Abdallah al-Murtada (ca.1020-1093). El primer rey independiente de la taifa de Mallorca

Abdallah al-Murtada fue una de las figuras más relevantes en la historia islámica de las Islas Baleares, cuyo liderazgo marcó un hito en la autonomía política de este territorio mediterráneo. Como primer soberano independiente de la taifa de Mallorca, su gobierno supuso un antes y un después en la historia de la isla, estableciendo las bases de su independencia durante un periodo de gran fragmentación en la política del Al-Ándalus. Nacido alrededor de 1020 y fallecido en 1093, Abdallah vivió una época crucial, dominada por la descomposición del califato cordobés y el auge de los reinos de taifas. A través de sus decisiones estratégicas, dejó un legado de autonomía que perduró incluso después de su muerte.

Orígenes y contexto histórico

A lo largo del siglo XI, Al-Ándalus experimentó una profunda transformación política. La caída del Califato de Córdoba en 1031 sumió a la península ibérica en un período de fragmentación, dando lugar al surgimiento de numerosos reinos de taifas. Estos pequeños reinos musulmanes se disputaban el control del territorio, pero también la supremacía cultural y económica. En este contexto, las Islas Baleares, un enclave clave en el Mediterráneo occidental, formaban parte de los dominios de la taifa de Denia, gobernada por el emir Muyahid, quien había extendido su influencia sobre la costa levantina y las islas.

Muyahid implementó una administración eficiente y un sistema de gobierno dual, delegando funciones específicas en distintos gobernadores. Uno de estos gobernadores era al-Aglab, un liberto de confianza, quien fue designado por Muyahid en 1036 como gobernador militar de Mallorca, mientras otro funcionario gestionaba los asuntos civiles y económicos de la isla. Este vínculo entre al-Aglab y la administración islámica de las Baleares fue crucial, ya que Abdallah al-Murtada, hijo de al-Aglab, heredaría este puesto, lo que le permitió acceder al poder en un momento crucial de la historia de la isla.

Ascenso al poder: De gobernador a soberano

El ascenso de Abdallah al-Murtada al poder se produjo de manera progresiva, sin el uso de la violencia o rebelión. Fue designado por el sucesor de Muyahid, el emir Alí, para reemplazar a su padre al-Aglab, quien partió en peregrinación a los Santos Lugares del Islam alrededor de 1045. En sus primeros años en el poder, Abdallah compartió la gobernanza de la isla con su pariente Sulayman ibn Muskiyan, quien era responsable de la administración civil. No obstante, la muerte de Sulayman hacia 1050 consolidó el control absoluto de Abdallah sobre Mallorca, lo que le permitió unificar el gobierno de la isla bajo su liderazgo.

Uno de los primeros gestos de Abdallah para consolidar su poder fue la acuñación de moneda con su propio nombre, lo que comenzó al menos en 1047. Este acto, que podía parecer meramente simbólico, implicaba un mensaje claro de legitimidad y autonomía dentro del mundo islámico. La acuñación de moneda no solo tenía un valor económico, sino que también representaba el fortalecimiento de su imagen como un gobernante autónomo, capaz de proyectar su poder tanto dentro como fuera de la isla. En algunas de estas monedas, además, aparece el nombre de Muhammad, posiblemente uno de sus hijos, lo que sugiere sus planes de establecer una dinastía local.

Logros y contribuciones

Abdallah al-Murtada es recordado principalmente por su habilidad para lograr la independencia de Mallorca, un hecho histórico que se concretó en 1076. Tras la caída de la taifa de Denia a manos del reino de Zaragoza en ese mismo año, Abdallah ofreció refugio a los miembros de la familia de su antiguo soberano. Sin embargo, lo que sorprendió a todos fue su decisión de declararse independiente y adoptar el título de «al-Murtada», que significa «el que es aceptado» o «el que es aprobado por Dios». Este gesto simbólico no solo subrayó su legitimidad, sino que también reflejaba la consolidación de su soberanía sobre la isla.

Durante su mandato, Abdallah logró mantener una relativa estabilidad política en Mallorca, lo que permitió que la isla floreciera en términos comerciales y administrativos. La autonomía de la isla favoreció el establecimiento de una administración centralizada que promovió la paz y permitió el fortalecimiento de los lazos comerciales con otras regiones del Mediterráneo. Además, la promoción de una dinastía islámica local consolidó la identidad de la isla dentro del contexto musulmán.

Principales contribuciones de Abdallah al-Murtada

  • Consolidación del poder político en Mallorca como entidad autónoma.

  • Independencia efectiva de la isla tras la caída de la taifa de Denia.

  • Acuñación de moneda propia como símbolo de legitimidad.

  • Establecimiento de una administración unificada.

  • Promoción de una dinastía local islámica en las Islas Baleares.

Momentos clave de su reinado

Varios momentos clave marcaron el reinado de Abdallah al-Murtada y contribuyeron a su legado como el primer rey independiente de Mallorca.

Nombramiento como gobernador

El ascenso al poder de Abdallah no fue el resultado de una rebelión, sino de un proceso sucesorio dentro de la estructura administrativa establecida por Muyahid. Fue designado por Alí para reemplazar a su padre al-Aglab, lo que muestra la naturaleza estable de la transición. Este proceso pacífico es notable dentro del contexto de fragmentación que vivían otras taifas.

Muerte de Sulayman ibn Muskiyan

La muerte de Sulayman ibn Muskiyan, hacia 1050, permitió a Abdallah concentrar el poder y asumir el gobierno total de la isla. Esta consolidación de poder fue clave para que Abdallah pudiera emprender una política más autónoma y desafiar las estructuras superiores del califato.

Declaración de independencia en 1076

El acontecimiento más relevante de su reinado fue su decisión de romper con la taifa de Denia y proclamar la independencia de Mallorca en 1076. Este acto no solo significó un distanciamiento político, sino también la afirmación de su soberanía, que quedó reflejada en las monedas acuñadas en la ceca de Mallorca. Con este gesto, Abdallah se autoproclamó rey, estableciendo así la primera monarquía islámica independiente en la isla.

Sucesión por parte de Mubassir ibn Sulayman

Al morir en 1093, Abdallah dejó el trono a Mubassir ibn Sulayman, un liberto y primer ministro que había demostrado ser un hombre de confianza. Este sucesor continuó el legado de Abdallah, asegurando la independencia y autonomía de Mallorca tras su muerte. La transición pacífica del poder es otro de los logros destacados de su reinado.

Relevancia actual

La figura de Abdallah al-Murtada sigue siendo esencial para comprender la evolución política de las Islas Baleares en la Edad Media. Su decisión de declarar la independencia de la taifa de Denia, en un contexto de lucha por la soberanía entre las taifas, marca un hito en la historia de la isla. La capacidad de Abdallah para mantener la independencia de Mallorca le permitió mantener una identidad propia dentro de la fragmentada política islámica de la península.

Hoy en día, su legado se conserva en las monedas que mandó acuñar, que son piezas valiosas tanto para historiadores como para numismáticos, ya que constituyen una prueba tangible de su soberanía. Su figura sigue siendo un símbolo de autonomía, y su historia es crucial para comprender el contexto de la islamización en las Islas Baleares.

Además, su reinado permite entender los mecanismos de poder dentro de los reinos islámicos, en los que los libertos, parientes y ministros compartían la autoridad, lo que contrastaba con las estructuras jerárquicas más rígidas de otros territorios. Su pragmatismo y visión estratégica continúan siendo objeto de estudio, y su legado perdura como un referente para la historia medieval de las Baleares.

Abdallah al-Murtada no solo fue un líder político, sino también un símbolo de la capacidad de los pueblos isleños para mantener su autonomía y identidad en tiempos de fragmentación política.