Teilhard de Chardin, Pierre (1881-1955).
Científico, filósofo y teólogo francés, jesuita, nacido en Sarcenat el 1 de mayo de 1881 y fallecido en Nueva York el 10 de abril de 1955. Descendiente de familia aristocrática, pasó su infancia en el campo, lo que contribuyó a despertar en él el asombro ante la magnificencia de la creación y su enamoramiento de la naturaleza. Tras interesarse desde su juventud por la física y la geología, se dedicó a los estudios de paleontología, tomando parte, entre otras cosas, en la expedición científica a China (1916) que condujo al discutido descubrimiento del "Sinanthropus". Los últimos años de su vida los pasó en EEUU.
Evolucionismo teleológico
Teilhard de Chardin se propuso ampliar el campo de la propia reflexión científica a la discusión teológica y cosmológica, lo que suscitó recelos en los ambientes oficiales de la iglesia católica. A la concepción materialista del darwinismo y del positivismo, opuso una cosmología que, pese a admitir el evolucionismo, e incluso extendiéndolo a la realidad espiritual, rechazaba una interpretación puramente mecanicista y materialista del cosmos. Así expresó su fe en relación con su concepción del universo: Creo que el Universo es una Evolución. Creo que la Evolución va hacia el Espíritu. Creo que el Espíritu se realiza en algo personal. Creo que lo Personal supremo es el Cristo-Universal. La materia originaria, según él, contiene ya en sí la "conciencia" como elemento organizativo, por el que la evolución se configura como un proceso no puramente mecanicista, sino teológico. La evolución de la pre-vida (mundo inorgánico) a la vida ("biosfera") tiende a la producción del mundo del hombre y del pensamiento ("noosfera"), como su culminación. Pero el hombre no es el punto final. El universo, el hombre y su historia tienden a un "punto omega": el Cristo cósmico, punto de unión de toda la humanidad ("cristosfera").
Toda la obra de Teilhard apuesta por la esperanza. En medio de las visiones pesimistas que se han alzado a lo largo de todo este siglo, su voz se alza como un grito de esperanza para anunciar la alegría de sentirse hombre. Para gritar que el universo entero está preñado de sentido, que lejos de habernos abandonado la luz, nosotros somos luz.
Sus obras principales son : Le milieu divin (1926-27), Le phénomène humain (1938-40), Le groupe zoologique humain (1949), L'apparition de l'homme (1956), La vision du passé (1957), L'avenir de l'homme (1959), L'activation de l'énergie (1963), y Science et Christ (1965).