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EsculturaBiografía

Policleto (460-420 a.C.).

Escultor griego del siglo V a.C., procedente de Argos. Se desconocen datos cronológicos exactos sobre su biografía, pero se cree que fue algo más joven que Mirón; algunas de sus primeras obras datan de mediados del siglo y alcanzó su máxima fama en el año 420 a.C.. Policleto, lo mismo que Mirón, hizo casi todas su obras en bronce, ninguna de ellas llegada hasta nosotros, pero conocidas mediante las copias helenísticas y romanas en mármol. Le corresponde el mérito de haber conjugado sus concepciones teóricas sobre las proporciones corporales; escribió un tratado llamado el kanon (norma), en el que lo bello, lo bueno artísticamente, se define pitagóricamente como una ordenación, una armonía de partes claramente definibles, dando al cuerpo una concepción ideal, norma que refleja lo esencial del hombre, con la plasmación de esos ideales en la realización práctica de sus obras.

Se conocen las etapas fundamentales en su producción, a través de las copias posteriores que romanos y artistas de la escuela neoática hicieron. Al período de su juventud pertenece un Discóbolo del que existe una copia en el Museo del Louvre de París, cuyo original es fechable alrededor del año 460 a.C. Correspondientes al período de su madurez son sus principales obras, en las que Policleto aplica sus principios sobre el canon, y destaca, además del Heracles conocido por las copias romanas, el modélico Doríforo bajo el que se representa probablemente al héroe Aquiles. El último período de su actividad está representado por las Amazonas, creadas aproximadamente en el año 435 a.C. para concursar frente a Fidias y otros escultores, y el Diadúmeno (el que ciñe la cinta en la cabeza), realizado en el año 420 a.C. y del que conocemos una copia romana procedente de una villa privada en Delos. De la misma época, debió de ser la estatua criselefantina de Hera de Argos, que conocemos por su representación en monedas del momento.
Fidias ; Arte griego.

Doríforo

Fue encontrada esta escultura en el siglo XVI, muy deteriorada, pero pudo reconstruirse a partir de una figura de este atleta contenida en una camafeo romano. Hoy la conocemos por una copia romana hallada en Pompeya que se encuentra en el Museo de Nápoles. El original debió de ser esculpido por Policleto, concretando en él el canon de belleza masculina, y sin duda, esta estatua tuvo en toda la antigüedad clásica una digna reputación, pues el Canon era mirado como el modelo de las proporciones del cuerpo humano: la cabeza tiene la medida justa, el vientre y el pecho su desarrollo adecuado, brazos y piernas su longitud más deseable. Policleto afirmaba que la cabeza debía de ser la séptima parte de la altura total de la figura -dividida en tres partes iguales que corresponden a la frente, la nariz y la distancia de ésta al mentón-, el pie tres veces la anchura de la palma de la mano; mientras la pierna, desde el pie a la rodilla, debe medir seis palmos, y la misma medida habrá también entre la rodilla y el centro del abdomen. Como se ve estamos ante una concepción matemática de la belleza humana. En relación a la composición de la figura, el Doríforo supone la aportación al clasicismo de nuevas concepciones rítmicas y de equilibrio. La pierna derecha es la que soporta el peso del cuerpo estando firmemente apoyada en el suelo, comprimiendo así la cadera. La pierna izquierda, en cambio, no soporta peso alguno y, retrasada, toca el suelo con la parte anterior del pie. En la parte superior la funcionalidad de los miembros esta cambiado: el brazo derecho no realiza ningún esfuerzo y cae relajado a lo largo del cuerpo, mientras que el brazo izquierdo se dobla para sostener la lanza que originariamente portaba. A este ritmo cruzado y compensado del cuerpo es a lo que se llama contraposto. Pese a todo, el Doríforo conserva todavía ciertos resabios de arcaísmo, ya que está tallado con rudeza, los pectorales son planos, y las líneas de la cintura y la cadera aparecen fuertemente marcadas.

Diadúmeno

Esta escultura fue realizada por Policleto posiblemente hacia el año 420 a.C., y se le llama así por el motivo que representa, 'el que se ciñe la cinta en la cabeza'. Muestra a un vigoroso atleta ciñiéndose la cinta victoriosa. La pierna derecha soporta el peso del cuerpo comprimiéndose enérgicamente sobre la cadera que se eleva por encima del nivel de la cadera izquierda; el pie izquierdo, sin peso que recibir, está retrasado y levemente apoyado en el suelo con la punta de los dedos. En los miembros superiores, en los hombros se produce una disimetría funcional con respecto a las caderas; el hombro derecho está inclinado hacia abajo, el izquierdo hacia arriba, las caderas correspondientes adoptan posiciones contrarias. Es la configuración más pura del contraposto, del ritmo cruzado o disimetría funcional. La cabeza, vuelta hacia la pierna de apoyo, aparece ligeramente inclinada. Esta composición rítmica constituye la ponderación clásica, que significa a la vez quietud en el movimiento y movimiento en la quietud. La figura, aunque no se ha desprendido totalmente de un estatismo convencional, contiene un cierto sentido del movimiento. Cada parte del vigoroso cuerpo, cada músculo y articulación están sujetos a su función y, sin embargo, parece que flotan. La sensación de ingrávida ascensión del pesado cuerpo musculoso está acentuado por los brazos doblados, que, a pesar del despliegue espacial de la figura, que exige girar en su derredor para la satisfactoria contemplación, está concebida como un sólo plano visual frontalista. La cabeza es de configuración grave y viril. Los cabellos, de cortos rizos, están comprimidos por la cinta y se acentuá el realismo de la masa capilar. El rostro está desprovisto de emoción.

Bibliografía

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  • ANGULO IÑIGUEZ, D.: Historia del Arte, Madrid, 1973.

  • PIJOAN, Historia del Arte, Barcelona, Salvat, 1967.

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