Tonegawa Susumu (1939-VVVV).
Bioquímico, biólogo molecular e investigador japonés, nacido el 5 de septiembre de 1939 en Nagoya, que fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1987 por sus investigaciones sobre el origen genético de los anticuerpos. Ese mismo año recibió también el premio Lasker de Investigación Médica.
Se licenció en bioquímica en la Universidad de Kyoto en 1963 y se doctoró en biología por la de California (San Diego) en 1969. Fue precisamente en esta ciudad donde empezó a trabajar en el campo de la investigación, en el Instituto Salk, hasta que en 1971 se trasladó al Instituto de Inmunología de la empresa farmacéutica Hoffmann-La Roche, en Basilea (Suiza), donde conoció a Niels Jerne, quien sería Premio Nobel de Medicina en 1984 y quien le introdujo en el campo del estudio de los anticuerpos. Diez años más tarde, en 1981, volvió a Estados Unidos, para enseñar biología en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en calidad de catedrático.
Las investigaciones de Tonegawa se encaminaron a explicar la razón de que el sistema inmunológico produzca una ingente diversidad de anticuerpos, cada uno de los cuales reacciona y actúa contra los efectos de un antígeno (una sustancia extraña, un microbio o una bacteria) por separado. Antes de que Tonegawa llevara a cabo su investigación se sabía que los anticuerpos se originaban en los glóbulos blancos de la sangre (linfocitos B o células B), en los que el número de genes era limitado, así que la comunidad científica no acertaba a explicarse cómo los linfocitos, cuyo número de genes era limitado, podían producir millones de anticuerpos estructurados de forma tan diferente y específicos para cada antígeno, cuando estos últimos eran tan distintos. Durante la década de los setenta, gracias a sus experimentos, Tonegawa demostró que que la constante traslocación y recombinación del material genético en diferentes secuencias -que se producen durante el crecimiento de la célula-, tienen como resultado la aparición de muchos nuevos genes en cada célula, lo que permite que se produzca un anticuerpo para cada antígeno.