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PolíticaHistoriaBiografía

Enrique III, Duque de Baviera y Sajonia (1129-1195).

Duque de Baviera y Sajonia, conocido como Enrique el León. Nació en Ravensburgo en 1129 y falleció en Brunswick en 1195. Fue decisiva su participación en la cristianización de los países del Báltico y su inclusión dentro de la órbita imperial. Se enfrentó con el emperador Federico I, lo que supuso su caída y la desaparición del ducado de Sajonia.

Síntesis biográfica

Fue hijo de Enrique el Soberbio y de Gertrudis, una hija del emperador Lotario, y primo del emperador Federico I Barbarroja. En 1142 renunció a Baviera y obtuvo Sajonia. Cinco años después luchó contra los vendos y se rebeló contra Conrado III para recuperar Baviera, que le fue entregada por Federico I en 1154. Entre aquel año y 1156 viajó a Roma con el emperador y en los años siguientes consolidó su dominio sobre Baviera con la fundación de Munich y amplió sus Estados al este del Elba. Luchó contra una liga nobiliaria levantada contra él en 1166, obteniendo el favor imperial en las negociaciones de paz. En 1167 casó en segundas nupcias con Matilde de Inglaterra. En 1172 peregrinó a Tierra Santa y a su regreso se negó a colaborar con el emperador, lo que le atrajo su enemistad. Fue desposeído de sus Estados en 1179 y, tras ser derrotado por el emperador se exiló en Inglaterra (1181-1185). A su regreso se volvió a levantar contra Federico I y fue vencido una vez más (1190). Antes de su muerte se reconcilió con el emperador Enrique VI. Enrique el León murió en 1195 y fue enterrado en la iglesia de San Blas, en Brunswick.

La herencia de Enrique el León; empresas expansivas

El emperador Conrado III declaró en 1138 que mantener dos ducados en una misma mano era ilegal y luchó contra Enrique el Soberbio para despojarle de los de Baviera y Sajonia. Tras la muerte de el Soberbio, Sajonia fue defendida tenazmente por la abuela de Enrique, la emperatriz Richenza, pero a su muerte en 1142, Gertrudis, viuda de el Soberbio, detuvo la resistencia y se casó con el Margrave de Austria, Enrique de Jasormigott. En la dieta de Francfort de 1142 Enrique el León renunció a sus derechos sobre Baviera, que el emperador concedió a su padrastro, y recibió a cambio la Sajonia.

En 1147, siguiendo la predicación de Bernardo de Claraval, que prometía a los que lucharan contra los vendos la misma recompensa que a los cruzados de Tierra Santa, Enrique el León y el margrave de Brandeburgo, Alberto el Oso, condujeron sendos ejércitos al país de los vendos con la consigna "bautismo o muerte". Al llegar a Pomerania los invasores se dieron cuenta de que aquel país ya estaba cristianizado y contaba incluso con un obispado; en Meclenburgo los vendos hicieron promesas de que se dejarían bautizar, pero la resistencia a la misión convirtió en un fracaso el intento. Aquel mismo año Enrique de Sajonia se reveló contra el emperador y tomó el título de duque de Baviera, reclamando sus derechos paternos e intentando en 1151 apoderarse de ella por las armas. La muerte del emperador vino en su ayuda, porque fue designado sucesor de Conrado III su primo Federico I, conocido como Barbarroja, que derogó formalmente la sentencia que le había quitado Baviera a su padre y le concedió el ducado (1154). La sentencia quedó pendiente de ejecución hasta que el emperador prestase al papa la ayuda que le había prometido y Enrique el León acompañó a Federico en su viaje a Roma, iniciado en octubre de 1154. Por fin, en la asamblea de Regensburgo de 1156 Enrique de Jasormigott devolvió Baviera a Enrique el León y recibió como compensación la elevación del margraviato de Austria a ducado independiente.

En los años siguientes Enrique el León consolidó su dominio sobre Baviera con la fundación de Munich (ca. 1158) y ensanchó la frontera oriental de Sajonia con sus conquistas sobre los eslavos. En 1158 obligó al conde de Holstein a cederle Lübeck. Enrique el León emprendió la colonización de las tierras de más allá del Elba, conquistó todo el Meclenburgo y la Pomerania, a cuyos príncipes obligó el emperador a que rindiesen vasallaje a Enrique, y fundó muchos obispados y cenobios; éstos fueron los difusores del cristianismo en los países del Báltico y con él, la agricultura, el comercio y el progreso económico. El emperador le favoreció con la concesión de la soberanía sobre las nuevas iglesias del territorio colonial (Ratzaburg, Oldenburgo-Lübeck y Schwerin), protegiéndole así de las ambiciones de sus adversarios. De esta manera Enrique el León formó un vasto Estado territorial entre el Elba y el Oder y entre el Báltico y el Harz que dominaba todo el norte de Alemania y pronto excitó la envidia de los soberanos vecinos y un gran número de príncipes eclesiásticos. En 1166 algunos de estos enemigos, entre los que destacaban el margrave de Brandeburgo, el landgrave de Turingia y el conde de Holstein, formaron en Merseburgo una liga contra el León mientras éste se encontraba guerreando en Pomerania; los obispos contrarios al duque de Baviera reavivaron la antigua oposición contra el ducado patrimonial. La guerra se prolongó durante dos años, al cabo de los cuales intervino el emperador, que actuó a favor de Enrique en una dieta celebrada en Bamberga. En lo sucesivo Enrique pudo consolidar su situación sin tener que preocuparse de sus vecinos.

Enemistad con el Imperio

En 1167 Enrique de Baviera se divorció de su primera esposa, Clemencia de Zähringen, y casó con Matilde, hija de Enrique II de Inglaterra, incrementando su influencia en el extranjero de una forma que al emperador le pareció peligrosa. Esto hizo que comenzaran a deteriorarse las relaciones entre el duque y el emperador. Enrique inició una peregrinación a Jerusalén en 1172 y a su regreso a Alemania se negó a participar en la campaña italiana de Barbarroja. Dos años después Enrique y Federico mantuvieron una entrevista personal en Chiavenna (febrero de 1176) en la que el emperador, que había fracasado en el asedio de Alejandría, rogó al duque que le ayudase en Italia. Enrique el León contestó exigiendo la soberanía sobre Goslar, con ricas minas y Federico, indignado, abandonó la negociación, consumando la ruptura entre ambos. Después de la derrota del emperador en Legnano (22 de mayo de 1176), Enrique pactó con el papa Alejandro III la paz de Venecia (1 de agosto de 1177) y regresó a Alemania, reanudando la conquista de Pomerania. Durante los dos años siguientes Federico Barbarroja permaneció ocupado en Italia, pero en 1178 regresó a Alemania suficientemente fortalecido y se dispuso a liquidar cuentas con su primo.

A raíz de las acusaciones de los adversarios del duque de Baviera, Federico I inició contra él un proceso por perturbación del orden público, le proscribió (1179) y le retiró las investiduras (1180). Ante esta situación Enrique el León intentó sin éxito reconciliarse con el emperador y después opuso resistencia armada. Ya había vencido a los grandes de Sajonia dirigidos por el obispo de Halberstadt, Ulrico, que fue capturado, al arzobispo de Colonia en Halsefeld y al landgrave de Turingia en Weissensee, pero cuando el emperador entró en Sajonia (1181), Lübeck, los vasallos del duque y sus vecinos le abandonaron y se pasaron al bando imperial; tampoco pudo Enrique el León contar con la ayuda de su suegro, el rey de Inglaterra, atacado por Francia en aquellos momentos. Derrotado, Enrique renunció en la dieta de Erfurt, a finales de 1181, a sus aliados de Brunswick y Lümeburgo y pidió clemencia. Fue despojado de sus feudos y, aunque se le permitió conservar sus bienes personales, el emperador le obligó a exiliarse durante tres años a la corte de Inglaterra. Baviera fue entregada a Otón de Wittelsbach y Sajonia quedó dividida entre el obispo de Colonia, que recibió Westfalia, y el conde de Anhalt, a quien se concedió la Sajonia oriental. Después de su regreso a Alemania (1185) el emperador se dispuso a partir para la cruzada y dio a elegir a Enrique entre tres opciones: acompañarle, renunciar a sus derechos o iniciar un nuevo destierro; el de Baviera eligió lo tercero, pero, aprovechando la ausencia del emperador se volvió a levantar contra él y atacó a sus enemigos de Sajonia. Primero derrotó a Adolfo de Holstein y devastó su país, lo que le permitió recuperar una buena parte de su antiguo ducado. Pero pronto varias derrotas consecutivas le obligaron a firmar la desventajosa paz de Fulda (julio de 1190), con el sucesor de Barbarroja, Enrique VI. En 1192 Enrique VI había mostrado la debilidad de su reinado y Enrique el León, esperando siempre el resurgimiento de los güelfos, reinició la guerra. Un año después se reconcilió con el emperador para conseguir la libertad del rey de Inglaterra, Ricardo Corazón de León, prisionero de Enrique VI en Viena.

Del matrimonio entre Enrique el León y Matilde de Inglaterra nacieron tres hijos, el tercero de los cuales, Otón (IV), educado en la corte de Ricardo Corazón de León, fue rey en 1208.

Bibliografía

  • DIEGO HERNANDO, M. El Imperio en la Europa medieval. Madrid, 1996.

  • HALLER, J. y DANNENBAUER, H. De los Carolingios a los Staufen. Época antigua de los Emperadores alemanes (900-1250). México D. F, 1974.

  • SCHARAMM, P. Kaiser, Rom und Renovatio: Studien zur Geschichte des römischen Erneuerungsgedankens vom Ende des karolingischen Reiches bis zum Investiturstreit. Darmstadt, 1957.

  • THOMPSON, J.W. Feudal Germany. Chicago, 1928.

JMMT

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero