Alberto Cortez (1940-2019). El legado de un cantautor argentino que cautivó al mundo

Alberto Cortez (1940-2019). El legado de un cantautor argentino que cautivó al mundo

Alberto Cortez, uno de los artistas más emblemáticos de la música latinoamericana, dejó un legado imborrable en la historia de la música popular. Nacido como José Alberto García Gallo en Rancul, Argentina, el 11 de marzo de 1940, Cortez dedicó su vida a la creación y difusión de canciones que reflejaban su profundo amor por la música y la poesía. Su versatilidad como cantante y compositor lo hizo trascender fronteras, convirtiéndolo en un ícono de la música no solo en Argentina, sino también en España y en muchos otros países de habla hispana. Cortez falleció en Móstoles, Madrid, el 4 de abril de 2019, dejando atrás una carrera llena de éxitos y una huella imborrable en la cultura musical del siglo XX.

Contexto de su Nacimiento y Formación

Alberto Cortez nació en el seno de una familia argentina en Rancul, un pequeño pueblo ubicado en la provincia de La Pampa. Desde sus primeros años, el entorno de su vida fue marcado por la naturaleza tranquila del campo argentino, lo que probablemente influenció su sensibilidad artística. En su juventud, Cortez comenzó estudios en Derecho en Buenos Aires, pero fue la música la que lo sedujo. A medida que avanzaba en su carrera académica, la música se fue convirtiendo en su verdadera pasión. Fue en esta etapa donde comenzó a cantar en programas televisivos como Media noche en la capital del Plata, un espacio que le permitió dar sus primeros pasos como cantante.

A principios de los años 60, Cortez formó parte de la orquesta San Francisco, lo que lo llevó a realizar una gira por Europa. Durante este tiempo, se trasladó a España, buscando nuevas oportunidades para consolidar su carrera, y allí encontró un hogar definitivo. Esta decisión marcó un punto de no retorno en su vida y carrera. Fue en la primera etapa de su carrera en España donde se le conoció como Mister Sucu Sucu, un apodo que adquirió gracias al éxito de su tema homónimo. En esta etapa inicial, su estilo musical estaba muy influenciado por las tendencias de la música ligera de los años 60, lo que lo convirtió en una figura popular en la música argentina y latinoamericana.

Logros y momentos importantes de su vida

A lo largo de su carrera, Alberto Cortez experimentó una evolución significativa en su estilo musical. Si bien en sus primeros años de carrera se destacó en el ámbito de la música ligera, pronto empezó a abrazar una faceta más madura y profunda como cantautor. En 1967, después de estar insatisfecho con las canciones superficiales de su primera etapa, decidió adoptar una imagen más seria y comprometida como músico, siguiendo el ejemplo de dos de sus compatriotas más destacados: Eduardo Falú y Atahualpa Yupanqui.

Este cambio en su carrera se consolidó con un recital ofrecido en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el 25 de abril de 1967, donde presentó su nuevo enfoque artístico. El éxito fue rotundo, y Cortez comenzó a trabajar en discos de mayor calidad, reflejando su transformación como artista. En 1967, lanzó Poemas y canciones, un disco que recogía gran parte de este recital y que fue muy bien recibido por el público. El éxito de este álbum fue tal que se publicó un segundo volumen en el mismo año. Además, en esa misma época, Cortez lanzó otro disco con temas de Atahualpa Yupanqui, lo que consolidó su conexión con las raíces de la música argentina y latinoamericana.

En 1969, Cortez dio un paso más en su carrera con el lanzamiento de El compositor, el cantante, un disco que marcó su consolidación como uno de los grandes cantautores de la música latinoamericana. Entre los temas más destacados de este álbum se encuentran canciones como «Cuando un amigo se va», «El abuelo» y «Hay un Madrid». Este trabajo demostró la capacidad de Cortez para capturar las emociones más profundas de sus oyentes y consolidó su posición como una figura clave en la música de autor.

Además de sus éxitos como cantante, Cortez también se dedicó a colaborar con otros artistas de renombre. Introdujo a su público español a figuras como Facundo Cabral, con quien adaptó la canción «Pobrecito mi patrón», y colaboró con Patxi Andión, con quien grabó los temas «Puede ser el txacolí» y «Los ejecutivos». Esta apertura a colaborar con otros artistas de renombre reflejaba su disposición a explorar nuevos horizontes y enriquecer su música con diversas influencias.

La carga poética de su música fue otro de los aspectos que definieron su carrera. Cortez no solo se dedicó a escribir canciones, sino que también musicalizó obras de grandes poetas. En su repertorio, encontramos versiones de poemas de Antonio Machado, uno de los escritores más importantes de la literatura española, cuyo poema Las moscas fue interpretado por Cortez en una versión que fue luego recogida por Joan Manuel Serrat, quien la difundió por toda España. Además, Cortez dedicó canciones a Jorge Luis Borges, otro de los gigantes de la literatura argentina, con temas como «La lluvia sucede en el pasado», incluido en su disco Soy un charlatán de feria (1976).

Impacto en la Sociedad y su Tiempo

A lo largo de su carrera, Alberto Cortez dejó una huella profunda en la sociedad y la cultura musical de su tiempo. Su música trascendió el ámbito de la simple canción popular para convertirse en una reflexión sobre la vida, la amistad y las emociones humanas. Su capacidad para fusionar la poesía con la música hizo de sus composiciones una verdadera obra de arte que resonó en la sociedad de su época.

En 1974, Cortez recibió un encargo de la Cadena SER y de la Deutsche Welle para componer una canción para la radionovela Como el ave solitaria, un proyecto que le permitió explorar su creatividad en otros géneros musicales y expandir su horizonte artístico. Este encargo marcó un punto de inflexión en su carrera y consolidó su estatus como un músico versátil y profundamente comprometido con su arte.

Uno de los momentos más destacados de su carrera fue en 1984, cuando publicó Gardel… como yo te siento, un homenaje al legendario Carlos Gardel. Este álbum contó con la colaboración de Astor Piazzolla, otro de los grandes íconos de la música argentina, y fue uno de los discos más importantes de su carrera. En este trabajo, Cortez no solo rindió homenaje a uno de los más grandes artistas de la música argentina, sino que también demostró su capacidad para conectar la tradición musical con la innovación contemporánea.

Legado y Controversias Posteriores

El legado de Alberto Cortez sigue vivo a través de las canciones que compuso y de los artistas que se han visto influenciados por su obra. Su estilo único, que fusionaba la poesía con la música, lo convirtió en un referente indispensable en la música de autor. A pesar de haber fallecido en 2019, su música continúa siendo escuchada por generaciones de fans y sigue siendo una fuente de inspiración para nuevos cantautores.

El impacto de Cortez en la música latinoamericana va más allá de su éxito comercial. Su capacidad para transmitir emociones profundas y conectar con los oyentes lo convirtió en un verdadero artista de la música popular, cuya obra sigue siendo estudiada y apreciada en la actualidad. Su legado también se extiende a la forma en que la música popular puede ser un vehículo para transmitir poesía, reflexión y conciencia social.

En tiempos recientes, la figura de Cortez ha sido reinterpretada por diversos movimientos y generaciones. Su música, que en su momento fue una reflexión sobre la vida y la amistad, sigue siendo un punto de referencia en un contexto social y político muy diferente al de su época. La figura de Cortez sigue siendo relevante en debates contemporáneos sobre el papel de la música como vehículo de cambio social y reflexión.

Reflexión Final

El legado de Alberto Cortez es un testimonio de cómo la música puede trascender el tiempo y el espacio para tocar el corazón de quienes la escuchan. Su capacidad para fusionar lo popular con lo profundo, lo emocional con lo poético, lo hizo un verdadero pionero de la música de autor. Aunque ya no está entre nosotros, su obra sigue siendo un faro que ilumina a nuevas generaciones de artistas y oyentes, recordándonos la importancia de la música como una forma de expresión profunda y universal.

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