Tomasi di Lampedusa, Giuseppe (1896-1957).
Narrador italiano, nacido en Palermo (Sicilia) en 1896, y muerto en Roma en 1957.
Nacido en el seno de la aristocrática familia de los príncipes de Lampedusa y duques de Parma y Montechiaro, casó en 1932 con la princesa Alessandra Wolff-Stomersee, especialista en psicoanálisis. Intervino en las dos Guerras Mundiales, y recorrió Europa en calidad de viajero observador de las costumbres de cada pueblo. Compaginaba esta afición por los viajes con su gusto por la lectura, inclinado sobre todo a los libros de historia y a la novela extranjera.
Sin embargo, a pesar de su gran afición hacia las Bellas Letras, no se decidió a cultivar la escritura hasta los últimos años de su vida. Su obra magna, la novela titulada Il Gattopardo (El Gatopardo) no vio la luz hasta 1958, un año después de que Tomasi di Lampedusa hubiese fallecido. Recibida con fervor entre los lectores y los críticos literarios -cuando todavía ignoraban, unos y otros, el nombre de su autor-, la novela narra las vicisitudes de la familia del príncipe Fabrizio Salina, inmersa en el tradicional inmovilismo de las clases acomodadas de Sicilia, en medio de las revueltas garibaldinas que agitaban el resto de la nación. Il Gattopardo, admirable reconstrucción de ambientes y personajes decimonónicos, hace especial hincapié en una obsesión por la derrota, obsesión que, por fuerza, acaba conduciendo a la autodestrucción. Su éxito, amplificado por la excelente versión cinematográfica que realizó Luchino Visconti en 1963 (véase El Gatopardo), colocó el nombre de Giuseppe Tomasi di Lampedusa entre los de los mejores prosistas italianos del siglo XX.
Además, Lampedusa escribió un par de ensayos de crítica literaria, que también vieron la luz póstumamente: Lezioni su Stendhal (Lecciones sobre Stendhal, 1971) e Invito alle lettere francesi dil Cinquecento (Invitación a la literatura francesa del siglo XVI, 1979). En 1961 apareció un volumen de relatos escritos también por el príncipe siciliano -Racconti (Cuentos)-, entre los que hay que destacar el titulado "Lighea", que narra la fantástica y bellísima historia de amor entre un joven helenista y una sirena.
Il Gattopardo.
La aristocracia siciliana tiene motivos para estar intranquila: la agitación promovida por Garibaldi ha llegado hasta sus costas, y la incipiente clase burguesa quiere aprovechar el revuelo para repartirse sus bienes y alzarse con la supremacía económica y social. Entre todos los nobles, destaca el abúlico don Fabrizio, príncipe de Salina, quien desdeña tanto las novedades que llegan desde fuera como los residuos de ese pasado en que permanecen anclados los de su clase. Su desinterés a la hora de salvar su pasado se ve confirmado por la opinión de Tancredi, su joven sobrino, quien formula la sentencia más famosa de toda la novela: "es necesario que algo cambie para que todo siga igual". Anclado en esta lúcida paradoja, don Fabrizio consiente que Tancredi contraiga nupcias con Angélica (la hija de un nuevo rico, don Calogero Sedara), porque sólo así, entrando por vía matrimonial en la nueva clase emergente, conseguirá su sobrino seguir perteneciendo al bando de los que dominan sobre los demás. Cuando un enviado del gobierno llega a Sicilia para ofrecer al príncipe Salina un escaño en el Senado, don Fabrizio vuelve a echar mano de su perenne desencanto para renunciar y presentar, a su vez, la candidatura de don Calogero Sedara; porque él tiene bastante con esperar, en medio de su abulia, la llegada de la muerte.