Louis-François Roubiliac (ca. 1705-1762): El último gran escultor barroco en Londres
Louis-François Roubiliac (ca. 1705-1762): El último gran escultor barroco en Londres
Louis-François Roubiliac fue un
escultor francés que marcó la transición del barroco al rococó en la
escultura inglesa, y su influencia perdura en la historia del arte.
Nacido alrededor de 1705 en Lyon, Francia, y fallecido en Londres en
1762, Roubiliac dejó una huella profunda en la escultura del siglo
XVIII, sobre todo en la capital británica, donde desarrolló casi toda
su carrera artística.
A pesar de que se sabe poco sobre
su formación y primeros años, su obra demuestra una clara influencia de
las enseñanzas de grandes maestros europeos. De hecho, se cree que fue
discípulo de Balthasar Permoser, un escultor de renombre especializado
en marfil y porcelana, en Dresde. Posteriormente, pasó a trabajar como
ayudante de Nicolás Coustou, un destacado escultor barroco francés, en
París. Esta doble formación en distintos estilos y enfoques se reflejó
claramente en el arte que desarrolló durante su carrera.
Contexto de su Nacimiento y Formación
La vida de Louis-François
Roubiliac se desarrolla en un momento de profundos cambios artísticos,
particularmente en Europa, donde las formas barrocas dominaban la
escena. Lyon, su ciudad natal, era un importante centro de comercio y
producción en Francia, lo que sin duda influyó en su posterior interés
por el arte. Aunque se desconocen los detalles exactos de sus años de
formación, su trabajo posterior revela un sólido dominio de las
técnicas escultóricas de la época. La influencia de figuras como
Nicolás Coustou, cuyas creaciones barrocas se caracterizaban por un
dramatismo y una atención minuciosa a los detalles, es claramente
evidente en las primeras obras de Roubiliac.
La estancia de Roubiliac en
Dresde, donde se formó con Permoser, fue igualmente crucial, ya que
Permoser era conocido por sus complejas esculturas de marfil y
porcelana, lo que proporcionó al joven escultor una base sólida en el
trabajo con materiales difíciles y un enfoque muy detallado. La
combinación de ambas influencias permitió que Roubiliac desarrollara su
estilo personal, que fusionaba el barroco y el rococó de manera única.
Logros y Momentos Importantes de su Vida
En 1730, Roubiliac fue galardonado con el prestigioso Prix de Rome,
un premio concedido en París que le permitió viajar a Italia y
continuar su formación artística. Sin embargo, en lugar de permanecer
en Roma, decidió mudarse a Londres ese mismo año, un cambio de
residencia que marcaría el resto de su vida. El motivo detrás de este
traslado es incierto, pero se cree que tuvo que ver con su conversión
al protestantismo, lo que pudo haberle impulsado a abandonar Francia.
En Londres, Roubiliac comenzó a
trabajar con otros escultores prominentes, como los hermanos Thomas y
Benjamin Carter, y con Henry Cheere. Su llegada a Inglaterra coincidió
con un momento de florecimiento cultural en el país, donde la escultura
estaba comenzando a tomar un nuevo rumbo, más influido por las
tendencias rococó. A pesar de que inicialmente trabajó junto a estos
artistas establecidos, pronto se estableció como escultor independiente
en 1740.
Uno de los logros más destacados de su carrera fue la famosa estatua de Handel
que realizó en 1738. Esta escultura, ubicada en los jardines de
Vauxhall en Londres, le otorgó gran notoriedad y marcó el inicio de una
serie de encargos que consolidaron su carrera. La estatua de Handel es
un claro ejemplo de su habilidad para capturar la esencia de sus
sujetos con una sencillez y viveza propias del rococó.
En los años posteriores, Roubiliac
recibió numerosos encargos para monumentos funerarios, como el que
realizó en 1746 para el duque de Argyll en la Abadía de Westminster,
un lugar donde su obra tendría una importante presencia. Sin embargo,
fue en 1761 cuando completó uno de sus trabajos más memorables y
dramáticos: el monumento funerario de Joseph y Lady Elizabeth Nightingale,
que aún se conserva en la abadía. Esta obra es considerada por muchos
como su obra maestra, destacándose por su profundidad emocional y su
impactante expresividad.
Impacto en la Sociedad y su Tiempo
Roubiliac fue una figura clave en
la transición del arte barroco al rococó en Inglaterra. Aunque la
escultura barroca ya estaba en declive en muchas partes de Europa, el
escultor francés logró combinar las dinámicas del barroco con las
tendencias más suaves y ornamentales del rococó, lo que le permitió
crear una obra única que fue muy apreciada en su época.
Sus retratos en busto, realizados
en mármol y terracota, son una parte fundamental de su legado. Estos
bustos no solo capturaban los rasgos físicos de sus sujetos, sino
también sus personalidades y emociones. Entre sus retratos más famosos
se encuentran los de William Hogarth, el célebre pintor inglés, y el Papa Alejandro, los cuales revelan su destreza para captar la esencia de sus modelos con gran detalle.
La contribución de Roubiliac a la
escultura inglesa fue tan significativa que su influencia se dejó
sentir en el trabajo de otros escultores importantes, como Michael Rysbrack, quien continuó su legado, así como en el de artistas menos conocidos como William Halfpenny y Thomas Adye.
Su estilo fresco y dinámico inspiró a una generación de escultores que
marcarían la transición hacia el estilo neoclásico en la Inglaterra del
siglo XVIII.
Legado y Controversias Posteriores
A pesar de sus grandes logros y su
influencia en la escultura inglesa, Roubiliac no murió en la abundancia
que su éxito artístico podría haber sugerido. Falleció el 11 de enero
de 1762 en Londres, sumido en la pobreza, un hecho que contrasta con la
fama que gozó en vida. Su legado, sin embargo, perduró mucho más allá
de su muerte, y su estilo se mantuvo vigente en las obras de sus
discípulos y en la escultura británica de la época.
Su trabajo ha sido objeto de
numerosas interpretaciones a lo largo del tiempo. Aunque fue celebrado
en su época por su habilidad técnica y su enfoque expresivo, las
generaciones posteriores también han debatido sobre la relación entre
su estilo rococó y los ideales más sobrios del arte neoclásico que
tomarían fuerza a finales del siglo XVIII. Su obra, en muchos sentidos,
fue una transición entre dos eras artísticas, y ha sido vista por
algunos como un precursor del cambio hacia el arte más racional y
austero del siglo XIX.
En la actualidad, los monumentos
funerarios que Roubiliac creó, como el de Joseph y Lady Elizabeth
Nightingale, siguen siendo admirados por su dramatismo y su capacidad
para expresar emociones complejas a través de la escultura. La figura
de Roubiliac sigue siendo un símbolo de la vitalidad de la escultura
barroca en su última fase en Inglaterra, y su legado sigue siendo
estudiado y apreciado por los amantes del arte.
El Legado de Roubiliac en el Arte Contemporáneo
El estudio de la figura de
Louis-François Roubiliac sigue siendo fundamental para entender la
evolución de la escultura en Inglaterra. Su vida y obra abren
interrogantes sobre la transición entre el barroco y el rococó, así
como sobre el papel de los artistas extranjeros en el desarrollo
cultural de un país. Roubiliac no solo fue un gran escultor de su
tiempo, sino que también dejó un legado que sigue siendo debatido y
explorado por las generaciones posteriores, cuyas interpretaciones han
dado nueva luz a su figura histórica.
Hoy
en día, la escultura de Roubiliac sigue siendo una referencia para los
estudiosos del arte, y su vida invita a reflexionar sobre las tensiones
entre el éxito y la pobreza, la fama y el olvido, temas que siguen
siendo relevantes en el estudio de cualquier figura histórica.