John Constable (1776-1837). El pintor que revolucionó el paisaje romántico inglés

John Constable (1776-1837) fue uno de
los más grandes exponentes del paisajismo romántico, una corriente que
transformó la pintura del paisaje en Europa. Nacido en East Bergholt,
Suffolk, Constable dedicó su vida a plasmar la belleza natural de su
entorno, utilizando innovadoras técnicas que marcarían un antes y un
después en el arte de la pintura inglesa. Su legado, sin embargo, solo
fue plenamente reconocido en vida en el ámbito internacional,
especialmente en Francia, donde su obra sería altamente valorada y
admirada por artistas de la talla de Eugène Delacroix.

Contexto de su Nacimiento y Formación

John Constable nació en una familia
acomodada de East Bergholt, una pequeña localidad rural en el condado
de Suffolk, Inglaterra, el 11 de junio de 1776. Era el segundo de seis
hijos de Golding Constable, un exitoso molinero, y Ann Watts. La
familia de Constable vivió entre los molinos de Dedham y Flatford,
propiedades de su padre, lo que le permitió al joven Constable
desarrollar un profundo vínculo con el paisaje rural desde temprana
edad. Este entorno natural fue clave en la formación de su estilo y su
visión del mundo.

La educación formal de Constable
fue inicialmente en escuelas privadas locales, primero en Lavenham y
luego en la escuela de gramática de Dedham. A pesar de que su destino
parecía estar encaminado hacia el negocio familiar de transporte de
grano y harina, el joven Constable no mostró mucho interés en continuar
con el negocio de su padre. Su inclinación hacia el arte surgió a
través de su aprendizaje con John Dunthorne, un fontanero local y
pintor aficionado. A esta formación inicial le seguiría un periodo en
la Royal Academy de Londres, donde aprendería las bases de la pintura,
aunque de manera autodidacta debido a las dificultades internas de la
institución durante esos años.

Logros y momentos importantes de su vida

A lo largo de su vida, Constable
fue testigo de momentos trascendentales que no solo definieron su
carrera, sino que también marcaron su desarrollo personal. En 1799, su
padre le dio permiso para continuar sus estudios artísticos en Londres,
donde comenzó a relacionarse con figuras influyentes en el mundo del
arte. Fue entonces cuando su amor por la pintura se consolidó,
especialmente después de conocer a George Beaumont, quien lo animó a
seguir su camino. En 1802, Constable presentó su primer paisaje en la
galería de la Royal Academy, evento que sería solo el comienzo de una
serie de exposiciones anuales que mantendría casi hasta su muerte en
1837.

La relación de Constable con el
paisaje inglés fue una de las características que definieron su obra.
Pasaba largos veranos en su hogar en East Bergholt, observando y
pintando la naturaleza. A través de sus cuadernos de bosquejos y
estudios al aire libre, construyó una serie de obras que capturaban la
luz, el agua y las texturas del paisaje rural, innovando con una paleta
de colores mucho más brillantes que la tradicionalmente usada por la
escuela inglesa.

En cuanto a su vida personal,
Constable vivió una de las historias de amor más destacadas dentro del
contexto de su carrera. En 1809 conoció a María Bicknell, una joven con
la que se casó en 1816 después de superar la oposición de su abuelo. La
unión fue feliz y fructífera, con siete hijos nacidos de este
matrimonio. No obstante, la salud de María siempre fue débil, lo que
culminó en su muerte prematura en 1828, un hecho que afectó
profundamente a Constable y que lo inspiró a producir algunas de sus
obras más emotivas.

Su fama en Inglaterra fue tardía,
pero internacionalmente, su obra alcanzó una prominencia significativa.
En 1824, tres de sus trabajos fueron exhibidos en el Salón de París,
donde fueron aclamados por los artistas franceses. Eugène Delacroix,
una figura clave del Romanticismo, alabó la calidad de su trabajo, y el
éxito en Francia permitió que Constable vendiera numerosas obras en ese
país, aclamado por pintores como los de la escuela de Barbizon.

Impacto en la Sociedad y su Tiempo

El impacto de John Constable en el
mundo del arte fue profundo y duradero, no solo por sus innovaciones
técnicas, sino por cómo su obra transformó la visión del paisaje en la
pintura. Constable rompió con las tradiciones establecidas por los
pintores anteriores, abandonando las bases de color castaño de la
pintura holandesa y británica. En su lugar, adoptó una paleta más
vibrante, utilizando el color en bruto y aplicando pequeñas pinceladas
que transmitían mejor los efectos de la luz natural. Esta técnica
innovadora le permitió crear paisajes llenos de vida, capturando la
atmósfera y los reflejos en el agua con una precisión que hasta
entonces era desconocida.

El uso de la pintura al aire libre
fue otra de sus grandes aportaciones al arte. En lugar de depender
únicamente de sus estudios en el estudio, Constable prefería pintar
directamente en el campo, observando los cambios de luz y las
variaciones del clima. Esto le permitió capturar la esencia de la
naturaleza de manera más fiel, y su influencia en la escuela de
Barbizon y, más tarde, en los impresionistas fue notable.

Su obra también reflejaba una
profunda conexión con su entorno rural, y sus paisajes eran una
representación idealizada de la vida en el campo inglés. Sin embargo,
en su obra no solo se encontraba belleza natural, sino también una
reflexión sobre la vida rural y sus transformaciones sociales y
económicas. El paisaje se convirtió en un vehículo para explorar la
interacción del hombre con la naturaleza, mostrando tanto la serenidad
como los desafíos de la vida campestre.

Legado y Controversias Posteriores

A lo largo de los siglos, el
legado de John Constable ha sido reinterpretado en diversas ocasiones.
Aunque en vida su trabajo fue subestimado en Inglaterra, su fama creció
considerablemente después de su muerte. Su obra influyó en generaciones
de pintores, especialmente en los impresionistas franceses, quienes
vieron en su tratamiento de la luz y el color una fuente de inspiración
clave. Pintores como Claude Monet y Pierre-Auguste Renoir se sintieron
atraídos por su estilo y su dedicación al paisaje al aire libre.

No obstante, su legado no estuvo
exento de controversia. Si bien muchos lo consideran uno de los más
grandes paisajistas de todos los tiempos, otros cuestionan la
idealización de su visión del campo y el contraste entre la vida rural
representada en sus cuadros y las duras realidades de la vida en el
campo durante el siglo XIX. A pesar de ello, su obra sigue siendo vista
como un testimonio de la belleza natural de Inglaterra, y su influencia
perdura hasta el día de hoy.

El eterno impacto de Constable

El arte de John Constable sigue
siendo objeto de estudio y admiración por su capacidad para capturar la
esencia del paisaje inglés de manera única. A través de sus
innovaciones técnicas y su visión personal del mundo natural, Constable
transformó la pintura de paisaje y dejó una huella imborrable en la
historia del arte. Sin embargo, su vida y su obra siguen provocando
debates sobre la relación entre el arte y la naturaleza, y sobre cómo
la visión romántica del campo ha sido interpretada y valorada a lo
largo del tiempo. En definitiva, la figura de Constable sigue siendo un
punto de referencia indispensable para los estudiosos del arte, y su
legado continúa enriqueciendo la historia del arte moderno.


Bibliografía
BECKETT, R. B., ed.: Correspondencia de John Constable. 6 vols. Londres, Historical Manuscripts Commission, 1962.
BECKETT, R. B., comp: Discursos de John Constable. Ipswich (Suffolk Records Society, vol. 14), 1970.
BERMINGHAM, Ann: Paisaje e ideología: la tradición rural inglesa, 1740-1860. Londres, 1987: 87-155.