Tovar, Manuel Felipe de (1803-1866).
Político, filántropo y humanista venezolano, nacido en Caracas el 1 de enero de 1803 y fallecido en París el 21 de febrero de 1866, que fue presidente de la República entre los años 1859 y 1861.
Vida
Se educó en Francia e Inglaterra. Políglota y gran lector adquirió una sólida formación académica, sobre todo en las ramas humanísticas. Tras ocho años de estancia en Europa regresó a Venezuela en 1829 y fijó su residencia en Caracas. Fue elegido miembro del Ayuntamiento capitalino y luego su presidente. Su carrera política la inició como destacado representante del Partido Conservador, pues desde su llegada a Venezuela se había incorporado a las deliberaciones de la Sociedad Económica de Amigos del País. Se adscribió al grupo "civilista" que impulsó la candidatura de Andrés Narvarte a la vicepresidencia de la república en 1832 y, dos años después, apoyó la candidatura de José María Vargas para la presidencia de la República. Sorprendido por el golpe de Estado "reformista" que derrocó a Vargas, trabajó con denuedo para lograr su reinstalación en la presidencia.
Como parlamentario formó parte del grupo que se opuso al decreto monstruo y luchó por una verdadera amnistía y clemencia para los conformistas. En 1836 es designado Presidente de la comisión de Instrucción Pública de la Sociedad Económica de Amigos del País. Reelecto diputado y luego senador, supo compaginar sus carrera política y sus intereses económicos. Tras estudiar los sistemas financieros de los países más avanzados de la época, propuso un sistema similar al francés, en el que las especies quedaban reservadas para las transacciones comunes y los billetes para los depósitos comerciales y remesas, pero fue desoído por el presidente de la República, Carlos Soublette. En 1843 es nombrado Presidente de la Cámara de Representantes, cargo desde el cual advirtió al parlamento de la grave situación económica, el creciente descontento popular y el amenazante desequilibrio social. Debido a sus ideas oligárquicas, le preocupaba la falta de educación popular que, según sus planteamientos, abocaba el poder siempre a las mismas manos, y era partidario de la formación en el país de una oposición vigorosa, institucional y responsable que contribuyera a cambiar la rigidez del sistema. Tovar buscó, de manera sutil, el poder desde temprano y no desechó la oportunidad de crearse una imagen novedosa, la del único civil, que aunaba el carácter conservador de su cuna y el talante progresista de su formación y convicciones.
Con el tiempo, afirmó su peso y liderazgo entre los mejores formados y con mayores intereses económicos. Al iniciar Carlos Soublette su segundo mandato presidencial, Tovar y su amigo Francisco Aranda patrocinaron la creación del Instituto de crédito territorial, iniciativa que supuso una vigorosa intervención del Estado en favor del desarrollo agrícola, pero Soublette vetó la ley, lo que hizo que Tovar rompiera relaciones con éste. Tras algunas discrepancias con otros destacados políticos, como Antonio Leocadio Guzmán o José Antonio Páez, estuvo alejado diez años del parlamento, que no de la política; poco a poco se fue convirtiendo en cabeza del ala civilista del conservatismo, en contraposición al personalismo de los militares libertadores.
En 1856 los "civilistas" decidieron encabezar la oposición y prescindir de los "personalistas" de ambos partidos. La estrategia era la derrocar al actual presidente, José Tadeo Monagas y cerrarle el paso a Páez. Tras hacerlo así, fue ministro del Interior y Justicia en el gobierno de Castro, luego fue designado diputado por Caracas a la Convención Nacional de valencia y nombrado presidente del Consejo de Gobierno y, al poco tiempo, en septiembre de 1858, vicepresidente interino de la República. Convencido de que sólo un civil en la presidencia lograría crear un consenso entre todas las facciones políticas, decidió presentarse a la presidencia de la República, así pues, rompió con Castro y, tras el golpe de Estado y la restauración constitucional de 1859, asumió de manera provisional la presidencia del país como Presidente Constitucional para el período comprendido entre 1860 y 1864 que, además, fueron las primeras elecciones presidenciales, mediante el sufragio universal de varones.
Ya había estallado la Guerra Federal. Magistrado apegado a la ley como era, tuvo que enfrentar los primeros y más duros momentos de la revolución. Como la guerra no le había sido favorable, se vio obligado a renunciar a su cargo el 15 de mayo de 1861. Marchó entonces a Francia junto a su esposa; en 1866 moría en París de un ataque cardíaco. El presidente Antonio Guzmán Blanco decretó en 1875 que se repatriaran sus restos y fueran inhumados en el Panteón Nacional, lo cual nunca llegó a realizarse.
