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Valdivia, Pedro de (1500-1553).

Conquistador español y primer gobernador y capitán general de Chile, nacido en Villanueva de la Serena (Badajoz) en 1500 y fallecido en Tucapel (Chile) el 25 de diciembre de 1553. Capitán valeroso e hidalgo, luchó en Flandes, Italia y Perú antes de llegar al territorio chileno en 1541. Entre todos los españoles que llegaron al país, Valdivia constituye un caso especial: pudo haberse quedado en Perú o haber regresado a España después de su triunfo en la batalla de Las Salinas, que le granjeó fama y muy buena situación económica; sin embargo, su afán de aventura pesó más y lo llevó a organizar, con grandes dificultades, una expedición a Chile, tierra que había obtenido una pésima reputación entre los españoles después de la expedición de Diego de Almagro.

Valdivia siempre habló de Chile con cariño y entusiasmo; una permanencia de doce años en aquella tierra, interrumpida sólo por dos viajes a Lima, le había hecho tomar gran amor por ella. Consideraba que la fundación de Santiago del Nuevo Extremo, capital del país, era el primer escalón para organizar otros emplazamientos e ir poblando las tierras hasta el Estrecho de Magallanes.

Valdivia tenía cierto grado de cultura, lo que le permitió moverse con habilidad en lo político y con soltura de estratega en lo militar. Buen conocedor del idioma, fue capaz de escribirlo con corrección, valiéndose de expresiones populares cuando fue necesario. Tras una breve estancia en Atacama, decidió proseguir su marcha atravesando el desierto y tomó como guía al religioso Antonio Rondón, que había acompañado a Almagro en su primera visita a Chile. Llegó hasta el valle de Copiapó, comarca de la que tomó posesión en nombre de su rey y que recibió el nombre de Valle de la Posesión. Valdivia siguió su camino hacia el S y llegó a Coquimbo; los indígenas, la mayoría de los cuales se mostraban más que recelosos, huían ante la presencia de los europeos. Valdivia fundó en el valle de Mopochó, el 12 de febrero de 1541, la ciudad de Santiago de la Nueva Extremadura, eligiendo para ello la llanura que se extiende al pie del cerro de Huelen (también conocido como Santa Lucía). Después de dividir el terreno en manzanas y solares, los distribuyó entre sus soldados, y éstos edificaron las primeras casas y una modesta iglesia. Constituido el Cabildo, Valdivia fue nombrado gobernador y capitán general de la Nueva Extremadura.

Además, la llegada de Valdivia y su expedición conllevó la introducción en el país del cultivo del trigo y de otras principales hortalizas, así como la cría de los animales domésticos que los conquistadores pudieron llevar consigo (gallinas, cerdos, caballos, etc.). Tras la muerte de Francisco Pizarro, tanto Valdivia como sus compañeros sufrieron un gran número de penalidades hasta que llegó el capitán Alonso de Monroy.

En el año 1544, Valdivia fundó la ciudad de La Serena (denominada así en honor a su pueblo) en el N del país, en el valle de Coquimbo, y a la par había enviado a los capitanes Francisco de Villagrán y Francisco de Aguirre a explorar el terreno comprendido a partir del río Maule. Además, encomendó una nueva expedición encabezada por Juan Bautista Pastene con el objetivo de realizar estudios sobre la costa más meridional de Chile; los oficiales que iban a bordo, Jerónimo de Alderete y Rodrigo de Quiroga, tomaron posesión de las playas donde desembarcaban.

Al poco tiempo, Valdivia decidió partir hacia el Perú y embarcó en Valparaíso dejando a Villagrán como lugarteniente de Chile. A su regreso, comenzaron las expediciones hacia el S mientras Valdivia fundaba a su paso un gran número de ciudades entre las que destacan las de La Imperial y Valdivia; esta última en la desembocadura del río Callecalle. Los enfrentamientos con los indios fueron constantes pero se recrudecieron a partir del año 1550 por lo que Valdivia ordenó la construcción de los fuertes de Arauco, Tucapel y Purén. Los araucanos atacaron el fuerte de Tucapel, lo que causó la muerte de algunos de sus defensores, lo cual hizo ver a los indios que los españoles no eran invulnerables y podían ser vencidos, y motivó un alzamiento general contra el invasor español. En este contexto cayó prisionero Valdivia, que falleció en diciembre de 1553 tras sufrir importantes torturas.

Su epistolario constituye el pórtico de entrada a la literatura en Chile, aunque Valdivia no fuera literato de profesión. Sus cartas están escritas en un estilo sencillo y expresivo, utilizando un lenguaje castizo, factor que las valida para poder ser incluidas en el ámbito literario. En sus textos se autodescribe cabalmente: no sólo es el soldado que conquista un territorio, sino el hombre visionario que lo gobierna. En sus cartas están siempre presentes la sobriedad y la mesura; se percibe en ellas la vitalidad renacentista de su autor, quien explícita su anhelo de gloria haciendo alusiones a la antigüedad clásica empleando, en ocasiones, citas latinas. Sus relatos tienen un tono épico general que trasluce el orgullo de quien está llevando a cabo una gran empresa. Sin embargo, emerge poderoso en él un trasfondo medieval, que aporta trascendencia a los textos y explica la narración de situaciones milagrosas y fantásticas.

Gracias a Juan Bautista Muñoz (polígrafo español de fines del siglo XVIII), al historiador chileno Diego Barros Arana y al erudito José Toribio Medina, se conocen once de las cartas escritas por Pedro de Valdivia (aunque Barros Arana las atribuyó al secretario Juan de Cárdenas). Las cartas fueron encontradas en los archivos de Simancas (Valladolid) y de Indias (Sevilla). Algunas copias de las cinco primeras, las de Simancas, llegaron a manos de Claudio Gay, quien las publicó en 1846. En 1929, Medina reunió el total y lo publicó en Sevilla en una edición de 500 ejemplares. A éstas habría que agregar una más, aunque poco importante, publicada en 1953 por el peruano Raúl Porras.

Los destinatarios y fechas de estas cartas, en general extensas y similares temáticamente son: Gonzalo Pizarro (Santiago, 29 de agosto de 1545); Carlos V (La Serena, 4 de septiembre de 1545); Hernando Pizarro (La Serena, 4 de septiembre de 1545); Carlos V (La Serena, 5 de septiembre de 1545); el Consejo de Indias (Los Reyes del Perú, 15 de junio de 1548); Carlos V (Santiago, 9 de julio de 1549); sus apoderados en la Corte (Santiago, 15 de octubre de 1550); Carlos V (Concepción, 15 de octubre de 1550); Carlos V (Concepción, 25 de septiembre de 1551); el príncipe Felipe (Santiago, 26 de octubre de 1552) y Carlos V (Santiago, 26 de octubre de 1552).

Estos textos recogen sucesos narrados al poco de que ocurrieran. Tienen un extraordinario valor histórico, y han sido considerados como crónicas fieles de una parte de la Conquista chilena; algunos incluso afirman que "las cartas que escribió de Chile al emperador Carlos V, constituyen la primera fuente de noticias históricas exactas en este país en el primer período de conquista, por cuyo mérito debe ser considerado el precursor de la historia de Chile". En dichas cartas se encuentran peticiones de mercedes y autoalabanzas del autor que, interesado en atraer más peninsulares al país, hace descripciones extraordinarias de la naturaleza chilena: narraciones de recias batallas, de cruentas expediciones, de fundación de ciudades, detalles pintorescos, etc. Se pone de manifiesto, también, el deseo de adquirir fama, así como el de ganar indios para la religión cristiana. En sus cartas hay también margen para las impresiones sensoriales, aspectos relacionados directamente con la descripción del espacio natural.

Su muerte, ocurrida a finales de 1553 en el sur del país a manos de los indígenas, acarreó numerosas dificultades a los españoles. Francisco de Aguirrey Francisco de Villagrán se disputaron el cargo vacante, sin que ninguno consiguiera ocuparlo por derecho inmediatamente.

Bibliografía

  • TREUE, W. La conquista de la Tierra. Barcelona, Ed. Labor, 1948.

Autor

  • Elena Escobar Blanco