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BiografíaFotografía

D'Ora, Madame (1881-1963).

Nombre artístico de Dora Kallmus, fotógrafa alemana nacida en Viena en 1881 y fallecida en Frohnleiten (Estiria) en 1963. Se inició en el campo de la fotografía a edad relativamente temprana, pese a la resistencia que encontró para ello debido a su condición de mujer. El que quisiera dedicarse a la fotografía, un campo escasamente desarrollado a principios de siglo por el género femenino, era calificado de excentricidad, y su formación profesional también se vio afectada por este obstáculo, hasta tal punto que la Escuela de Enseñanza e Investigación Gráfica de Viena la autorizó para asistir a los cursos teóricos, mas no a la realización de los ejercicios prácticos. Aprendió no obstante las bases del retrato fotográfico en Berlín, de la mano de Incola Perscheid.

Su personalidad agresiva y emprendedora le hizo salir victoriosa de estas vicisitudes y pronto, en 1907, pudo abrir un estudio fotográfico en Viena junto a Arthur Benda, a quien había conocido en el estudio de Perscheid. Formaron un magnífico tándem, pues mientras Benda se ocupaba del aspecto técnico, Madame D’Ora resolvía la parte artística de las imágenes: composición, encuadre, iluminación y estilismos, aspecto este último en el que recibió cierta influencia del “Art Nouveau” vienés.

Desarrolló un estilo muy personal a través de la aplicación de una lente que esfumaba los contornos (flou) y generaba unas composiciones cuya textura recordaba al pictorialismo, con su halo mágico y rebosante de glamour. Este atributo caracterizó sus primeros trabajos, es decir, los realizados hasta su instalación en París hacia 1924.

Fue después de la Segunda Guerra Mundial cuando Madame D’Ora abandonó definitivamente el suave flou de sus primeras obras para practicar la fotografía pura, la que perfila, define y precisa los contornos. Con esta nueva concepción realizó una serie de brillantes trabajos entre 1953 y 1955, entre los que destaca la serie “Espectáculos de Danza”. El abandono de la técnica flou y el cambio de las condiciones sociales la llevaron igualmente a posar su objetivo sobre otros referentes menos elegantes. En este momento salió a la calle a recoger motivos más sucios, como cloacas, mataderos... Pero incluso en estos entornos menos agradables, la autora supo edulcorar, a través del lenguaje fotográfico y con el uso de diversos artificios, la deformidad de los sangrientos cadáveres para conseguir naturalezas muertas ciertamente poéticas.

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Autor

  • 0112 MMMM