, ya que permitió que las futuras expediciones siguieran la misma ruta durante más de dos siglos. El tornaviaje se convirtió en una de las rutas más transitadas por el Galeón de Manila, que operó de manera sistemática hasta 1815.

Impacto en la Sociedad y su Tiempo

El impacto de Urdaneta no solo se limitó a sus descubrimientos, sino que también influyó en la expansión del imperio español en el Pacífico y en la consolidación de rutas comerciales clave. Las islas Filipinas, bautizadas en honor al rey Felipe II, se convirtieron en un territorio estratégico para España, y la creación de una ruta de navegación que conectaba Asia con América facilitó el comercio de especias, productos y cultura a lo largo del Pacífico.

Además, la vida de Urdaneta refleja la compleja interacción entre la religión y la exploración en la época. Su ingreso en la Orden de los Agustinos y su retiro del mundo activo no impidieron que siguiera desempeñando un papel crucial en la expansión imperial, demostrando cómo los religiosos también estaban profundamente involucrados en los asuntos coloniales y en la exploración geográfica.

Legado y Controversias Posteriores

El legado de Urdaneta es indiscutible, pero también está marcado por varias controversias. A lo largo de los siglos, su figura ha sido vista con admiración por su contribución a la navegación, pero también ha sido criticada por la conquista de territorios fuera de los límites establecidos por el Tratado de Zaragoza. Urdaneta mismo expresó su disconformidad con la ocupación de las Filipinas, ya que consideraba que las islas caían fuera de las demarcaciones acordadas en dicho tratado.

A lo largo de los años, la figura de Urdaneta ha sido reinterpretada en diferentes contextos históricos y políticos. En la actualidad, su legado se celebra por su habilidad como navegante y explorador, pero también se cuestiona el impacto de la colonización en las regiones que descubrió y ocupó.

Reflexión Final: Un Hombre entre la Fe y la Navegación

Andrés de Urdaneta es un ejemplo de cómo los personajes históricos pueden dejar un legado complejo, que trasciende los logros evidentes para tocar aspectos más profundos de la exploración humana y la expansión de imperios. Su vida, marcada por la fe religiosa, la dedicación a la monarquía española y el conocimiento científico, deja interrogantes sobre las decisiones de los exploradores y los colonizadores. ¿Cómo deben ser evaluadas sus contribuciones hoy, en el contexto de la globalización y el respeto a las culturas originarias? La figura de Urdaneta, como la de tantos otros exploradores de su tiempo, sigue siendo un campo fértil para el debate sobre los legados de la expansión imperial y la navegación en tiempos de la colonización.

Bibliografía

  • URDAÑEDA, Andrés de. «Relación summaria del viaje y sucesos del comendador Loaysa desde 24 de julio de 1525», en Martín Fernández de Navarrete, Biblioteca marítima española, Colección V, (Madrid, Vda. de Calero, 1851).

  • «De las Islas Filipinas», vol. I, doc. núms. 34 y 35, pp. 427-460, en Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y organización de las antiguas posesiones españolas de Ultramar, 2ª serie, (Madrid, 1886-1932).