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PolíticaBiografía

Sáenz y Aizpuru, Manuela (ca. 1796-1856).

Patriota ecuatoriana nacida en Quito alrededor del año 1796, y fallecida en Paita (Perú), el 23 de noviembre de 1856. Ha pasado a la historia con el nombre de "Libertadora del Libertador", por haber salvado la vida al libertador Simón Bolívar, de quien fue amante y defensora. Hija natural del español Simón Sáenz y de la aristócrata quiteña Joaquina Aizpuru, pasó su niñez en la hacienda de su abuelo, acompañada de dos esclavas negras -Jonatás y Jonás- con quienes trabó una sincera amistad que se prolongó toda la vida. A los 16 años ingresó en el convento de Santa Catalina de Siena, donde aprendió las primeras letras y los oficios de la mujer de su tiempo. En la flor de su juventud se escapó con un oficial español, pero regresó luego al convento. Casada -en matrimonio impuesto por su padre- con el comerciante inglés James Thorne (que la doblaba en edad), tuvo que seguir a su esposo a Lima, donde establecieron residencia. Allí brilló en los medios de la alta sociedad y apoyó al general San Martín en la causa libertadora. Por esta colaboración, San Martín le concedió el título de "Caballeresa del Sol". Todo esto minó las bases de un matrimonio impuesto, aunque el inglés siempre trató de atraerla de nuevo a su lado.

De regreso a Quito, conoció a Bolívar, y ambos quedaron mutuamente prendados por una pasión que no se apagó sino con la muerte. Desde entonces la vida de Manuela siguió los pasos del Libertador: viven juntos su primer romance en Quito; va a su encuentro hasta la hacienda de "El Garzal" cercana a Babahoyo; le alcanza en Lima donde le sirve de secretaria, siendo admirada por los militares y odiada por damas chismosas; cuida su salud cuando Bolívar enferma en Patavilca, y lo sigue hasta Bolivia en 1825; cuando Bolívar viaja a Colombia y en Lima se produce un levantamiento en su contra, Manuela no duda en llegarse hasta los soldados y arengarlos en favor del Libertador, pero es apresada y expulsada del país en compañía de sus dos negras; de nuevo la vemos al lado de Bolívar en Bogotá, donde el día 25 de septiembre de 1827 le salva la vida en el famoso atentado dirigido por Francisco de Paula Santander, enfrentándose a los conspiradores mientras su protegido huye descolgándose por una ventana; fue a raíz de este acontecimiento, cuando el Libertador, de regreso a palacio, le dijo: "Eres la Libertadora del Libertador". Pero la popularidad de Bolívar estaba en descenso, y Manuela en Bogotá era conocida simplemente como "La Forastera". Por eso, tras la muerte del Libertador en 1830, Manuelita fue expulsada de Colombia y fue a refugiarse a Jamaica, siempre con sus dos esclavas. Regresó a Ecuador en 1834, donde fue apresada y desterrada a Perú por orden de Vicente Rocafuerte.

En Paita vivió sus últimos años, sirviendo a veces de espía para el presidente Flores y recibiendo visitas de algunos personajes tan importantes como el escritor costumbrista peruano Ricardo Palma, el líder italiano Giuseppe Garibaldi y el novelista norteamericano Herman Melville. Aunque su esposo le dejó una buena herencia al morir, el albacea nunca se la entregó porque había sido infiel a su marido, pero ella supo combatir su pobreza con sus trabajos de repostería y sus tejidos. Manuela -que fue calificada por Ricardo Palma como "mujer-hombre", porque montaba a caballo y combatía en los ejércitos libertadores como cualquier varón-, se vio reducida en sus últimos días a una silla de ruedas, hasta que, víctima de una epidemia de difteria, murió a la edad de 60 años. Sus restos no recibieron más honor que el de una fosa común.

Autor

  • CCG.