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FilosofíaBiografía

Owen, Robert (1771-1858).

Filósofo y activista del primer socialismo inglés, nacido en Gales en 1771 y muerto en 1858. Pertenecía a una familia humilde, era hijo de un artesano ferretero.

De formación autodidacta, marchó a los nueve años a trabajar a los telares de Londres, hasta que en 1790 ocupó el cargo de director de una fábrica de hilados en Glasgow y se casó con la hija del propietario. En 1799 fundó, junto con otros socios, la fábrica textil de New Lanark en Escocia. Se ocupó de la dirección de la misma y aplicó en ella sus teorías reformistas de sociedad. Su experimento fue todo un éxito ya que logró obtener beneficios sustanciales para sus 2.000 trabajadores; sus teorías se basaban fundamentalmente en la educación liberal de los empleados y en la mejora de las condiciones de vida: aumento de los salarios, reducción de la jornada laboral a doce horas, construcción de viviendas, prohibición del empleo a menores de diez años y control sobre el empleo de las mujeres, economatos para los trabajadores, establecimiento de una seguridad social mutualista, etc.

En el ideario de Owen se deja notar aún la influencia de las ideas de los ilustrados del siglo XVIII basadas en la teoría de reformar la sociedad a través de la razón y la educación. Este convencimiento ilustrado le valió las críticas posteriores de Marx y Engels, quienes le situaron dentro de los denominados socialistas utópicos, los cuales intentaban crear sociedades futuras ideales confiando en que el ejemplo de unas pocas experiencias aisladas provocarían el cambio en toda la humanidad sin necesidad de la revolución que tanto Marx como Engels preconizaban.

Lo cierto es que las teorías de Owen alcanzaron un rápido éxito que se extendió por toda Gran Bretaña, ayudado en parte por la publicación de libros y las conferencias que Owen realizó por todo el país; entre sus obras cabe destacar: Una nueva concepción de la sociedad (1813), Relación al condado de Lanark (1821), Libro del nuevo mundo moral (1836-44).

A medida que crecía el éxito de Owen también aumentaba el número de sus detractores, incluso los socios capitalistas de Lanark desaprobaron su gestión al frente de la fábrica calificándola de excesivamente generosa hacia los obreros; por ello lo cesaron del puesto de director.

Entre 1812 y 1815 intentó llevar la experiencia de New Lanark a un plano general, a través de la creación de nuevas comunidades obreras autosuficientes y de la transformación de la legislación laboral; en este sentido sus ideas acabaron dando lugar a la Factory act en 1819, ley ésta que en nada se parecía a lo promulgado por Owen, lo que motivó su descontento y desilusión hacia la capacidad del Estado para remediar el problema cada vez más acuciante de los obreros. Puso entonces sus esperanzas en las aldeas de comunidad y cooperación, consistentes en pequeñas poblaciones autosuficientes que trataban de remediar el problema del paro especialmente agudo en la crisis inglesa de después de las guerras napoleónicas. Intentó en 1820 y en 1822 conseguir dinero para llevar sus teorías a la práctica, pero fracasó debido al recelo que éstas producían en las clases acomodadas.

Por sus ideas sobre el abandono de toda práctica religiosa y la propagación de la tolerancia universal, Owen fue perseguido por el clero anglicano. Cansado del rechazo general en Inglaterra, emigró en 1824 a Estados Unidos de América, donde intentó de nuevo llevar sus ideas a la práctica. Allí organizó la comunidad autosuficiente de New Harmony (Indiana). Esta localidad había sido fundada por la secta religiosa que dirigía George Rapp, cuyos miembros la vendieron, junto con los territorios colindantes, a Owen para que fundase en ella su nuevo proyecto. New Harmony supuso el mayor fracaso de Owen, que perdió en esta empresa casi toda su fortuna y prestigio. Tras el fracaso de la nueva colonia socialista, trabajó en el movimiento sindical difundiendo sus ideas comunitarias y cooperativas.

Viendo fracasados de nuevo sus proyectos, regresó a Gran Bretaña donde se puso en contacto con los medios obreros, que entre tanto habían seguido más o menos su doctrina y habían conseguido una incipiente unión cooperativista. En Inglaterra fundó en 1830 la Bolsa de cambio equitativo de trabajo con la que confiaba en eliminar el dinero, el beneficio y la explotación del trabajo obrero. Participó activamente en el movimiento cartista, el cual reivindicaba pacíficamente la introducción de reformas británicas en el sistema político británico. En 1833 encabezó la primera central sindical británica, el Grand National Consolidated Trade Union, que en su momento álgido tuvo medio millón de afiliados. Fracasados todos estos intentos, aún intentó una vez más la consolidación de una comunidad owenista, esta vez en Harmony Hall (Inglaterra). Fundada en 1839, fracasó en 1845.

Los pensadores de la nueva generación del socialismo irían poco a poco dejando de lado las teorías de Owen, que perdieron su anterior arraigo en el mundo obrero, sustituidas por la necesidad de la lucha social como medio de cambiar las condiciones de los trabajadores. Owen, cada vez más solo, evolucionó hacia tendencias espiritualistas, mesiánicas y milenaristas.

Los puntos capitales del sistema social de Owen aparecen en su obra: Libro del nuevo mundo moral y se pueden resumir en lo siguiente:
-El hombre, al venir al mundo, ni es bueno ni malo, son las circunstancias las que modifican esta situación.
-Al hombre le es imposible modificar su organización, por lo cual no puede ser responsable de sus actos.
-La verdadera felicidad consiste en la asociación con sus semejantes y en la ausencia de toda superstición.
-La religión nacional es la caridad que admite un Dios creador, eterno e infinito, y su culto la ley natural.
-El gobierno debe abolir las penas y recompensas y proclamar la libertad de conciencia.
-Un hombre vicioso es tan solo un enfermo.
-La igualdad perfecta y la comunidad absoluta son las únicas reglas posibles de la sociedad.
-Por último, en la comunidad sólo ha de haber la jerarquía de los cargos, que deberá ser determinada por la edad.

Autor

  • Juan Antonio Castro Jiménez