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PolíticaHistoriaBiografía

Bazán y Guzmán, Álvaro de, Marqués de Santa Cruz (1526-1588).

Marino español nacido en Granada el 12 de diciembre de 1526 y muerto en Lisboa el 9 de febrero de 1588.

Síntesis biográfica

De familia ilustre de guerreros y marinos, fue el más importante hombre de mar del rey Felipe II de España. Durante casi una quincena de años protegió con gran efectividad a la flota de Indias de los ataques corsarios ingleses y franceses (1554-1561) y luchó contra la piratería musulmana en el Mediterráneo (1562-1567), participando también en varias expediciones españolas al norte de África. Nombrado capitán general de las galeras de Nápoles (1568-1576) y titulado marqués de Santa Cruz, en 1571 fue uno de los principales artífices de la gran victoria cristiana sobre los turcos en Lepanto. Más tarde obtuvo el mando de las galeras de España (1576-1583), teniendo igualmente parte activa entre 1580 y 1583 en el sometimiento de Portugal a Felipe II, nuevo rey de este país. Como capitán general del Mar Océano (1583-1588) poseía el mando de la Gran Armada que él mismo organizó para invadir Inglaterra, pero murió antes de que la flota pudiese salir de puerto.

Familia y educación de Álvaro de Bazán

Era hijo de Álvaro de Bazán el Viejo, importante general de galeras del emperador Carlos V, y de Ana de Guzmán (hija de Diego Ramírez de Guzmán, primer conde de Teba). Pertenecía por tanto a una familia originaria del valle de Baztán, en Navarra, de donde tomó el apellido. Su abuelo, también llamado Álvaro de Bazán, había participado en la conquista de Granada en 1492, y desde entonces la familia vivía en esta ciudad. En 1529 su padre solicitó para él el hábito de caballero de Santiago, siendo armado como tal el año siguiente en Guadix (dada su corta edad, su profesión quedaba para más adelante, lo que no haría hasta 1568).

Fue educado en Gibraltar, después de que en 1535 se le concediese los cargos de alcaide y capitán del castillo de esta plaza (los cuales mantendría toda su vida), gobernando su padre hasta su mayoría de edad; fue su ayo Pedro González de Simancas. Dando pronto muestras de vocación marinera, aprendió junto a aquel el arte de la navegación. En 1544, con diecisiete años, le hacía compañía cuando por primera vez combatió victoriosamente contra unos corsarios franceses cerca de Galicia: el 25 de julio, frente a la ría de Muros, su padre abordó a un buque enemigo que había capturado dos naves vizcaínas, venciendo también a otra que acudió en su auxilio. Álvaro de Bazán hijo participó activamente en la lucha y en las maniobras marineras.

Los primeros mandos: la guerra contra los corsarios europeos e islámicos

Es posible que en 1554 viajase de nuevo con su padre en el mismo barco en que éste transportó al príncipe Felipe a Inglaterra. En este mismo año (con veintiocho de edad) obtuvo su primer mando, el de cuatro buques y 1.200 hombres, recibiendo el encargo de proteger los barcos que venían de América, cargados de metales preciosos y otras mercancías, contra la piratería francesa. Así, en mayo de 1555 apresó un barco enemigo no lejos de Coimbra; fue la primera acción de una larga serie de ellas realizadas los meses de primavera y verano en las cercanías de las Canarias o las Azores, en las cuales contó con los servicios de su hermano Alonso. En 1556 rindió en el cabo Alguer dos buques ingleses que transportaban armas a los musulmanes de Fez. Al poco marchó en auxilio de la guarnición española de Orán, pero por retirada de los musulmanes cambió el rumbo hacia las costas portuguesas, para proseguir su vigilancia contra los corsarios franceses. A ello se dedicó hasta 1561, sin que en todos estos años en que poseyó este cargo se perdiese un solo barco por captura corsaria. Fue por esta época cuando recibió órdenes regias de ejecutar a los oficiales apresados y emplear a los marineros como galeotes, por incumplimiento de los acuerdos de paz con los reyes de Francia e Inglaterra.

Luego participó en las frecuentes travesías españolas por el norte de África, para prevenir la piratería musulmana. En mayo de 1562 el rey Felipe II le encomendó la capitanía de la flota costeada por los mercaderes sevillanos con aquel objetivo. Debía patrullar la costa entre el cabo de San Vicente y Málaga. Su primera misión, en 1563, fue acudir, integrado en la flota de Juan de Mendoza, al auxilio de Orán, una vez más sitiada por Asan (hijo de Khair Ben Eddyn, Barbarroja). Las fuerzas de éste fueron totalmente sorprendidas y tuvo que huir, salvándose la plaza.

El año siguiente, en septiembre, tomó parte en la reconquista del Peñón de Vélez de la Gomera, sirviendo bajo el mando de García de Toledo. Él mismo quedó allí después para fortificar y abastecer la plaza, tarea que cumplió con rapidez. Trató en 1565 de bloquear la base pirata de la ría de Tetuán, el último de los refugios berberiscos importantes entre el estrecho de Gibraltar y Argel, pero unos ingleses se enteraron del plan y lo descubrieron a los musulmanes, que reforzaron el puerto e imposibilitaron el ataque. Estando en Córcega unos meses después se recibieron noticias del asedio turco a Malta; Álvaro de Bazán transportó, según un plan ideado por él mismo, varios miles de hombres para auxiliar a los caballeros de San Juan, que defendían la isla. El socorro fue efectivo y los turcos se retiraron poco después.

Capitán de las galeras de Nápoles: su participación en Lepanto

Terminado su anterior servicio en 1567, en febrero de 1568 fue nombrado capitán general de las galeras de Nápoles en sustitución de Sancho de Leiva, que había sido trasladado al mando de las de España. Poco antes de partir hacia Nápoles pasó por Uclés (Cuenca), donde profesó por fin como caballero de Santiago, recibiendo la encomienda de Villamayor de Santiago (Cuenca). Ya en Italia, reorganizó con eficiencia su armada para ponerla en disposición de proteger las costas del reino. Parece que también participó a finales de año en alguna acción contra los moriscos de Granada, que acababan de sublevarse. Era un servicio más que añadir a los muchos que había dado en casi una quincena de años; de este modo, el 9 de octubre de 1569 fue premiado con el título de marqués de Santa Cruz. Su cometido, no obstante, no se presentaba fácil, pues el sultán turco Selim II estaba reuniendo una escuadra muy poderosa. El marqués de Santa Cruz obtuvo algunos éxitos, pero no era tarea para afrontar con solamente unas fuerzas limitadas como las suyas.

Habiendo propuesto el papa Pío V la creación de una Liga Santa que fuese capaz de enfrentarse a los turcos, en tanto se negociaban los pormenores entre los representantes españoles, pontificios y venecianos, el marqués se dedicó a construir y dotar junto con Antonio Perrenot, cardenal Granvela y virrey de Nápoles, una escuadra de 38 galeras. Habiendo llegado aquellos a un acuerdo, Santa Cruz recogió en Génova los barcos genoveses y saboyanos; condujo a Juan de Austria, almirante supremos de la armada de la Liga Santa, a Italia; embarcó equipaje en Cartagena y unos 2.500 hombres en Almería, y por fin en septiembre de 1571 llevó su flota a Mesina, punto de reunión general. Se distribuyeron todos los barcos reunidos en cuatro escuadras, recibiendo él el mando de los 30 barcos de la retaguardia, identificados con un banderín blanco. Su misión sería proteger la flota por detrás y acudir en socorro de los puntos más amenazados: se trataba de un cargo de la más alta responsabilidad y que requería considerable iniciativa, pues una vez comenzado el combate no podría recibir instrucciones de Juan de Austria.

Antes de entrar en combate la coalición estuvo a punto de deshacerse por un incidente con entre españoles y venecianos; estando Juan de Austria dispuesto a separarse e intentar conquistar alguna plaza turca, el marqués de Santa Cruz, que formaba parte del Consejo aliado, logró que el almirante no abandonase el objetivo inicial de enfrentarse con la escuadra enemiga. Unos días después, el 7 de octubre, se avistó a aquella en el golfo de Lepanto (Grecia) y Santa Cruz colocó a sus fuerzas en posición de combate. Iniciada la lucha, socorrió primero al ala izquierda aliada del veneciano Agustín Barbarigo, que se había visto rodeado de contrarios. Luego acudió en auxilio de la nave real de Juan de Austria, que estaba en situación comprometida. Él mismo trabó combate cuerpo a cuerpo y recibió dos balazos, afortunadamente sin consecuencias. A continuación liberó la nave capitana de Malta, que combatía en el ala derecha de Andrea Doria y había sido capturada por el capitán turco Uluch Alí (o Luchalí). Persiguió a varias naves enemigas que huían, haciendo embarrancar a muchas y capturando otras. Lograda la victoria total, la victoriosa armada de la Liga Santa volvió a Italia. Santa Cruz, uno de los principales artífices del éxito, llevó sus buques a Nápoles, donde fue recibido con gran entusiasmo. Además de la felicitación real fue recompensado con la concesión de la encomienda santiaguista de Solana (en sustitución de la de Villamayor).

Aprovechó el invierno para reparar sus galeras y construir otras nuevas. El año siguiente partió de nuevo con Juan de Austria hacia Grecia, donde aguardaba una nueva flota turca que, no obstante, no quiso entrar en combate; tampoco se pudo encontrar una plaza que conquistar, por lo que la flota regresó a puerto. Los preparativos para una próxima salida se emplearían, no ya contra la escuadra turca, pues Venecia abandonó sorpresivamente la Liga, sino contra Túnez. Esta ciudad fue tomada por el propio Santa Cruz en octubre de 1573, tras lo cual volvió a Nápoles. Pero la plaza fue perdida de nuevo el año siguiente, sin que nada pudiese hacer el marqués por falta de recursos. En 1575 trasladó a Juan de Austria a España, y seguramente hizo lo propio en 1576, otra vez a Italia cuando aquel fue nombrado lugarteniente en la península, aprovechando estos y otros viajes para perseguir las naves turcas que eran avistadas.

Capitán de las galeras de España: la guerra de Portugal y los planes de invasión de Inglaterra

En diciembre de 1576 fue trasladado al mando de las galeras de España; no pudo viajar a la Península hasta primavera de 1578, tras dejar en orden los asuntos de Italia. Organizó la flota de Cartagena y luego reforzó la de Orán. Al tener en agosto noticia de la muerte del rey portugués Sebastián I en Alcazarquivir, combatiendo a los musulmanes, marchó inmediatamente con considerables fuerzas para proteger las importantes plazas portuguesas del norte de África (Arcila, Ceuta y Tánger) y evitar que se perdieran. Llevó algo después a Alarache el rescate de los nobles portugueses encerrados allí, según orden de Felipe II, quien ya tenía idea de incorporar el reino de Portugal. Tras algunos trabajos diplomáticos en este sentido durante gran parte de 1579, al morir al fin a principios de 1580 el anciano rey portugués Enrique I el Cardenal, planificó con Fernando Álvarez de Toledo, duque de Alba, un plan de invasión de Portugal que se aplicaría si los derechos de Felipe II no fuesen aceptados completamente.

Así fue al aspirar también al trono portugués Antonio de Portugal, prior de Crato, de modo que en tanto el duque de Alba entraba en el país por el Alentejo, el marqués de Santa Cruz se hacía a la mar en julio con algo más de medio centenar de galeras y otros tantos barcos menores. Habiendo en principio descartado por indicación de Alba la conquista de los puertos del Algarve (luego, por orden del rey, los ocupó al rendirse éstos tras algunas entrevistas con sus autoridades), se dirigió hacia Setúbal, donde se reunió con las tropas terrestres a tiempo para tomar el fuerte de la ciudad, que no había capitulado como ésta. Allí se resolvió transportar el ejército por mar hasta Cascais, para luego lanzarse sobre la cercana Lisboa. Mientras ello se hacía, Santa Cruz envió a su hermano Alonso a capturar la flota portuguesa de Indias, para evitar que el dinero que transportaba fuese a parar al prior de Crato. Después de desembarcar a los hombres, volvió a Setúbal a por la artillería y equipaje. A finales de agosto entró en el puerto de Lisboa en coordinación con las fuerzas de tierra, rindiendo a los 44 barcos de la armada portuguesa.

Caída Lisboa y huido el prior de Crato, quedó asegurado casi todo Portugal para Felipe II. Únicamente el archipiélago atlántico de las Azores se declaró contrario; en julio de 1582 Santa Cruz llevó allí su flota y unos 10.000 soldados, estableciendo su base de operaciones en la isla San Miguel, que se había sometido voluntariamente. Derrotó los días siguientes a una más numerosa escuadra francesa comandada por Felipe Strozzi, que había acudido por cuenta propia para ayudar a los portugueses. El propio Strozzi murió en la batalla junto con 3.000 de sus hombres, habiendo perdido diez de sus buques. La conquista total de las Azores, con la toma de la isla Tercera y la más pequeña de Fayal, debió esperar hasta agosto de 1583, exigiendo ello duros combates con portugueses y franceses. En esta ocasión, la recompensa de Felipe II a los buenos servicios de Santa Cruz fue la encomienda mayor de León, el título de Grande de España, y el nombramiento de Capitán General del Mar Océano (del Océano Atlántico).

Poco después de esta victoria sugirió al rey la invasión de Inglaterra, país que veía como el principal enemigo de España por su apoyo a los rebeldes holandeses, sus constantes ataque al comercio americano y a las mismas costas españolas, y su condición de estado protestante. En 1584, dada su experiencia en los asuntos portugueses (ya residía además en Lisboa), fue nombrado también capitán general de todos las fuerzas, marítimas y terrestres, estacionadas en este país. En enero de 1586, poco después de un pequeño desembarco del inglés Francis Drake en Galicia, insistió al rey sobre la necesidad de desembarcar en las Islas Británicas. Esta vez Felipe II sí prestó atención y le encargó la preparación de un plan con ese objetivo, que él redactó en sólo dos semanas.

Decidida por fin la invasión, se nombró generalísimo de las fuerzas españolas al duque Alejandro Farnesio, quedando el duque subordinado a él con el mando de la armada. Pero los preparativos sufrieron muchos retrasos, notificando por ello sus quejas al rey. Para más desgracia, a mediados de 1587 Drake quemó los buques que encontró amarrados en el puerto de Cádiz, sin que el marqués, que continuaba en Lisboa, pudiese hacer nada para impedirlo. El rey, impaciente y algo distanciado con Santa Cruz, no atendió a sus consejos sobre cómo ejecutar el plan (sugería escoger primavera, o en su defecto, enero; para efectuar el desembarco, con algún puerto de Zelanda como base). No mucho después, en enero de 1588, enfermó y al mes siguiente murió a los 61 años de edad, sin haber podido zarpar. Fue sustituido por Alonso de Guzmán, duque de Medina Sidonia, mucho menos capaz que él. Su cuerpo fue enterrado en la iglesia de la Asunción de El Viso (Ciudad Real) hasta 1643, cuando fueron trasladados al convento de San Francisco del mismo pueblo.

La Armada Invencible. Escuela Flamenca.

Álvaro de Bazán, excelente marino al que Miguel de Cervantes llamó “padre de los soldados” (cap. XXXIX de El Quijote: la capitana de Nápoles, llamada La Loba, regida por aquel rayo de la guerra, por el padre de los soldados, por aquel venturoso y jamás vencido capitán don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz), era de buena presencia, moreno, de cara alargada y ojos grandes, y de barba poco espesa. De gran valor e inteligencia, dio muestras de su capacidad en las acciones en las que participó. Por otra parte, fue él el autor del diseño de los grandes galeones que realizaban el largo viaje atlántico hasta Nueva España (México). A partir de 1564 inició la construcción, en sus dominios de El Viso, de un palacio renacentista que hoy es el Archivo General de la Marina. Los planos fueron obra de Giovanni Castello el Bergamasco, cuyos hijos, junto con otros pintores como Cesare Arbasía, realizaron los frescos manieristas del interior, que representan escenas de la batalla de Lepanto y otras acciones bélicas de los Bazán. El marqués de Santa Cruz había casado primero con Juana de Zúñiga y luego con María Manuel. Su hijo Álvaro de Bazán y Benavides, segundo marqués de Santa Cruz, también fue capitán general de la armada española.

Bibliografía

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Enlaces en Internet

http://www.mde.es/mde/cultura/patrim/archi7.htm ; Página del Archivo General de la Marina “Álvaro de Bazán” (en español).
http://www.mgar.net/var/bazan.htm ; Página con una biografía del marqués de Santa Cruz (en español).
http://www.monumentalia.net/portal/pagina.asp?monumento=5688 ; Página con información e imágenes del palacio de El Viso (en español).
http://www.revistanaval.com/armada/batallas/lepanto.htm ; Página con amplia información sobre la batalla de Lepanto (en español).

Autor

  • Bernardo Gómez Álvarez