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DeportesBiografía

Jones, Marion (1976-VVVV).

Marion Jones.

Atleta y jugadora de baloncesto estadounidense, nacida en Los Angeles (California) el 12 de octubre de 1974.

Estudió primaria en el Río Mesa de Oxnard (California), siguió en el Thousands Oaks en 1993 y pasó a la Universidad de Carolina del Norte en 1997. Destacó desde niña en el atletismo por sus cualidades físicas. Ya en 1992 marcaba tiempos que resultaban esperanzadores para su edad: en los 200 m su tiempo era de 22,58 y en los 400 m hacía 52,91. Sin embargo, ese año renunció a tomar parte en el relevo 4x100 m de la Olimpiada de Barcelona estimando que, a sus 16 años, era demasiado joven para medirse con las grandes atletas del mundo entero.

En 1994 se proclamó campeona mundial junior en los 100 m y 200 m. Pese a esas condiciones para la velocidad, Marion pasó en la temporada 1996 a jugar en el baloncesto y lo hizo por la Universidad de Carolina del Norte.

En 1997, Marion retornó al atletismo. En la reunión de los Campeonatos Nacionales de Estados Unidos, venció en la prueba de los 100 metros lisos con un tiempo de 10,98 y en las semifinales mejoró a los 10,92, aunque en la final su tiempo quedó en los 10,97. Como atleta completa, Marion compitió también en la prueba de salto de longitud en la que logró ser también ganadora con un salto de 6 m, 93 cm. Superó entonces a la gran favorita y ganadora de siete títulos nacionales Jackie Joyner-Kersee.

Se convirtió en la única atleta que consiguió vencer en dos pruebas diferentes. Acudió a los Mundiales de Atenas, donde venció con todo merecimiento en la final de los 100 metros con un tiempo de 10,83. Fue su primera medalla de oro como adulta. Antes ya había sido campeona mundial junior en los 100 m y 200 m.

En diciembre de ese año (1997) fue galardonada con el premio Jesse Owens 1997 por la Federación Norteamericana de Atletismo, en su caso por ser campeona del mundo de los 100 y 400 metros.

En 1998 venció en la final de los 100 m con un tiempo de 10,72, que suponía la séptima mejor marca de todos los tiempos. En longitud, en los mismos campeonatos, en Nueva Orleans, venció al saltar 7 m 21 cm. En los 200 m de la misma cita deportiva hizo un tiempo de 22,46, con lo que se clasificó primera. Fueron tres triunfos que le sirvieron para proclamarse reina de los Campeonatos, una hazaña que ninguna atleta de su país había conseguido con la excepción de Stella Walsh en 1948.

En el mes de septiembre de 1998, sumó sus 35 pruebas invicta al ganar en la final de los 100 m y se embolsó 600.000 dólares de la Liga de Oro y Grand Prix de la IAAF.

En la temporada de 1999 comenzó con gran estilo, pero terminó de manera trágica. Los Campeonatos del Mundo de Sevilla debían servirle de entrenamiento para la Olimpiada de Sydney. Jones quería ganar cinco títulos. Pero su cuerpo, demasiado solicitado, le dio una severa advertencia. Tras haber ganado los 100 m (10,70) y haber sido tercera en salto de longitud, en las semifinales de 200 m se desplomó en la pista debido a fuertes dolores en la parte inferior de la espalda. Jones fue evacuada sobre una camilla y tuvo que poner fin a su temporada.

Pero Marion Jones se supo recuperar y no defraudó en sus primeras olimpiadas, las de Sydney 2000. Antes de participar volvió a reiterar su aspiración a alcanzar cinco medallas de oro en las cinco pruebas en las que competía: 100 m, 200 m, salto de longitud, relevos 4x100 m y relevos 4x400 m. Y consiguió cinco títulos, aunque sólo tres fueron de oro (100 m, 200 m y 4x400 m), y se tuvo que conformar con el bronce en 4x100 m y en el salto de longitud, que ganó la alemana Heike Dreschler. La Federación Internacional de Atletismo eligió a Marion Jones y al campéon olímpico de lanzamiento de jabalina Jan Zelezny mejores atletas mundiales del año 2000.

Después de una temporada irregular, con marcas muy lejanas a las de sus mejores actuaciones, Jones llegó a los Campeonatos del Mundo de Edmonton (Canadá), disputados en agosto de 2001, con la determinación de confirmar su reinado entre las mejores velocistas del mundo. No pudo ser en la prueba estrella, los 100 metros lisos, donde la ucrania Zhanna Pintusevich le arrebató la medalla de oro, pero sí logró proclamarse campeona mundial en los 200 metros y en el relevo 4x100.

A partir de este momento la evolución de la atleta se resintió enormemente. Los años previos a Atenas 2004 los pasó prácticamente en blanco, pues tan sólo consiguió unos resultados mínimamente aceptables en pruebas de la Liga de Oro y en los Grand Prix en los que participó. Además, en 2002 se quedó embarazada, y dio a luz a su primer hijo el 29 de junio. Es por ello que también se perdiera los Mundiales de París de 2003. Sin embargo, su estado de forma en el año olímpico seguía siendo decepcionante, y no pudo conseguir ningún buen resultado en los Mundiales de Budapest. Para colmo de desgracias, en los campeonatos nacionales de Estados Unidos, clasificatorios para los Juegos Olímpicos, ni siquiera pudo clasificarse para la prueba de los 100, y tuvo que conformarse con acudir a Atenas a disputar un salto de longitud en el que acabó en un discretísimo quinto puesto con un salto de 6,85 m. Parecía que su hegemonía de antaño se había terminado de manera fulminante, por lo que tuvo que volverse a su país sin haber conseguido ninguna medalla en sus probablemente últimos Juegos.

Jones, además, estuvo en el ojo del huracán por sospechas de dopaje durante todo el año 2005. Su relación con Tim Montgomery, ex recórdman mundial de los 100 m, con quien ha tenido un hijo y con el que ha compartido la gloria del atletismo, se tornó dolorosa cuando éste fue acusado de dopaje, suspendido dos años y despojado de sus marcas. La relación de ambos con el escándalo del caso BALCO, por el que se supo que este laboratorio había suministrado a grandes nombres del deporte estadounidense sustancias dopantes prácticamente indetectables, y que salió a la luz por las declaraciones de la ex medallista olímpica en Atlanta 96 Kelli White, pusieron en el punto de mira a la pareja de estrellas del atletismo. Ninguno de los dos dio nunca positivo en ningún control, pero Montgomery fue acusado por las declaraciones de White, y sufrió el linchamiento. Sin embargo, Jones salió indemne del asunto, hasta que el mismo propietario del laboratorio, Víctor Conde, la acusó directamente de haberse dopado en su presencia. Jones le interpuso una querella criminal millonaria, pero a la postre ambos llegaron a un acuerdo amigable del que se desconocen los términos. Sin embargo, la credibilidad de la estrella cayó en picado, sus pérdidas económicas fueron terribles (sobre todo por el abandono de los patrocinadores); incluso se rumoreaba que tuvo que deshacerse de preciados objetos personales para poder subsistir. Su futuro profesional quedó, pues, en entredicho, y su futuro personal se convirtió en una terrible incógnita.

Con todo, su rendimiento durante la temporada 2006 fue discreto, aunque volvió a ser seleccionada para competir con el equipo de Estados Unidos en la Copa Mundial que se iba a celebrar en los últimos días de septiembre en Atenas. Sin embargo, de nuevo la sombra del doping planeó sobre ella, tras un supuesto positivo por EPO tras los campeonatos estadounidenses celebrados en junio en Indianápolis. Un contraanálisis exculpó de nuevo a la atleta, que se mostró eufórica, pero dio por terminada la temporada, excusada en que no estaba "preparada para competir en la mejor forma".

Finalmente, el 5 de octubre de 2007 se retiró del deporte tras declararse culpable de dopaje en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. El 11 de enero de 2008 fue condenada a seis meses de prisión por mentir a los investigadores en sus casos de dopaje y estafa, lo que provocó la devolución de cinco medallas olímpicas. El 5 de septiembre de ese mismo año salió de prisión.

Autor

  • Sánchez