Bernabé, san (s. I)
Considerado como uno de los Doce Apóstoles. Nació en Chipre en el seno de una familia levítica y se convirtió al Cristianismo. Se narra de él que vendió un campo que poseía y puso el dinero de la venta a disposición de los Apóstoles. Se supone que fue uno de los discípulos, pero no consta que acompañara a Jesús. Aparece en la iglesia primitiva como una figura relevante que, sin pertenencer al grupo de los Doce, mereció al lado de San Pablo el título de Apóstol. Fue enviado por la iglesia de Jerusalén a Antioquía. Buscó a Pablo en Tarso, para trabajar juntos en la organización de la comunidad de Antioquía. De allí acompañó a San Pablo a Jerusalén, para socorrer a los fieles cristianos. Al regresar a Antioquía, trajeron consigo a Juan Marcos, sobrino de Bernabé. Fue elegido, por el Espíritu Santo, como guía de San Pablo para que éste comenzara su labor de apostolado, que tenía como primer objetivo la isla de Chipre. Al llegar a Salamina, puerto principal de Chipre, comenzaron a predicar en las sinagogas. Después de evangelizar en Chipre y Asia Menor, regresaron a Antioquía, donde permanecieron enseñando la palabra de Dios hasta que se separaron y Bernabé volvió a Chipre.
Según los Hechos y martirio de San Bernabé apóstol, que se presenta como obra de Juan Marcos, terminó su segunda misión en Chipre lapidado y quemado vivo por los judíos en Salamina. Su cuerpo habría sido hallado en el año 458, con el evangelio de San Mateo en su pecho que, junto con las piedras de su lapidación, forman los atributos de su iconografía.
