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PolíticaLiteraturaBiografía

Valencia Castillo, Guillermo (1873-1943).

Poeta y político colombiano, nacido en Popayán en 1873 y muerto en la misma ciudad el 8 de junio de 1943. Huérfano de padre y madre a los diez años, entró como interno en el colegio del seminario, donde sacerdotes franceses le inculcaron conocimientos de latín, griego y francés. En 1895 se trasladó a Bogotá acompañando al general Rafael Reyes; allí recibió la influencia de los intelectuales y literatos de la época, especialmente de su maestro y amigo Baldomero Sanín Cano, de José Asunción Silva y de los integrantes de La Gruta Simbólica.

A sus veinticuatro años, su figura comenzó a sobresalir en la sociedad bogotana a través de recitales de sus poemas y de intervenciones oratorias en el parlamento ante las más relevantes figuras del momento. Cuando el general Reyes fue nombrado presidente de la legación diplomática ante Francia, Suiza y Alemania, se llevó consigo a Valencia como secretario de la misma. Fue ésta una gran oportunidad para el poeta, pues pudo asistir a centros del saber como la Sorbona y el Instituto de Francia, y establecer contactos con la intelectualidad francesa y europea. En este primer viaje se entrevistó con Nietzsche y publicó en París su primer libro de poemas Rimas.

Valencia volvió a su país en 1901, cargado de conocimientos sobre economía política, humanidades, jurisprudencia, historia y medicina pero, ante la penuria económica, tuvo que emplearse como jefe de la Sección de Crédito Público del Ministerio del Tesoro; al poco tiempo, José Vicente Concha lo nombró Secretario de Educación de Cundinamarca y luego pasó a la Secretaría de Gobierno. También en la vida pública fue representante al Congreso por el Cauca (donde brilló siempre no sólo por su elocuencia, sino también por la profundidad de sus aportes en materia económica), gobernador del Cauca, representante de Colombia ante la Quinta Conferencia Panamericana reunida en Río de Janeiro, ministro de Guerra del presidente José Vicente Concha y dos veces candidato a la presidencia de la República. Su última actividad política fue como representante a la Cámara en 1914.

Valencia era de temperamento fuerte e inflexible ante cualquier acto indecoroso de la conducta humana, y sintió siempre un gran respeto por todas las personas cualquiera fuera su nivel social. En todos sus discursos hablados o escritos se distinguió por su perfección en el manejo del lenguaje, profundidad conceptual y por la estética de su simbolismo. La casa donde nació y murió Guillermo Valencia fue declarada monumento nacional poco después de su muerte. En su trayectoria poética, se pueden reconocer tres etapas; la primera fue una marcada tendencia al parnasianismo, después se integró en el movimiento francés -que lo introdujo en el simbolismo- y, por fin, la influencia modernista, bajo la influencia de Rubén Darío.

En realidad, su único libro original de versos fue la obra Ritos, compuesta entre 1896-98 y publicada por segunda vez en Londres, en 1914. Luego compuso muchos otros poemas, algunos incluso de mayor valor que los de Ritos, buena parte de los cuales fueron publicados en 1952 bajo el título Obra poética completa. Otra de sus obras fue Catay (publicada en 1929), en la que recoge distintos poemas chinos, traducidos en verso al español a partir de una versión francesa en prosa. Valencia tuvo numerosos lectores entre la intelectualidad modernizante de su época pero, en la década de los veinte, su obra comenzó a ser criticada por aquellos jóvenes anhelantes de renovación. Se achacaba a sus versos una cierta lejanía de la realidad, aunque también tiene magníficos poemas reflejo de su ambiente y de su interioridad. Entre sus mejores poemas cabe recordar "Los crucificados", "Anarcos", "San Antonio y el Centauro", "Hay un instante" (en el que se da un perfecto ejemplo de la síntesis que buscaba el modernismo entre la naturaleza y la vida interior del artista), "La parábola del foso", "Job" (el segundo soneto a la muerte de su esposa), "Post bellum", "Mis votos".

Otro aspecto de suma importancia en Guillermo Valencia es su talento como traductor; entre otros, presentó en español a escritores de la talla de Oscar Wilde, Gabriel d'Annunzio, Mallarmé, Verlaine y Baudelaire, entre otros. Casi siempre prefería la perfección del verso en español a la fidelidad al sentido del original. Guillermo Valencia fue durante la primera mitad del siglo XX el poeta de mayor prestigio en Colombia, y una figura casi legendaria debido a su trayectoria literaria y política y a su cierto aire de gran señor.

Autor

  • CCG.