Assur-bel-kala, Rey de Asiria (1073-1056 a.C.).
(ASH-shur-En-ka-la o ASH-shur-bel-ka-la) Rey asirio del Imperio medio, hijo de Tiglat-pileser I y sucesor de Asharid-apil-Ekur, que era hermano suyo. Lo más significativo de sus dieciocho años de reinado fue el acuerdo y la paz total que pactó con el rey babilonio Marduk-shapik-zeri-mati, para así poder hacer fente a los progresos de los arameos, quienes habían alcanzado las cercanías de la propia capital imperial, Assur. Muerto el rey babilonio, Assur-bel-kala logró imponer en Babilonia como rey a una persona de origen arameo, llamada Adad-apla-iddina, hijo de Esagil-shaduni, al tiempo que contrajo matrimonio con la hija de su protegido, el citado Adad-apla-iddina. Ello motivó, como señala la Crónica sincrónica, que los pueblos de Asiria y de Babilonia se mezclaran. Durante su gobierno hubo de luchar contra Urartu y mantener constantes tropas en el valle del Khabur, lo que le supuso grandes pérdidas, según sus Anales. Algunos especialistas le atribuyen el llamado Obelisco roto, interesante documento, hallado en Kuyunjik y hoy en el Museo Británico, que recoge el relato tanto de sus campañas como de las de su abuelo, Assur-resha-ishi I. Assur-bel-kala efectuó restauraciones en templos y palacios de Assur y Nínive. A nuestros días ha llegado la tumba y el sarcófago de caliza que contuvo sus restos. En el trono le sucedió su hijo Eriba-Adad II.