Montessori, María. (1870-1952).
Pedagoga italiana, nacida en Chiaravalle (Ancona), licenciada en medicina. Siendo asistente en la clínica psiquiátrica de Roma se dedicó al estudio de los niños anormales. De esa observación elaboró un programa de educación especial que tuvo aplicación práctica con la creación de una Escuela ortofrénica de la que fue directora. El notable éxito de sus métodos educativos, que habían permitido la recuperación casi por completo de los disminuidos, hizo que se intentara probarlos también en el ámbito de la pedagogía general. En 1906 Montessori fue llamada para hacerse cargo de la organización de escuelas maternales para los hijos de familias de obreros de algunos barrios populares de Roma. Así nacieron las primeras casas de niños (1907), pronto conocidas e imitadas por todo el mundo. Por su aversión al fascismo, salió de Italia en 1936 y se refugió en Holanda donde permaneció hasta su muerte.
Montessori entiende al niño esencialmente como un ser activo, que encierra en sí mismo energías creativas y disposiciones afectivas, a menudo reprimidas por las estructuras educativas impuestas por los adultos. El educador debe proponerse crear las condiciones apropiadas para que el niño pueda expresar espontáneamente sus energías y disposiciones. El ambiente de las escuelas maternas debe reunir unas condiciones apropiadas, donde el niño reconozca entre los objetos y en el medio ambiente, un mundo apropiado para él. El local debe estructurarse en función del autodesarrollo y de la autoeducación. Los encargados de la educación del niño deben respetar su espontaneidad. Cada niño debe elegir y desarrollar libremente su propia actividad. El educador intervendrá solamente cuando los niños soliciten su ayuda, evitando todo premio y todo castigo. Los niños realizarán sus actividades sobre materiales previamente seleccionados. Montessori empleaba en sus escuelas materiales preparados, por una parte, sobre la base de una investigación que ella misma había realizado; por otra, con base en la lectura de las obras de los médicos franceses E. Séguin y J.-M.-G. Itard. Estos materiales favorecen la actividad intelectual personal y permiten la autocorrección de los errores. Con la ayuda de material especial, se enseña también los rudimentos de la lectura, la escritura y la aritmética.
Para más información, véase activismo.
Obras principales: El método de la pedagogía científica aplicada a la educación infantil en la casa de los niños (1909), La autoeducación en las escuelas elementales (1916), Manual de pedagogía científica (1930), El secreto de la infancia (1950), La mente del niño (1952).
