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MedicinaBiografía

Díaz, Francisco (ca. 1530-1590).

Médico español nacido en Rioseras (Burgos) hacia 1530 y fallecido en Madrid en 1590.

Estudió en la Universidad de Alcalá, donde obtuvo el título de bachiller en medicina (1551) y más tarde los de licenciado (1555) y doctor (1559). Sus principales maestros fueron Fernando Mena y Francisco Valles, destacadas figuras del galenismo humanista e hipocratista. Valles le transmitió, además, su interés por la nueva anatomía vesaliana que Díaz estudió bajo la dirección de Pedro Jimeno y de Luis Collado, cabezas de la escuela anatómica valenciana: “Ximeno, doctísimo valenciano y el primero que con elegancia y erudición y gran destreza comenzó a poner la ejecución de cortar y a hacer anatomía en la ciudad de Valencia, donde tanto resplandece la medicina y la anatomía al presente [...] y no tengo yo poca jactancia de haber gastado en esta ciudad algún tiempo, y tener por maestro al peritísimo doctor Collado y al doctor Ximeno”. Terminados sus estudios, ejerció la profesión en Burgos hasta 1570, fecha en la que se trasladó a Madrid como cirujano de cámara de Felipe II, cargo que ocupó hasta su muerte.

De todos los cirujanos españoles del siglo XVI, Díaz es el que dispuso de una información científica más rica y actualizada, como lo demuestran las citas de sus libros y el contenido de su biblioteca, en la que figuraban ejemplares de las obras más representativas de las nuevas orientaciones de la cirugía, la medicina, la anatomía y la historia natural.

Su primera publicación fue un Compendio de Chirurgia (1575) destinado a los cirujanos romancistas. Incluye un excelente resumen “de la anatomía del cuerpo humano”, el estudio de los “apostemas”, las “heridas” y las “úlceras” -como era habitual en los textos quirúrgicos de la época- y un interesante ”Tratado de cuatro enfermedades”: la “ninfea” o hipertrofia del clítoris, las “hernias”, las “almorranas” y la “flema salada que llaman empeines”. Dejó también manuscrito un tratado de anatomía, al que se refirió en los siguientes términos en 1588: “Prometo de sacar mi Anatomía que de todo el cuerpo humano tengo compuesta, donde procederé más a la larga, sin dejar cosa que a este negocio toque sin declarar”.

La importancia histórica de Díaz se debe, sin embargo, a su Tratado de todas las enfermedades de los Riñones. Vexiga y Carnosidades de la Verga y Urina (1588), generalmente considerado como el punto de partida de la urología moderna. La base doctrinal del Tratado es el galenismo en su versión “hipocratista” que había situado en primer lugar la observación clínica bajo la inspiración de los escritos hipocráticos. Ello no excluye un interés inicial por el paracelsismo que Riera ha detectado en ciertas expresiones utilizadas por el cirujano castellano, en las cuales cita explícitamente a Paracelso. La presencia en su biblioteca de un ejemplar de la traducción latina de Die grosse Wundarzney habla también en el mismo sentido. Por otra parte, la importancia que Díaz concedía a la nueva morfología se refleja en los capítulos acerca de la anatomía de los riñones, la vejiga y los genitales masculinos que encabezan los tres “libros” de la obra.

El estudio clínico de las afecciones urológicas lo fundamenta en “observationes” propias, muchas de ellas con informe de autopsia. Una de ellas corresponde a la última enfermedad de su maestro Fernando de Mena. Entre las demás, destaca un caso de “llaga de los riñones”, como ejemplo de la forma en la que Díaz recurrió a la lesión anatómica como clave del diagnóstico: “Juan Velázquez, caballero del hábito de Santiago y del Consejo de las Ordenes, varón clarísimo que habiendo padecido un gravísimo ardor de urina, con sospecha de gravísimos médicos que tenía piedra, aunque no fundados en las señales que ansí discretisimamente dijeron su parecer, sólo el licenciado Ruy García dijo no tener piedra en riñón, ni en vejiga, lo cual contradijeron los otros gravísimos médicos, y viendo la disensión, con alguna sospecha quise asistir al abrirle, y le hallamos en la vejiga una llaga sórdida y negra y maliciosa, la cual habíamos confesado tener el Licenciado Ruy García y yo, y no piedra, porque por los excrementos se dejaba entender claro; y pasando adelante, el riñón derecho sanísimo, pero el izquierdo tenía un cancro del tamaño de una gran yema de huevo durísimo, cosa bien olvidada de todos. Tenía el pulmón dañado, casi todo estiomenado y perdido, sin haber señal en todo el proceso en la respiración, porque siempre estuvo libre, sin dificultad en ella [...] pasando, pues, más adelante hallamos una piedra pequeña en el hígado, del tamaño de una haba, negra como pez, y en la hiel, dentro, le hallamos diez piedras negras, con algunas vetas amarillas muy pequeñas”.

A la exposición de los tratamientos quirúrgicos concede tanta o mayor importancia que a la consagrada a los aspectos clínicos y patológicos. La litiasis y las “carnosidades” uretrales eran los principales problemas de la urología operatoria en este período. Díaz no solamente ofrece un análisis sistemático de las técnicas hasta entonces empleadas, sino que introduce innovaciones originales. Ideó una tenaza para extraer los cálculos vesicales por vía uretral y, sobre todo, fue el inventor de la uretrotomía anteroposterior: “Para este caso [el tratamiento de las estrecheces uretrales], andando confuso y con mucho cuidado, buscando remedio o instrumento que fuese para esto bastante y que lo pudiese hacer presto y con el menor peligro que se pudiese, y viendo que tampoco aprovechaba el plomo como los demás dichos, vine a dar en que se hiciese una como algalia, y que como la algalia está abierta por los lados, lo está este instrumento por la punta, de modo que hubiese dentro una verga de plata con su punta, e ir cortando la callosidad poco a poco, para mayor seguridad [...] Háse de usar desta manera. Meter este instrumento hasta donde estuviere la carnosidad o callo, y luego apretar como he dicho y cortar con mucho espacio, con el mayor ritmo que se pudiere, y desta manera proseguir hasta acabar de romper la callosidad. Bien sé que este instrumento es de alguna manera peligroso, pero mayor peligro es quedarse en su ser la dureza, porque della se siguen los daños que muchas veces tenemos declarados, y así de dos daños hemos de socorrer al mayor”.

Bibliografía

Fuentes

Compendio de Chirurgia en el cual se trata de todas las cosas tocantes a la teorica y practica della, y de la anatomia del cuerpo humano: con otro breve de las cuatro enfermedades. (Madrid; Casa de Pedro Cosin, 1575).
Tratado nuevamente impreso, de todas las enfermedades de los Riñones, Vexiga, y Carnosidades de la Verga, y Urina, dividido en tres libros. (Madrid; Francisco Sánchez, 1588); reedición conjunta con FRAGOSO, Juan. Cirugia Universal. (Madrid; Carlos Sánchez, 1643); reedición con estudio introductorio de MOLLA Y RODRIGO R. (Madrid; Biblioteca Clásica de la Medicina Española, 1922); reedición facsímil, sin estudio introductorio (Barcelona; Eco, 1968).

Estudios

ESCRIBANO GARCÍA, V. La Cirugía y los cirujanos españoles del siglo XVI. I. El Dr. Francisco Díaz. 2ª edición. (Granada; Imp. de P. Ventura Traveset, 1938).
LÓPEZ PIÑERO, J. M., BUJOSA, F. y TERRADA, M. L. Clásicos españoles de la anatomía patológica anteriores a Cajal. Spanish Classics on Pathology before Cajal. (Valencia; Cátedra e Instituto de Historia de la Medicina, 1979, pp. 10-13, 67-70).
MOLLA Y RODRIGO, R. "El Dr. Francisco Díaz y sus obras", en DÍAZ, Francisco. Tratado de todas las enfermedades de los riñones [...]. Vol. I. (Madrid; Biblioteca Clásica de la Medicina Española, 1922, pp. 9-64).
PUIGVERT, A. “'Enfermedades de los Riñones, Vexiga, y Carnosidades de la Verga' by Francisco Díaz. Comments on an old book", en European Urology, nº 4. (1978, pp. 231-235).
RIERA, J. "La obra urológica de Francisco Díaz", en Cuadernos de Historia de la Medicina Española. Vol. 6. (1967, 13-59).
SÁNCHEZ CAPELOR, F. La obra quirúrgica de Francisco Díaz. (Salamanca; Seminario de Historia de la Medicina, 1959).
SUÉNDER, E. Noticias de las obras del Dr. Francisco Díaz. (Madrid; Imp. Ginestá, 1888).

J. M. L. P.

Autor

  • JMLP