A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
PolíticaHistoriaBiografía

Rivas Vicuña, Manuel (1880-1937).

Político liberal chileno, nacido en Santiago el 1 de mayo de 1880 y fallecido en esta misma ciudad en agosto de 1937. Brillante diplomático, político y estadista, tuvo una influencia decisiva en el acontecer chileno durante casi todo el periodo de la República parlamentaria (1891-1920).

Estudió humanidades en el colegio de San Ignacio y se graduó de bachiller en Filosofía, Humanidades y Bellas Artes con diecisiete años en la Universidad de Chile, en cuya facultad de Leyes y Ciencias Políticas continuó cursando la carrera de Derecho; se licenció en 1902 y obtuvo el título de abogado un año después con una memoria sobre la “Instrucción del pueblo”. De esta época de estudiante data la primera actividad de carácter social de Manuel Rivas al fundar en 1901, con un grupo de compañeros, la Sociedad de Escuelas Nocturnas para Obreros, institución a la que donaría en 1927 su nutrida biblioteca cuando se vio en la obligación de abandonar Chile por razones políticas. Asimismo, sus acendradas ideas liberales le llevaron a fundar el “Centro Liberal” -donde participaba en el adoctrinamiento de las juventudes pertenecientes a este grupo político-, la Asamblea Liberal de Santiago y otras instituciones análogas en provincias.

Manuel Rivas Vicuña combinó su tarea como juez de paz con la temprana responsabilidad al frente de la Secretaría General del Partido Liberal que le fue asignada en 1904, año en que contrajo matrimonio con Eduvigis González Edwards. En 1906 fue nombrado profesor de Derecho Romano en la Universidad de Chile, desempeñó las funciones de secretario general de la Convención que proclamó la candidatura de Pedro Montt y dirigió la campaña que le llevaría a la presidencia de la República. Ese mismo año realizó su primer viaje a Europa y durante seis meses residió en Berlín donde estudió la organización de la Previsión social. A su regreso a Chile, además de pronunciar varias conferencias sobre temas sociales y específicamente sobre el mundo obrero, organizó la Convención Liberal celebrada en Santiago en diciembre de 1907 con el fin de asegurar la gestión democrática del partido y renovar su programa, dando entrada al estudio de las cuestiones sociales y a la satisfacción de las reivindicaciones populares.

En 1908 fue proclamado candidato a una Concejalía del Ayuntamiento de Santiago por una mayoría de partidos y orientó sus esfuerzos a los asuntos económicos y de mejora de los servicios de la ciudad plasmados en reportajes periodísticos de El Mercurio y Las Últimas Noticias. En 1909 fue elegido diputado al Congreso Nacional por los departamentos de San Felipe, Los Andes y Putaendo y reelegido en 1912, demostrando un especial interés por los problemas relacionados con la educación, la convivencia y la mejora del sistema electoral que fueron abordados en diversos proyectos de su autoría, así como a través de su labor al frente de la Extensión Universitaria, organismo compuesto por profesores, estudiantes y obreros pertenecientes a la Asociación de Educación Nacional.

En 1912 fue llamado por el presidente Ramón Barros Luco para el cargo de ministro de Hacienda primero y como presidente del Consejo y ministro de Interior después, realizando una incesante labor parlamentaria y de gobierno que abandonó momentáneamente, entre el desempeño de las dos carteras, a fin de restablecer su salud. Entre las labores realizadas destacan el restablecimiento de las relaciones de Chile con Perú, el reordenamiento de los servicios y finanzas públicas, la ley de tabacos, la realización del protocolo telegráfico, la fundación de la oficina de las Especies Valoradas, de la Inspección de Agua Potable y Desagües y de obras públicas de carácter portuario, fabril y urbano. En el orden institucional, Rivas Vicuña favoreció el intercambio de visitas entre las colectividades obreras de Perú y Chile, en lo que fue su permanente propósito de estrechar vínculos con los países limítrofes, estableció la Ley de Elecciones de 1914 y volvió a ocuparse de su proyecto de Ley de Educación Primaria Obligatoria, de la que fue inspirador y principal impulsor.

Cansado de la lucha parlamentaria y con el deseo de dedicar más tiempo a sus intereses, Rivas Vicuña renunció a la reelección como diputado por Aconcagua en los comicios de 1915 pero tuvo que aceptar presentarse por Curicó en sustitución de Arturo Alessandri, candidato a senador con quien Rivas Vicuña había compartido tareas de gobierno y que, más tarde, alcanzaría la presidencia de la República. Tras obtener el nuevo acta de diputado, volcó sus esfuerzos en la campaña a la presidencia de Javier A. Figueroa, asumió la Vicepresidencia del Partido Liberal, fue el principal opositor al gobierno de Juan Luis Sanfuentes y coordinó en 1918 la exitosa campaña de la denominada “Alianza Liberal” compuesta por liberales, radicales y demócratas, un triunfo que le confirió mucho prestigio.

Colaboró con el presidente Sanfuentes en la organización de gabinetes dentro del régimen de la Alianza pero rechazó en varias ocasiones su oferta de carteras ministeriales, prefiriendo convertirse en el miembro más joven del Consejo de Estado. Con el deseo de ampliar el número de partidarios de su opción política, en 1919 Rivas Vicuña fundó la Unión Liberal que, sin embargo, no logró su propósito sino el contrario, contienda presidencial incluida. Así, las elecciones de 1920 dirimidas entre Alessandri y Luis Barros Borgoño no contaron con su concurso pero sí con su implicación en el Tribunal de Honor que resolvió el conflicto a favor del primero.

Rivas Vicuña aceptó el ofrecimiento del gobierno de representar a Chile en la Asamblea de la Sociedad de Naciones por lo que, en octubre de 1920, viajó de nuevo a Europa. Participó en las tres primeras asambleas celebradas hasta 1922 y asistió a numerosas reuniones internaciones relacionadas con el trabajo, comunicaciones y transportes, tráfico de mujeres y niños, armamento, etc., en distintas ciudades europeas como Ginebra, Barcelona, Viena y Budapest, destacándose el político chileno por su competencia, defensa de los intereses latinoamericanos y diplomacia, lo que le granjeó simpatías y honores.

A su regreso a Chile, el presidente Arturo Alessandri designó a Rivas Vicuña ministro del interior -cargo que desempeñó durante sólo veinte días- y contribuyó a reconciliar la mayoría del Senado con la máxima autoridad del país. Tras su experiencia adquirida en Europa y gracias a su talante abierto y negociador, tomó a su cargo la Secretaría General de la V Conferencia Panamericana, además de participar activamente en los sucesos políticos de 1923 y en las reformas constitucionales realizadas en un país con graves problemas derivados de la ineficacia del Congreso y del desastre financiero. A pesar de esto, en las elecciones parlamentarias de 1924 todavía pudo triunfar la Alianza Liberal y el diputado Rivas Vicuña trabajó activamente hasta la caída de Alessandri en otoño de dicho año.

Otro de los frentes activos de Rivas Vicuña fue el periodismo, sobre todo desde 1923 en que inició la colaboración con El Mercurio y en cuyas páginas trató temas de su competencia e interés: tratados internacionales, cuestiones sociales y política interna chilena centrada en la necesidad de reconstrucción nacional y en señalar los medios para lograrlo.

Rivas Vicuña no figuró en los puestos de gobierno del gabinete presidido por el general Luis Altamirano ni en el formado al (breve) regreso de Alessandri en 1925, momento éste de ruptura con el pasado al convocarse una Convención Constituyente encargada de redactar la Constitución (1925) y establecer un sistema democrático y de derecho. Igualmente corto fue el gobierno de Emiliano Figueroa Larraín quien acudió a Rivas Vicuña -elegido nuevamente diputado en 1925- para que organizara un gabinete de carácter civil a consecuencia del rompimiento de los partidos políticos con el entonces coronel Carlos Ibáñez del Campo que alcanzó la jefatura de gobierno en 1927.

La exclusión de los partidos políticos del escenario chileno y la persecución de sus figuras más representativas fueron las características de la etapa de gobierno del general Ibáñez. Así fue como Rivas Vicuña se vio obligado a abandonar el país tras divulgar en los medios periodísticos la conspiración de Ibáñez para apoderarse del gobierno. Viajó con su familia desde Chile a Ecuador, Perú y Estados Unidos, en cuya capital se estableció como árbitro adjunto en los tribunales de reclamaciones contra México y continuó colaborando en la prensa y firmando con las iniciales P.I.P. (patriota injustamente proscrito). En París se le nombró presidente de una comisión para el canje de poblaciones entre Grecia y Turquía, país éste donde permaneció desde 1928 a 1931 (con varias visitas a México) contribuyendo a las conversaciones y tratados de amistad entre ambos estados.

Al fin de la dictadura de Ibáñez, el gobierno de Juan Esteban Montero designó a Rivas Vicuña embajador en Lima, concluyendo así la vida profesional de uno de los políticos más eficientes y socialmente sensibles de los inicios del siglo XX en Latinoamérica.

Durante sus viajes, Rivas Vicuña escribió de memoria y sin documentos una Historia política y parlamentaria de Chile que fue publicada póstumamente, así como una novela que evocaba recuerdos de Santiago de 1892 a 1904 titulada El Cristo del Maestro aparecida un año antes de su muerte.

Bibliografía

  • FUENTES, J.; CORTÉS, L.; CASTILLO, F.; VALDÉS, A. Diccionario Histórico de Chile. Santiago, Ed. Zig-Zag, 1984.

  • LEÓN ECHAIZ, R. Evolución histórica de los Partidos Políticos Chilenos. Buenos Aires-Santiago, Ed. Francisco de Aguirre, 1971 (1ª edición, 1939).

  • RIVAS VICUÑÁ, M. Historia política y parlamentaria de Chile. Santiago de Chile, Ed. Biblioteca Nacional, (editada por Guillermo Feliú Cruz), 3 vols., 1964.

  • BRAVO LIRA, B. De Portales a Pinochet. Santiago, 1985.

MDGN

Autor

  • 0111 MDGN