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Ocio y entretenimientoBiografía

González López, José, o "Carnicerito de México" (1905-1947).

Matador de toros mejicano nacido en Tepatitlán (en el estado de Jalisco) el 19 de marzo de 1905, y fallecido en Villaviciosa (o Vila Viçosa, en Portugal) el 15 de septiembre de 1947, como consecuencia de las heridas que el día anterior le había producido un astado. En el planeta de los toros, este malogrado espada es conocido por el sobrenombre taurino de "Carnicerito de México".

Tras manifestar desde niño su deseo de llegar a convertirse en matador de reses bravas, siendo apenas un chaval consiguió ingresar en el matadero de la ciudad jalisciense de Guadalajara, donde, además de desempeñar el cargo de boletero, logró que le dejasen torear alguna becerra. De ahí pasó a ejercitarse como banderillero y, finalmente, a emprender en serio una andadura novilleril que habría de conducirle al escalafón superior. Se presentó, finalmente, en la Ciudad de México, y cuando ya había protagonizado, en calidad de novillero, varias actuaciones notables que merecieron la atención de los aficionados mejicanos más avisados, José González López pudo cumplir su objetivo de cruzar el Atlántico y mostrar su toreo en suelo hispano, a la espera de recibir el refrendo de la primera afición del mundo. Corría, a la sazón, la temporada de 1930, en la que el joven diestro de Jalisco pasmó con su valor al público de numerosas plazas españolas, incluida la de Madrid, en la que hizo su primer paseíllo el día 3 de agosto del mencionado año. Tanto brilló entre los novilleros españoles, que remató su aventura peninsular con un total de treinta y cinco contratos cumplidos en los principales cosos ibéricos, por lo que regresó a su país convencido de estar ya en condiciones de abandonar el escalafón novilleril para ingresar en la nómina de los matadores de toros.

Así, las cosas, en la campaña siguiente volvió a cruzar el océano para tomar la alternativa, el día 13 de septiembre, en el coliseo taurino de Murcia, donde el coletudo toledano Domingo López Ortega ("Domingo Ortega") se vistió también de luces para cederle los trastos con los que había de muletear y estoquear a un morlaco criado en las dehesas de Miura. Junto a ellos, hizo además el paseíllo aquella tarde el espada vizcaíno Jaime Noaín González, que ofició de testigo en la emotiva ceremonia del doctorado de José González López.

Aunque no andaba sobrado de repertorio a la hora de manejar el percal y la pañosa, "Carnicerito de México" sobresalía por sus desmesurados alardes de valor, que hacían las delicias de muchos aficionados españoles de antes de la Guerra Civil. Asimismo, lucía espléndidamente en la ejecución del segundo tercio de la lidia -como solía ser usual, por aquel entonces, en todos los matadores procedentes de México-, hasta el extremo de que llegó a ser considerado el mejor banderillero de su tiempo. Por último, era eficaz y decidido en el momento de ejecutar la suerte suprema, lo que le valió muchos triunfos en las arenas españolas.

Consciente de esa obligación de presentarse en Madrid que recae en cualquier aspirante a ser considerado figura del toreo, "Carnicerito de México" hizo el paseíllo en el redondel de la capital española tan sólo cinco días después de haber recibido el grado de doctor en tauromaquia. Para apadrinar esta confirmación de su reciente título, le acompañó, aquel 18 de septiembre de 1931, el matador sevillano Manuel Mejías Jiménez ("Manolo Bienvenida"), quien, bajo la atenta mirada del ya citado "Domingo Ortega" -presente, ahora, en calidad de testigo-, le facultó para trastear y despenar a Estudiante, un burel negro marcado con el hierro de don Celso Cruz del Castillo.

A partir de entonces, su presencia en las principales ferias y plazas españolas fue constante durante la década de los años treinta, período en el que el temerario "Carnicerito de México", lejos de pulir sus limitadas condiciones artísticas y acrecentar sus conocimientos de las técnicas del toreo, se lanzó a una vertiginosa intensificación de sus alardes temerarios, con lo que sólo consiguió el desdén de los aficionados cabales. No obstante, cosechó el favor de esa parte del público que se deja seducir por los excesos de coraje sin parar mientes en el mayor o menor fundamento técnico y artístico en que se apoyan, como lo prueba el hecho de que, en 1932, firmara dieciocho ajustes en suelo ibérico (uno de los cuales, verificado en Barcelona el día 12 de octubre, le anunció en solitario frente a seis reses de la ganadería de Pallarés).

En la campaña de 1933 se vistió de luces en la Península en veintinueve ocasiones, y aún firmó otra veintena larga de contratos en cada una de las dos temporadas siguientes (1934 y 1935). A partir de entonces, el estallido de la contienda fratricida y, posteriormente, el pleito mantenido entre los toreros españoles y los mejicanos impidieron a "Carnicerito de México" volver a torear en los cosos de España, por lo que su carrera por aquellos años quedó circunscrita al ámbito hispanoamericano, donde su alocado valor le reportó varias cogidas de gravedad.

El día 14 de septiembre de 1947, cuando la afición española aún andaba conmovida por la reciente desaparición de Manuel Rodríguez Sánchez ("Manolete"), el aguerrido diestro de Tepatitlán se enfundó el terno de alamares para torear en el pequeño circo portugués de Vila Viçosa. Cuando pasaba de muleta al séptimo astado de la tarde -un burel negro de la vacada lusa de Oliveira Irmaos, que atendía a la voz de Sombreiro-, fue alcanzado por un asta de la res en su muslo derecho, donde le sobrevino una extensa herida que presentaba la rotura de los vasos femorales. Trasladado urgentemente a la enfermería, "Carnicerito de México" fue objeto allí mismo de las primeras curas, aunque la falta de medios técnicos y humanos impidió la correcta atención que dicha lesión requería; de resultas de esta fatalidad, el valeroso espada jalisciense vino a perder la vida al día siguiente.

Bibliografía.

  • ABELLA, Carlos y TAPIA, Daniel: Historia del toreo (Madrid: Alianza, 1992). 3 vols. (t. 1: "De Pedro Romero a Manolete").

  • COSSÍO, José María de: Los Toros (Madrid: Espasa Calpe, 1995). (2 vols.).

  • GUARNER, Enrique: Historia del toreo en México (México, 1979).

  • ORTIZ BLASCO, Marceliano: Tauromaquia A - Z (Madrid, 1991). (2 vols.).

  • Diccionario de la Tauromaquia (Madrid: Espasa Calpe, 1995).

  • VILLATORO, Ángel: Antología taurina mexicana (Madrid, 1964).

  • VINYES RIERA, Fernando: México, diez veces llanto (Madrid: Espasa-Calpe, 1987).

Autor

  • JR.