Catalina de Erauso (1592-1650). La heroína que desafió las normas y cambió la historia de América
Catalina de Erauso, nacida en 1592 en San Sebastián y fallecida en 1650 en Cuitlaxtla, México, es uno de los personajes más fascinantes y enigmáticos de la historia de España y América. Conocida como la «monja alférez», su vida está llena de aventuras, coraje y transgresión, ya que desafió los límites impuestos por la sociedad de su tiempo. Su historia, marcada por un cambio de identidad radical y un sinfín de peripecias, ofrece una visión única de la época colonial, de la lucha por la supervivencia y de la persistente búsqueda de autonomía personal.
Contexto de su Nacimiento y Formación
Catalina de Erauso nació en el seno de una familia noble en San Sebastián, una ciudad en el País Vasco, donde su padre, el capitán Miguel de Erauso, era conocido por su carrera militar. Desde temprana edad, fue enviada al convento de dominicas de San Sebastián, donde pasó gran parte de su infancia. Sin embargo, esta no fue una etapa feliz en su vida. Según relatos históricos, la joven Catalina fue maltratada por una de las monjas, lo que, sumado a su deseo de libertad, la impulsó a abandonar el convento a los 15 años, un acto que marcaría el inicio de su fascinante y transgresora trayectoria.
El 18 de enero de 1600, con tan solo 15 años, Catalina salió del convento vestida de hombre, un paso audaz que cambiaría su destino. A partir de este momento, comenzó a vivir bajo el nombre de Francisco Loyola, adoptando una identidad masculina para poder recorrer libremente las ciudades del norte de España. Este cambio radical en su vida fue solo el principio de su vida aventurera.
Logros y Momentos Importantes de su Vida
Catalina de Erauso vivió una vida llena de acontecimientos extraordinarios. Tras huir del convento, viajó a Vitoria, donde robó algo de dinero para seguir su camino, y luego se trasladó a Valladolid, donde trabajó como paje bajo el nombre falso de Francisco Loyola. A medida que avanzaba en su travesía, Catalina se embarcó hacia las Américas, primero llegando a Panamá y luego a Perú, donde su vida tomó un giro aún más decisivo.
En Perú, Catalina comenzó a destacarse como un hábil espadachín. Su destreza con la espada y su valentía no pasaron desapercibidos, lo que la llevó a unirse al ejército que luchaba contra los araucanos en Chile. En 1616, se alistó en la guerra bajo el nombre de Alonso Díaz Ramírez de Guzmán, donde, a lo largo de varios años, demostró su valentía y fue ascendida a alférez. Su habilidad en combate le valió reconocimiento, pero también le trajo varios contratiempos, incluidos enfrentamientos violentos y problemas con la justicia.
Uno de los episodios más sombríos de su vida fue cuando, en una reyerta, mató a una persona y fue encarcelada en Trujillo. A pesar de esto, logró escapar y continuar con su camino, en ocasiones enfrentando desafíos tan grandes como el peligro de ser descubierta.
Impacto en la Sociedad y su Tiempo
El impacto de Catalina de Erauso en la sociedad de su tiempo fue significativo. A pesar de ser mujer, se enfrentó a las estructuras patriarcales de la época adoptando una identidad masculina, participando en batallas y conquistando una fama que cruzó las fronteras de América y Europa. Su vida fue un desafío directo a las expectativas de género y a las normas sociales que dictaban lo que una mujer debía ser.
En Chile, durante la guerra contra los araucanos, Erauso no solo luchó valientemente, sino que también se ganó el respeto de sus compañeros de armas. Su ascenso a alférez fue un reconocimiento a sus habilidades militares, un logro notable para una mujer disfrazada de hombre en una sociedad militarmente dominada por hombres. A través de su participación en estas luchas, Catalina demostró que las mujeres podían desempeñar roles de liderazgo y valentía, aunque su existencia se mantuvo oculta bajo una identidad falsa.
Su vida estuvo marcada por la constante huida de la justicia, no solo debido a sus habilidades en combate, sino también por su involucramiento en disputas amorosas y su relación con el juego, lo que la puso en conflicto con las autoridades. Sin embargo, la historia de Catalina de Erauso también resalta la lucha por la autonomía y la libertad individual en un contexto donde las mujeres eran vistas como sujetos subordinados.
Legado y Controversias Posteriores
El legado de Catalina de Erauso es complicado y ha sido objeto de reflexión y debate durante siglos. Su figura ha sido reinterpretada a lo largo de los años, y su historia ha sido utilizada como símbolo de la lucha por la libertad y la autonomía femenina, pero también ha sido cuestionada por su transgresión de las normas establecidas.
En el Perú de la época, la revelación de su identidad femenina causó gran revuelo. Cuando finalmente fue reconocida como mujer, luego de ser capturada tras una reyerta en Huancavelica, la noticia de su condición de mujer sorprendió tanto a las autoridades como a la población. A partir de ese momento, su fama creció, y recibió la protección de la iglesia, que le permitió vestirse como hombre. Este permiso otorgado por el Papa Urbano VIII, quien le concedió la posibilidad de seguir vistiendo ropas masculinas, es uno de los aspectos más singulares de su vida. Esta autorización papal se convirtió en un símbolo de la excepcionalidad de su existencia.
Al regresar a España, Catalina de Erauso recibió una pensión por sus servicios y fue recibida por la corte del rey Felipe IV. A pesar de su fama y reconocimiento, su vida estuvo marcada por la pobreza y la lucha constante por sobrevivir, como lo demuestra su largo tiempo de mendicidad en Barcelona antes de recibir apoyo económico.
El retrato pintado por Francisco Pacheco en 1630 es una de las pocas representaciones visuales que existen de ella y una prueba de su existencia histórica. A lo largo de los años, su biografía fue conocida principalmente a través de su autobiografía, que fue publicada en París en 1829 y que reveló la verdadera magnitud de sus hazañas.
Reflexión Final: La Monja Alférez, un Ícono de Rebeldía
El relato de Catalina de Erauso, la «monja alférez», sigue siendo un tema de reflexión sobre las complejidades de la identidad, el género y la lucha por la autonomía personal. Su vida es una constante búsqueda de libertad y reconocimiento en un mundo que no estaba dispuesto a aceptar a las mujeres en los roles que ella eligió desempeñar. Su capacidad para vivir bajo una identidad masculina y desempeñar un papel destacado en el ámbito militar demuestra una resiliencia que ha trascendido el tiempo y sigue siendo objeto de estudio.
Hoy en día, la figura de Catalina de Erauso es considerada un ícono de rebeldía y autonomía. Sin embargo, su historia también plantea preguntas sobre las estructuras sociales de la época, las limitaciones impuestas a las mujeres y las formas en que la historia puede ser reinterpretada. Su legado, que ha sido admirado y criticado en igual medida, sigue siendo un tema de debate y reflexión, tanto por su transgresión como por el impacto que tuvo en la sociedad de su tiempo. La vida de Catalina de Erauso, marcada por su valentía, su ingenio y su lucha por la independencia, continúa provocando interrogantes sobre las normas que rigen el comportamiento y el destino humano.