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LiteraturaBiografía

Tasso, Torcuato (1544-1595).

Hijo de Bernardo Tasso y uno de los más grandes poetas que ha producido Italia. Fue llamado el Cisne de Sorrento, por haber nacido en la ciudad de este nombre en 1544. En su niñez tuvo que abandonar Sorrento, proscrito con su familia como rebeldes al emperador Carlos V y partidarios del príncipe de Salerno. Hizo sus estudios en Padua, y a los dieciocho años de edad dio la primera prueba de su genio, escribiendo el poema Reinaldo. Pasó luego a París, donde fue espléndidamente acogido por Carlos IX, y llamado poco después por Alfonso II, duque de Ferrara, a su corte, hizo representar la Aminta, drama pastoril que obtuvo un gran éxito en 1579. Dos años después dio a luz la Jerusalén libertada, magnífico poema, que estaba componiendo desde hacía algunos años, y que elevó su gloria al más alto grado. Enamorado y correspondido de la princesa Leonor, hermana del duque Alfonso, fue denunciado por un caballero a quien había confiado el secreto, y aunque le castigó venciéndole en un duelo, no pudo evitar el escándalo, y fue encerrado en una prisión. Pudo fugarse, y se refugió en Turín, donde el duque de Saboya le colmó de favores; pero su imaginación exaltada le hizo creer que aquel príncipe trataba de entregarle a Alfonso, por lo cual huyó a Roma; volvió luego a Sorrento, su patria, aunque disfrazado, y como recibiera noticias de Leonor, diciéndole que podía ir a Ferrara sin temor alguno de su hermano, se encaminó allá, y fue recibido por el duque del modo más amable. Sin embargo, advirtió que todos le trataban ya de distinto modo, y esto le ocasionó meditaciones y rasgos de exaltación, que hicieron extenderse el rumor de que estaba loco. Fue encerrado en el hospital de Santa Ana, y allí sufrió otro nuevo disgusto, como fue el saber que se había hecho en Venecia una edición fraudulenta e incorrecta de la Jerusalén libertada. Salió por fin de su encierro, a la edad de cuarenta y dos años, pasó a Mantua, luego a Nápoles, con indulto, y allí escribió la Jerusalén conquistada, composición perfectamente ajustada a las reglas de la epopeya. Se trasladó luego a Florencia, donde le llamaba el duque Fernando, y para fin de su carrera poética escribió el Mondo creato, poesía en versos sueltos, en la que brilla una gran erudición. Por último, llamándole a Roma el cardenal Aldobrandini, para ser coronado por mano del pontífice, se dirigió a aquella capital; pero no pudo recibir la corona, por haberle asaltado a su llegada una enfermedad que le condujo al sepulcro. De sus últimos años son los siguientes poemas: Las siete jornadas de la creación del mundo, 1592-94 y los Discursos sobre el poema heroico, 1595. Dejó 2000 Rimas, la mayor parte, poemas amorosos y galantes.

Influyó en los arcadios, fue punto de partida de Leopardi y se ha hecho sentir en la poesía del XIX y XX. De sus obras se han hecho un gran número de ediciones.

Autor

  • Carlos