A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
HistoriaDerechoBiografía

Aylwin Gajardo, Miguel (1889-1976).

Magistrado y juez chileno, nacido en San Javier el 29 de abril de 1889 y muerto el 2 de julio de 1976, a los ochenta y ocho años de edad.

Hijo de Domitila Gajardo y de Ricardo Alwyn, un oficial del Registro Civil de San Javier que había sido separado del servicio al término de la guerra civil de 1892 y luego encarcelado por haber sido partidario del presidente Balmaceda, Miguel fue el penúltimo de catorce hermanos. Poco antes de cumplir cinco años, sus padres fallecieron, y los huérfanos fueron distribuidos en diversos hogares familiares; a Miguel le correspondió ir a casa de sus abuelos maternos, en Putú, un lugar situado a 20 kilómetros al norte de Constitución. Allí, bajo la tutela de su abuelo, aprendía durante el verano las tareas del campo y del ganado, mientras que los inviernos transcurrían en la localidad de Constitución, donde aprendió sus primeras letras.

En 1899, cuando contaba aproximadamente once años de edad, sus abuelos decidieron que continuara sus estudios como interno en la prestigiosa Escuela Normal de Preceptores José Abelardo Núñez de Santiago, donde demostró ser un alumno aventajado. En 1906, con su título de profesor en la mano y decidido a obtener el de bachiller y luego ingresar en el Instituto Pedagógico para hacerse con el de profesor de historia, se dio cuenta de que no sabía inglés, materia sin la cual no pasaría el bachillerato y que no se enseñaba en la Escuela Normal. Así pues, solicitó una entrevista con la dirección del Trinity College, en el transcurso de la cual propuso hacer una suerte de intercambio por el que él realizaría todo tipo de tareas -incluidas las domésticas- si se le permitía permanecer allí junto a los profesores ingleses del centro durante las vacaciones veraniegas. Mientras tanto, para ganarse el sustento, daba clases particulares.

Se trasladó luego a vivir al hogar de doña Luz Blest Gana, hermana del famoso escritor y diplomático Guillermo Blest Gana, que tenía pensionados a otros jóvenes estudiantes. Era una mujer culta que hacía una tertulia semanal a la que acudían los intelectuales santiaguinos para compartir sus inquietudes culturales, artísticas y políticas; en aquellas reuniones fue donde el joven Miguel hizo amistades que le durarían toda la vida, entre otros la del futuro decano de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Música, Rodolfo Leng.

Por otra parte, durante el tiempo que estuvo en el Instituto Nacional, Alwyn se interesó especialmente por la psicología, materia en la que su estudio estuvo tutelado por el alemán Wilheim Mann, que también proporcionó a Alwyn el ingreso en el laboratorio de psicología experimental de la Universidad de Chile, en calidad de ayudante. En 1909 consiguió su título de profesor de historia y geografía, materias que impartió en el Liceo de Aplicación de la Escuela Militar y en el laboratorio de la universidad, al tiempo que empezaba estudios de leyes. Al año siguiente salió de su patria por primera y única vez en su vida, con ocasión del centenario de la independencia de Argentina, cuando marchó a la capital bonaerense junto con otros jóvenes para participar en el Congreso Latinoamericano de Estudiantes. Entre éstos se encontraban algunos que, andando el tiempo, tendrían un destacado papel en la historia nacional, como el poeta y escritor Pedro Pardo, el abogado Carlos Vicuña Fuentes, Raimundo del Río, Ernesto Barros Jarpa, Arturo Matte Larraín y otros muchos, los cuales formaron un grupo que se reunía en el Centro Liberal de Santiago, institución cuya presidencia ocupó Alwyn en 1916. El grupo, imbuido de espíritu renovador, se autodenomimó "los sociólogos", debido al interés que manifestaban por esta disciplina, absolutamente novedosa por aquel entonces.

En 1915 había obtenido su título de abogado, después de haber aprobado con distinción su memoria sobre La ley de instrucción secundaria y superior, y empezó a a ejercer la abogacía en Valparaíso, ciudad a la que se había trasladado con su mujer, Laura Azócar Álvarez, pues el hermano de ésta le había introducido en el prestigioso despacho de Guillermo Rivera. Con todo, los triunfos conquistados en los juzgados no le impidieron continuar con sus labores magisteriales, esta vez como profesor de derecho procesal y administrativo. Algún tiempo después, una grave enfermedad pulmonar le obligó a abandonar esta brillante carrera de éxitos y recluirse en un sanatorio del Valle del Elqui, donde llevó a cabo un tratamiento de varios meses.

Cuando regresó a Valparaíso, decidió mantener su salud a toda costa, lo que le llevó a renunciar para siempre de la política, la docencia e, incluso, de su propio partido y la masonería. Alejado por completo de la vida pública, se centró entonces en conseguir el ingreso en el Poder Judicial, lo que logró en 1924, al ser designado relator de la Corte de Apelaciones de Valparaíso. Figura ejemplar en la judicatura chilena, su bien ganado prestigio le hizo ser nombrado en 1927 para la Corte de Apelaciones de Valdivia y, dos años más tarde, para la de Santiago, si bien tuvo que esperar hasta 1957 para ver culminada su carrera en la judicatura con la presidencia de la Corte Suprema, cargo que desempeñó hasta 1960.

Autor

  • Enciclonet