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HistoriaPolíticaBiografía

Sulayman Ibn Hud al-Mustasin, Rey de la taifa de Zaragoza (ca. 975-1047).

Rey de la taifa de Zaragoza, nacido hacia 975 y muerto en 1047. Su llegada al poder en Zaragoza supuso la desaparición de la dinastía de los tuyibíes, que habían gobernado la Marca Superior de Al-Andalus desde 1018, y el comienzo de la dinastía de los Banu Hud, que hizo de Zaragoza la más grande y poderosa de todas las taifas. Junto con los tuyibíes, los hudíes mantuvieron con gran vigor el Islam frente a la cristiandad, hasta tal punto que Huesca fue reconquistada después que Toledo. Los Banu Hud mantuvieron su reinado sobre Zaragoza hasta la toma de la ciudad por los almorávides en 1110.

Los Banu Hud eran árabes, de una familia originaria de la tribu de Yudam al-Yamaniyya y Hud fue el primero de ellos que se estableció en Al-Andalus. Sulayman Ibn Hud formó parte del ejército de Almanzor. Durante la época califal fue gobernador de Tudela y Lleida, nombrado por Mundir I; después de que éste declarase su independencia en Zaragoza, en 1018, Sulayman se mantuvo más o menos sometido a los régulos tuyibíes de Zaragoza. Ese mismo año Sulayman mandó la milicia aragonesa (una especie de milicia extranjera), en el ejército de Mundir I, en la guerra contra Granada; tras la derrota del Tuyibí, Sulayman fue el encargado de conducir las tropas zaragozanas de vuelta a la Marca Superior.

Durante los años en que fue gobernador Sulayman Ibn Hud mantuvo constante hostilidad con el rey Sancho III el Mayor de Navarra y encabezó varios ataques contra sus posesiones. En 1031 acogió en Lleida a Hisham III, el depuesto califa cordobés que se refugió al amparo de Sulayman hasta su muerte pocos años después.

En octubre de 1039, tras el asesinato de Mundir II en Zaragoza, Sulayman fue requerido por los notables zaragozanos para que tomase el gobierno de la ciudad en sustitución de Abdallah Ibn al-Hakam; este mismo año tomó los títulos de Mustasin y Hayib, según prueban sus monedas. Durante su corto reinado reunió las ciudades más importantes de la Marca Superior y entregó a cada uno de sus hijos el mando de una provincia: Lleida a Yusuf, Huesca a Lubb (Lope), Tudela a Mungir ibn Sulayman, Calatayud a Muhammad y su hijo Ahmed permaneció con él en Zaragoza y le sucedió a su muerte.

Sulayman al-Mustasin fue, junto con Abu Amr Abbad de Sevilla, el más importante de los régulos que reconocieron como califa al falso Hisham II y que se opusieron al partido beréber, que permaneció fiel al Hammudí Idris Ibn Yahya, señor de Málaga. En 1043 murió Abu Muhammad Ismail, rey de Toledo, que había permanecido neutral y no había reconocido a ninguno de los pretendientes al califato, y fue sucedido por su hijo Abul Hasm Yahya Ibn Ismail, por lo que Sulayman trató de expandir su reino a costa de los territorios de su vecino toledano. Un ejército al mando de su hijo Ahmed logró conquistar Guadalajara (1043) sin grandes dificultades, gracias a la existencia de una facción adicta a los Banu Hud. El rey de Toledo marchó con otro ejército para reconquistar Guadalajara, pero fue derrotado por Ahmed, que venció la batalla y persiguió a Yahya hasta Talavera, donde éste se había refugiado. Desde entonces se creó una gran enemistad entre ambos reyes, que recurrieron a la ayuda cristiana para enfrentarse entre ellos. En 1044 García de Pamplona, hijo de Sancho III de Navarra, invadió el territorio hudí en connivencia con Yahya de Toledo, que había enviado al rey cristiano un elevado tributo para ganar su alianza; durante el verano de aquel año ambos aliados se apropiaron de todas las cosechas y mataron a los moradores de las tierras de Sulayman. Además, a cambio del reconocimiento del falso Hisam II, Yahya consiguió concluir una alianza con Abbad de Sevilla en contra de Sulayman, aunque los problemas internos del régulo sevillano le impidieron cumplir su promesa.

Por su parte Sulayman pagó parias a Fernando I de Castilla para conseguir su ayuda en su guerra contra Yahya. En 1045, el rey castellano atacó los territorios de Toledo y causó grandes daños en la capital y todo el país, lo que obligó a Yahya a pedir una tregua en nombre del Islam. Sulayman se mostró en principio a favor de la tregua, pero al poco tiempo del regreso de la embajada toledana el rey de Zaragoza continuó con los ataques contra el reino de su vecino, especialmente contra la ciudad de Medinaceli. El rey de Toledo requirió de nuevo la ayuda de García de Pamplona, que devastó la región situada entre Huesca y Tudela, de donde pasó a la conquista de Calahorra; Sulayman, al conocer la magnitud del ejército enemigo rehusó enfrentarse al navarro y le dejó tomar la ciudad sin resistencia, pero solicitó de nuevo la ayuda de Fernando I. El rey castellano invadió las tierras de Yahya, cuyos habitantes se refugiaron en la capital. Desde Medinaceli Yahya regresó a Toledo y negoció con Fernando I la retirada de sus tropas a cambio de una elevada cantidad de dinero.

Según las crónicas árabes las hostilidades entre los reinos de Toledo y Zaragoza terminaron con la muerte de Sulayman Ibn Hud al-Mustasin en el año 438 de la Hégira (1047). Su reino quedó dividido entre sus hijos como ya se ha visto. Ahmed sucedió a Sulayman en Zaragoza y se enfrentó en diferentes guerras civiles a sus hermanos para reunificar el reino de su padre.

Bibliografía

  • DOZY, R. Histoire des Musulmanes d'Espagne juste la conquete de l'Andalusie pas les Almoravides. París, 1932.

  • JOVER ZAMORA, J. M. (dir). "Los reinos de Taifas. Al-Andalus en el siglo XI", en Historia de España Menéndez Pidal, vol. VIII-I. Madrid, Espasa Calpe, 1994.

  • TURK, A. El Reino de Zaragoza en el siglo XI de Cristo (V de la Hégira). Madrid, 1978.

JMMT

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero