José María Ruiz-Mateos Jiménez de Tejada (1931-2015). El empresario que desafió al poder político y económico
José María Ruiz-Mateos Jiménez de
Tejada, nacido el 11 de abril de 1931 en Rota, Cádiz, y fallecido el 7
de septiembre de 2015 en el Puerto de Santa María, fue uno de los
empresarios más polémicos y emblemáticos de la historia económica
reciente de España. Su vida y obra no solo definieron una época marcada
por la expansión empresarial y las transformaciones del capitalismo
español, sino que también dejaron una profunda huella en la memoria
colectiva por las controversias y los litigios que rodearon su
trayectoria. Fundador de RUMASA (Ruiz Mateos Sociedad Anónima)
y figura clave en la escena empresarial del franquismo tardío y la
transición democrática, Ruiz-Mateos simbolizó tanto el auge económico
como las turbulencias políticas de su tiempo.
Contexto de su Nacimiento y Formación
El entorno en el que nació y creció
José María Ruiz-Mateos fue determinante para la construcción de su
carácter emprendedor y su visión empresarial. Su infancia transcurrió
en Rota, un municipio gaditano vinculado al comercio marítimo y al
comercio de vinos, actividades que marcaron el ritmo económico de la
zona y que serían el germen de su temprana vocación empresarial. Hijo
de un comerciante de vinos, su primera educación en el seno de una
familia numerosa —seis hermanos— le inculcó los valores de trabajo
duro, austeridad y solidaridad familiar.
Su paso por el colegio de los
salesianos de Ronda, Málaga, y su graduación como profesor mercantil en
la Escuela de Comercio de Jerez de la Frontera, completaron una
formación técnica y disciplinada, adaptada a los retos de la posguerra
española y las oportunidades que ofrecía el desarrollismo económico de
la dictadura franquista. Estos primeros años forjaron en Ruiz-Mateos
una mentalidad de crecimiento sostenido, reinversión constante y
audacia empresarial que serían las señas de identidad de su futuro
imperio.
Logros y Momentos Importantes de su Vida
En 1961, José María Ruiz-Mateos
dio el paso decisivo que marcaría el resto de su vida: reunió a un
pequeño grupo de empresas y fundó RUMASA. Con apenas 300.000 pesetas y
siete empleados, sentó las bases de un conglomerado empresarial que en
apenas dos décadas se convertiría en uno de los más poderosos de
España. La adopción del logotipo de la abeja dentro de un hexágono
simbolizaba su filosofía empresarial: trabajo constante, organización
eficiente y expansión sin descanso.
El traslado de la sede central de
RUMASA a Madrid en 1967 impulsó la proyección nacional del grupo, que
en tan solo diez años gestionaba ocho bancos, 59 empresas filiales y
asociadas, y empleaba a más de 15.000 personas. Durante la década de
1971 a 1982, el crecimiento fue vertiginoso: RUMASA llegó a facturar
350.000 millones de pesetas, crear 60.000 puestos de trabajo directo y
300.000 indirectos, y a contar con recursos propios valorados en 51.400
millones de pesetas. Su holding englobaba cerca de 700 sociedades en
sectores tan diversos como la banca, la alimentación, la hostelería y
la industria.
Este impresionante crecimiento
convirtió a RUMASA en la primera empresa privada de España que durante
20 años no distribuyó dividendos, reinvirtiendo todos sus beneficios en
nuevos proyectos y adquisiciones. Para Ruiz-Mateos, la reinversión
constante era un mandato casi sagrado, convencido de que el verdadero
valor de la empresa residía en su expansión y su capacidad para crear
empleo.
Impacto en la Sociedad y su Tiempo
La expansión de RUMASA tuvo un
impacto profundo en la economía y la sociedad españolas, especialmente
en un periodo caracterizado por la apertura económica y la
transformación del tejido empresarial tras la dictadura. Ruiz-Mateos
ofreció una imagen de empresario dinámico y ambicioso, capaz de
competir con los grandes consorcios nacionales y de proyectar la imagen
de una España moderna y pujante.
La dimensión social de RUMASA fue
igualmente relevante: miles de familias encontraron en sus empresas una
fuente de trabajo y estabilidad en tiempos de incertidumbre económica.
Sus inversiones en diversos sectores productivos y su participación en
la financiación de proyectos culturales y sociales fortalecieron su
figura como un empresario paternalista, comprometido con el desarrollo
y la prosperidad general.
Sin embargo, este crecimiento
acelerado y su modelo de reinversión sin reparto de beneficios
generaron tensiones y suspicacias entre las élites políticas y
financieras. La opacidad de sus operaciones y el volumen de su
entramado empresarial empezaron a ser cuestionados a medida que el
grupo crecía, y la confianza de los sectores gubernamentales se fue
debilitando.
Legado y Controversias Posteriores
El 23 de febrero de 1983 marcó un
punto de inflexión en la vida de José María Ruiz-Mateos y en la
historia económica de España: el gobierno socialista decidió expropiar
RUMASA, alegando irregularidades contables y un agujero financiero
estimado en 200.000 millones de pesetas. La expropiación convirtió a
Ruiz-Mateos en un símbolo de la confrontación entre el empresariado
privado y el poder político, y en un personaje que pasaría de la cima
del éxito a la condición de perseguido judicial.
A partir de entonces, Ruiz-Mateos
vivió años de defensiva permanente: se autoexilió en Londres durante un
año, fue declarado en rebeldía por la justicia española y protagonizó
una serie de declaraciones cada vez más beligerantes contra las
autoridades e instituciones del país. Su figura se convirtió en un
referente de la resistencia empresarial frente al intervencionismo
estatal, aunque también en un ejemplo de los excesos y riesgos del
capitalismo especulativo.
En 1997, tras un largo periplo
judicial y una frenética carrera política que le llevó incluso a
obtener dos escaños en el Parlamento Europeo, la Audiencia Nacional de
Madrid lo absolvió de los delitos de falsedad en documento mercantil.
Pese a la absolución, la sombra de la expropiación y las dudas sobre
sus métodos empresariales persistieron.
Lejos de rendirse, Ruiz-Mateos,
junto a sus hijos, reconstruyó parte de su imperio bajo el nombre de
Nueva Rumasa, que llegó a emplear a 16.000 trabajadores. Sin embargo,
los problemas financieros volvieron a acecharle: en septiembre de 2011,
el grupo Black in Business adquirió Nueva Rumasa, que estaba nuevamente
en serios problemas económicos. Tanto Ruiz-Mateos como sus hijos fueron
imputados nuevamente en casos de corrupción y mala praxis empresarial,
lo que añadió un nuevo capítulo a su controvertida trayectoria.
Una Figura que Provoca Debate y Revisión
La vida de José María Ruiz-Mateos
ofrece un prisma complejo y multifacético para entender las
transformaciones económicas y políticas de la España contemporánea. Su
ascenso meteórico y su abrupta caída ilustran tanto las posibilidades
como los riesgos de un capitalismo expansivo, en un país que en los
años 60 y 70 buscaba modernizarse y diversificar su economía.
Más allá de las cifras y los
titulares, Ruiz-Mateos encarna la tensión constante entre la ambición
empresarial y las exigencias del poder público, y plantea preguntas
fundamentales sobre el equilibrio entre la iniciativa privada y la
responsabilidad social. Su defensa tenaz de su obra empresarial, su
retórica desafiante y su capacidad para reinventarse tras cada crisis
han mantenido viva su figura en el debate público, como ejemplo de las
luces y sombras de la empresa familiar y de los retos que acompañan a
los grandes proyectos económicos.
A
día de hoy, la figura de José María Ruiz-Mateos sigue siendo motivo de
reflexión: ¿fue un visionario que creó riqueza y empleo de manera
ejemplar o un empresario que llevó demasiado lejos su ambición
personal? La respuesta no es sencilla, pero su legado, con sus aciertos
y sus controversias, invita a seguir estudiándolo como parte esencial
de la historia económica y política de España.