Antonio Carmona y Luque (1838-1920): El Torero “Gordito” que Dejó Huella en la Historia de la Tauromaquia

Antonio Carmona y Luque, conocido en el mundo taurino como “Gordito”, fue un matador de toros nacido en Sevilla el 19 de abril de 1838, que se convirtió en una de las figuras más relevantes de la historia de la tauromaquia en el siglo XIX. Su vida y su carrera estuvieron marcadas por una serie de logros y momentos clave que consolidaron su nombre como uno de los toreros más importantes de la época. A pesar de su complexión robusta, “Gordito” se ganó un lugar en el corazón de los aficionados debido a su valentía, destreza y capacidad para desafiar las convenciones físicas del toreo. Hoy, más de un siglo después de su muerte, su legado sigue vivo en los anales de la historia del toreo.

Contexto de su Nacimiento y Formación

Antonio Carmona nació en el histórico barrio sevillano de San Bernardo, un lugar profundamente vinculado a la tradición taurina. La influencia de su entorno familiar fue determinante en su carrera, pues sus hermanos mayores, José y Manuel Carmona, ya eran figuras consolidadas en el mundo del toreo. Desde joven, Antonio mostró una pasión irrefrenable por la tauromaquia, algo que le permitió superar los obstáculos derivados de su complexión robusta, que le valió el apodo de “Gordito”.

A los 12 años, Antonio comenzó a matar becerros en el matadero de Sevilla, un primer paso en su trayectoria taurina que evidenció su seriedad y dedicación. Su relación con el toreo fue temprana, y su amor por esta profesión le llevó a convencer a sus hermanos para que lo incluyeran en sus cuadrillas, a pesar de su juventud. Las plazas de toros de Sevilla y Madrid serían testigos de su crecimiento como torero, consolidándose en una de las figuras más destacadas del toreo de su época.

Logros y Contribuciones al Toreo

La carrera de Antonio Carmona, “Gordito”, fue marcada por su habilidad excepcional como banderillero, una disciplina en la que alcanzó la maestría. En sus primeros años de carrera, sus destrezas con las banderillas lo catapultaron al reconocimiento. Uno de los momentos más memorables fue el 19 de abril de 1857, cuando realizó un par de banderillas al quiebro en Madrid, una hazaña que lo colocó en el centro de la atención de los aficionados al toreo. Su valentía y la audacia con la que se enfrentaba a los toros eran características destacadas de su estilo, especialmente al citar al toro a cuerpo limpio antes de colocar las banderillas en los sitios más complicados.

En cuanto a su carrera como matador de toros, Carmona tomó la alternativa en Córdoba el 8 de junio de 1862, un paso crucial que le permitió hacer su debut como matador en la plaza. Un año después, el 5 de abril de 1863, fue apadrinado por uno de los toreros más destacados de la época, Curro Cúchares, en la plaza de Madrid. A partir de este momento, Antonio consolidó su lugar en el toreo, cosechando importantes victorias en plazas como Sevilla y Madrid. Durante la temporada de 1863, mostró una gran destreza, lo que le permitió ganar notoriedad y mantenerse entre los grandes nombres del toreo.

A pesar de sus logros, su carrera no estuvo exenta de rivalidades. A lo largo de los años 60 y 70, “Gordito” compitió ferozmente con toreros de la talla de Antonio Sánchez, “El Tato”, y Rafael Molina, “Lagartijo”. Esta competencia le obligó a enfrentarse constantemente a grandes retos, y aunque su valentía nunca estuvo en duda, algunos altibajos marcaron su camino.

Momentos Clave en la Carrera de “Gordito”

A lo largo de su carrera, Antonio vivió varios momentos que definieron su legado y su influencia en la historia del toreo. Algunos de los más importantes incluyen:

  • 19 de abril de 1857: Realizó un par de banderillas al quiebro en Madrid, un acto que lo colocó como una de las figuras más destacadas de la época.

  • 8 de junio de 1862: Tomó la alternativa en Córdoba, un paso importante en su carrera como matador de toros.

  • 5 de abril de 1863: Fue apadrinado por el legendario Curro Cúchares en Madrid, consolidando su estatus como matador.

  • 4 de junio de 1863: Realizó una extraordinaria faena en Sevilla, consolidándose como uno de los grandes del toreo.

  • 11 de agosto de 1872: Obtuvo un triunfo importante en Jerez de la Frontera, a pesar de los altibajos de su carrera.

  • 1880: A pesar de la decadencia de su carrera, enfrentó a su discípulo, “Lagartijo”, en un combate que demostró su tenacidad y coraje.

Relevancia Actual y Legado

El legado de Antonio Carmona, “Gordito”, continúa siendo relevante en la actualidad. A pesar de que su carrera pasó por momentos difíciles y no estuvo exenta de controversias, su contribución al toreo, especialmente en la modalidad de banderillas, sigue siendo recordada con respeto. Su destreza y valentía en la plaza le aseguraron un lugar en la historia del toreo, y su figura sigue siendo estudiada y admirada por los aficionados.

“Gordito” representa la época dorada del toreo, una era en la que la pasión y el coraje eran los pilares sobre los que se construía la fama de los toreros. Aunque su carrera se extinguió a finales del siglo XIX, su influencia perdura. Hoy en día, su figura se sigue celebrando como un símbolo de la valentía y el arte de la tauromaquia.

Últimos Años y Fallecimiento

Después de retirarse del toreo, Antonio Carmona pasó sus últimos años en su Sevilla natal, donde vivió una longevidad que fue poco común en su tiempo. Disfrutó de una vida tranquila hasta su fallecimiento el 30 de agosto de 1920, a los 82 años. A pesar de que su hijo, José Carmona García, también se dedicó al toreo, no alcanzó la misma fortuna que su padre. La figura de “Gordito” siguió siendo un referente en el mundo taurino, y su nombre perduró entre las leyendas que marcaron el rumbo de la tauromaquia en el siglo XIX.

El legado de Antonio Carmona no solo está ligado a sus logros como torero, sino también a su impacto en la forma en que se entendió el toreo en su época. Su vida y su obra siguen siendo motivo de reflexión y estudio para los amantes de la tauromaquia, quienes continúan viendo en él una figura que desafió las limitaciones físicas y que, con valentía y destreza, dejó una huella indeleble en la historia del toreo.