Mariano Lagasca y Segura (1776-1839). El botánico español que marcó una era en la historia natural

Lagasca y Segura, Mariano (1776-1839). El botánico español que marcó una era en la historia natural

Mariano Lagasca y Segura fue un botánico español cuyo trabajo trascendió fronteras y contribuyó de manera significativa a la ciencia botánica de su tiempo. Nacido en Encinacorba, Zaragoza, en 1776, y fallecido en Barcelona el 26 de junio de 1839, Lagasca dedicó su vida a la botánica, la historia natural y la ciencia en general. Su legado como director del Jardín Botánico de Madrid y catedrático de Agricultura perdura en las contribuciones esenciales que hizo a la comprensión de la flora española y su clasificación. En este artículo, exploraremos las facetas más relevantes de su vida, sus logros y su impacto en la sociedad de la época.

Contexto de su nacimiento y formación

Mariano Lagasca nació en una familia de campesinos acomodados en un pequeño pueblo de Zaragoza. Desde joven, sus padres aspiraban a que siguiera la carrera eclesiástica, pero Lagasca mostró un marcado desacuerdo con esta idea, prefiriendo seguir sus propios intereses. En su adolescencia, inició estudios en filosofía y humanidades en casa de Antonio Verdejo, canónigo de la catedral de Tarragona, donde comenzó a gestarse su interés por las ciencias naturales. En esta época, conoció a Antonio Martí Franqués, un influyente botánico que desempeñó un papel crucial en la vida de Lagasca al inspirarlo a estudiar botánica y acompañarlo en sus primeras herborizaciones.

Poco después, en 1795, Lagasca se trasladó a Zaragoza para estudiar medicina, aunque su verdadero interés por la botánica le llevó a cambiar su rumbo hacia Valencia. Allí, asistió a las clases de Vicente A. Lorente, un reconocido botánico de la época, en el Jardín Botánico de la ciudad. Durante su estancia en Valencia, entre 1795 y 1800, además de su formación médica, continuó profundizando en la botánica, recorriendo diversas regiones como Valencia, Murcia y provincias cercanas, recolectando una gran cantidad de especies vegetales. Fue en este periodo cuando Lagasca entró en contacto con Alexander von Humboldt, quien más tarde sería una de las figuras más influyentes de la historia de la ciencia natural.

Logros y momentos importantes de su vida

A lo largo de su vida, Mariano Lagasca se distinguió no solo por su investigación en botánica, sino también por su capacidad para contribuir a la creación de una estructura científica sólida en España. En 1800, se trasladó a Madrid para continuar sus estudios y ampliar su herbario. Durante su viaje a la capital española, a pie, dedicó su tiempo a herborizar, y pronto se encontró con Antonio José Cavanilles, quien se mostró profundamente impresionado por su herbario. Cavanilles, en calidad de catedrático del Jardín Botánico de Madrid, se convirtió en su mentor y protector, permitiendo que Lagasca se integrara al equipo del Jardín Botánico, donde desempeñó un papel clave en la reorganización de esta institución.

En 1803, el gobierno español envió a Lagasca a realizar una herborización en Asturias con el objetivo de confeccionar una flora española. En esta expedición, recolectó más de dos mil especies, entre ellas el liquen de Islandia, cuya utilización en medicina fue esencial en la época. Este descubrimiento marcó un hito en la botánica, pues hasta ese momento el liquen se debía importar en grandes cantidades, lo que lo hacía costoso y difícil de obtener.

Con el fallecimiento de Cavanilles en 1804, Lagasca continuó su trabajo en el Jardín Botánico bajo la dirección de Francisco Antonio Zea, quien lo sucedió en la cátedra. Juntos continuaron con el desarrollo del Jardín, y en 1807, Lagasca fue nombrado profesor titular. Durante este tiempo, no solo avanzó en la clasificación de especies, sino que también adoptó el método de las familias naturales de Agustín Pyramus de Candolle, contribuyendo a la expansión de este sistema en España. Su trabajo fue una fuente constante de publicaciones en los Anales de Ciencias Naturales, consolidándose como una figura clave en la botánica española.

Impacto en la sociedad y su tiempo

El impacto de Mariano Lagasca no se limitó solo a su tiempo en el ámbito científico, sino que también tuvo una notable influencia en las estructuras sociales y científicas de su época. Durante el reinado de José Bonaparte, en 1808, cuando España vivió una gran agitación política y social debido a la invasión napoleónica, Lagasca no aceptó la dirección del Jardín Botánico de Madrid ofrecida por el gobierno de José Bonaparte. En cambio, se alistó como médico del ejército español en la lucha contra los franceses. Su contribución durante la epidemia de fiebre amarilla en el sur de España fue destacada, ya que publicó varios folletos informativos para la población, recomendando medidas higiénicas para combatir el contagio.

Al mismo tiempo, no dejó de herborizar, y en 1811, publicó el primer número de Amenidades naturales de las Españas, donde describió el género de plantas Chaenontophoraea, posteriormente conocido como Labiatifloras por Candolle. Su interés por los cereales también fue prominente, y en colaboración con Simón de Rojas Clemente, comenzó a elaborar una Ceres española. Con estos trabajos, Lagasca contribuyó al estudio de los cereales y su clasificación.

Legado y controversias posteriores

El legado de Mariano Lagasca en el ámbito botánico es incuestionable. Sin embargo, su vida estuvo marcada por varias controversias que afectaron su carrera. En 1823, tras la caída del gobierno liberal, Lagasca se exilió en Londres, donde continuó su trabajo y fue bien recibido por la comunidad científica inglesa. En Inglaterra, Lagasca tuvo la oportunidad de colaborar con figuras como William Hooker, Robert Brown y John Lindley, y se unió a la Linnean Society, una de las sociedades científicas más prestigiosas del mundo. Sin embargo, muchos de sus trabajos permanecieron inéditos debido a la falta de suscripciones.

En su regreso a Madrid tras la muerte de Fernando VII, Lagasca fue nombrado de nuevo profesor del Jardín Botánico y presidente de la junta de gobierno del Museo de Historia Natural. A pesar de los ataques de sus enemigos y de la decepción que sintió al ver el estado de la botánica en España, su contribución al desarrollo de la botánica española nunca dejó de ser importante. Sin embargo, su salud se vio gravemente afectada por las dificultades que enfrentó, lo que le llevó a trasladarse a Barcelona, donde fallecería poco después.

Reflexiones finales: La relevancia de su figura en la historia de la botánica

La figura de Mariano Lagasca sigue siendo fundamental en el estudio de la botánica y la historia natural de España. Su contribución a la ciencia, tanto en sus estudios sobre flora como en sus innovaciones en la clasificación de especies, dejó una huella indeleble. A lo largo de los años, su trabajo ha sido valorado y revalorizado por diversas generaciones, aunque también ha sido objeto de críticas y controversias. Lagasca no solo fue un gran botánico, sino un hombre que vivió intensamente los cambios sociales y políticos de su tiempo. Su vida y legado siguen provocando reflexión y estudio, convirtiéndolo en una de las figuras más importantes de la ciencia española del siglo XIX.

Bibliografía

Fuentes:

  • Colmeiro, M: La Botánica y los botánicos de la Península Hispano-lusitana. Estudios bibliográficos y biográficos, Madrid, M. Rivadeneyra, 1858, p. 127.

  • Carreño, Eduardo: «Notice sur la vie et les écrits du botaniste espagnol D. Mariano La Gasca» en Annales de Sciences Naturelles (Botanique), 14 (1840), 146-161.

  • Yañez, Agustín: Elogio histórico de D. Mariano La Gasca, Barcelona, 1842.