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PeriodismoLiteraturaBiografía

Valenzuela, Luisa (1938-VVVV).

Narradora, periodista y feminista argentina, nacida en Buenos Aires el 26 de noviembre de 1938. Autora de una espléndida producción narrativa que se caracteriza por su vigor polémico y combativo, su defensa de los derechos de la mujer y su denuncia de los crímenes políticos cometidos por la dictadura militar, está considerada como una de las voces más relevantes de la narrativa hispanoamericana contemporánea escrita por mujeres.

Hija del doctor Francisco Valenzuela y de la escritora Luisa Mercedes Levinson, manifestó desde niña una acusada vocación literaria que le movió a publicar su primer relato ("Ciudad ajada") con tan sólo diecisiete años de edad. Emprendió luego una brillante trayectoria periodística en algunos de los principales rotativos y revistas bonaerenses (como los diarios Clarín y La Nación); y en 1959, antes de haber cumplido veintiún años, abandonó su país natal instalarse en París (Francia), con la intención de ampliar sus estudios y sus horizontes vitales, e integrarse en foros y cenáculos literarios donde pudiera darse a conocer como escritora. Fue en Francia donde empezó la redacción de su primera novela, que no habría de pasar por la imprenta hasta mediados de la década siguiente.

En 1961, la joven escritora regresó a Buenos Aires y asumió la dirección de Crisis, una de las publicaciones culturales más prestigiosas del país austral. Enfrascada, a partir de entonces, en un intensa actividad literaria, publicó al fin esa primera novela bajo el título de Hay que sonreír (1967), y se ganó con esta opera prima el reconocimiento unánime de críticos y lectores. En ella dejó bien patente su interés por analizar en su obra la problemática femenina, plasmada aquí en la figura de una prostituta que, como el resto de las mujeres de su época y lugar, vive sometida al dominio de una férrea sociedad patriarcal y padece la consecuencias psicológicas de la inferioridad a la que se ve reducida por el poder económico y la opresión sexual de los hombres.

El mismo año en que salió de la imprenta Hay que sonreír, Luisa Valenzuela publicó su primer volumen de cuentos, Los heréticos (1967), con el que se reveló como una consumada especialista en el cultivo de la narrativa breve. Dos años después, merced a la obtención de una beca de la Fundación Fullbright, proyectó una nueva salida de Argentina, pero no sin antes haber concluido la redacción de su segunda narración extensa, titulada El gato eficaz (1972). Entre 1972 y 1974, residió en México, París, Barcelona y Nueva York, ciudad -esta última- en la que realizó una investigación sobre la literatura marginal norteamericana, en calidad de becaria del Fondo Nacional de las Artes. Ya de nuevo en su país natal, publicó una segunda recopilación de cuentos -Aquí pasan cosas raras (1975)- y otras dos novelas -Como en la guerra (1977) y Who he searches (1977)-, obras en la que puso de manifiesto su radical oposición a los abusos políticos de la dictadura militar argentina. En la última de las mencionadas, cuya acción transcurre entre Barcelona, México y Argentina, la escritora bonaerense se sirve de otras figuras marginales por su opción sexual (travestidos y transexuales) que conforman, con sus vivencias desoladas, el amargo puzzle de la desigualdad social.

A partir de 1979, Luisa Valenzuela tomó definitivamente el rumbo del exilio y se instaló en Nueva York, donde dirigió varios seminarios y talleres de escritura (en centros superiores tan importantes como la Universidad de Nueva York y la Columbia University), fue nombrada miembro honorífico (fellow) del New York Institute for the Humanities y del Fund for Free Expression, y miembro del Freedom to Write Comitee de PEN American Center. Trabajó, además, con Amnisty International y con Americas Watch, sin descuidar por ello su ya notable producción literaria, que incrementó con otras colecciones de relatos como las tituladas Libro que no muerde (1980), Cambio de armas (1982), Donde viven las águilas (1983) y Simetrías (1993), y con nuevas narraciones extensas como Cola de lagartija (1983), Novela negra con argentinos (1990) y La travesía (2002).

Cola de lagartija es una biografía ficticia del protagonista, López Rega, al que la trama de esta historia presenta como ministro de Bienestar Social durante el gobierno de Isabel Perón. A través de las persecuciones y los atentados que éste sufre, organizados tanto por las fuerzas militares como por los poderes políticos, Luisa Valenzuela recrea las tensiones políticas vividas en su nación. El título alude al nombre dado por los torturadores a un látigo empleado en sus sesiones de humillación y dolor. Por su parte, las dos últimas narraciones extensas de la autora bonaerense abundan en el tratamiento descarnado del horror sin límites, la angustia del pueblo inocente argentino, la culpa de quienes -sin haber tomado parte activa en los crímenes, los protegieron con su cobarde o interesado silencio y, en general, la actitud de todos aquéllos que, siendo mayoría, prefirieron taparse los oídos y cerrar los ojos para dar la sensación de que nada anormal estaba ocurriendo.

En líneas generales, tanto la narrativa breve como la producción novelística de Luisa Valenzuela asume el firme compromiso de denunciar los horrores y atrocidades con que los militares de los años setenta y ochenta dominaron, humillaron y aterrorizaron a sus compatriotas. La suma de su prosa de ficción se presenta, así, como una espeluznante galería de las mayores crueldades, vejaciones y sevicias (torturas, asesinatos, encarcelamientos injustos, falta de libertad, implantación de una férrea censura, exilio forzado de cientos de miles de compatriotas, criminal "desaparición" de otros muchos, rapto y ocultación de los hijos de los "desaparecidos", etc.). En lo que a su estilo se refiere, cabe anotar algunas características de su obra tan coherentes con estos contenidos como la constante indagación psicológica en la mente de los personajes; el juego de planos opuestos entre la realidad y la ficción; la notable precisión en el empleo del lenguaje; la presencia de un humor subyacente que intenta, en la medida de lo posible, rebajar tanta tensión acumulada en las tramas, y el feroz ensañamiento crítico de la autora contra quienes ostentan el poder de forma ilegítima.

Por su valor literario y testimonial, la obra narrativa de Luisa Valenzuela ha sido íntegramente traducida al inglés, y, en parte, a otros idiomas como el alemán, francés, portugués, holandés y croata. Entre los numerosos honores y distinciones que jalonan su brillante trayectoria literaria, cabe citar la concesión de un beca de la Fundación Guggenheim (1983), la investidura de la escritora bonaerense como doctora honoris causa por la Universidad de Knox (Illinois) y la obtención de la Medalla Machado de Assís de la Academia Brasileira de las Letras.

Al margen de su obra de ficción, Luisa Valenzuela ha publicado otros libros de artículos y ensayos como Libro que no muerde (México: UNAM, 1980), Realidad nacional desde la cama (Buenos Aires: Grupo Editor Latinoamericano, 1990) y Peligrosas palabras (Buenos Aires: Ed. Temas, 2001).

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.