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CineBiografía

Ophuls, Max (1902-1957).

Director, guionista y productor de cine alemán nacido en Saarbrücken (Alemania) el 6 de mayo de 1902 y fallecido en Hamburgo el 25 de marzo de 1957. Su nombre verdadero era Max Oppenheimer Ophuels.

Desde muy temprana edad manifestó una clara intención creativa que desarrolló en plena juventud, dedicada intensamente al mundo del teatro a lo largo de una década, y llegó a consolidarse como un estimable director que supo dominar a todos los autores clásicos (Shakespeare, Schiller, Moliere, etc.), incluyendo montajes operísticos con obras de Verdi y Offenbach, entre otros.

Con esta notable experiencia, en la que fue adquiriendo unos conocimientos y madurez creativa que le hacían destacar en su entorno artístico, llegó al mundo del cine como ayudante de Anatole Litvak en Nie wieder liebe (Pez de tierra, 1930); poco después pudo demostrar sus conocimientos, donde sorprende su soltura en sus primeros y únicos trabajos dirigidos en su país (Die verliebte firma y Los herederos felices, ambas de 1932), pues su condición de judío le obligó a salir de Alemania y buscar refugio en Francia, país que le había concedido la nacionalidad a finales de la Primera Guerra Mundial.

Su etapa francesa durante los años treinta fue muy desigual; mantuvo la constante de aferrarse a textos literarios como punto de partida (las obras de autores como Arthur Schnitzler, Salvador Gotta, Sidonie-Garbielle Colete, André-Paul Antoine, Johann W. Goethe, etc.), una constante en toda su carrera, y los resultados no pasaron de una corrección sin más (Amoríos [Liebelei] 1932; Se ha robado un hombre, 1934; Divina, 1935; Suprema decisión, 1939).

Marchó para Estados Unidos a mediados de la década de los cuarenta, momento que le permitió dirigir algunas películas interesantes, quizá las más conocidas en el panorama internacional porque alcanzaron una buena distribución. Comenzó con una adaptación de Prosper Merimée (Vendetta, 1946), película que codirigió con varios de los nombres más representativos del Hollywood de la época: Preston Sturges, Howard Hughes (que fue el productor), Stuart Heisler y Mel Ferrer. Inmediatamente, Douglas Faribanks Jr. le llamó para que le dirigiera en La conquista del reino (1947).

Un paso importante lo dio al asumir la dirección de Carta de una desconocida (1948), adaptación de la obra de Stefan Zweig que le permitió demostrar su dominio de la puesta en escena, una inteligente armonía en el ritmo de la trama (bien acompasada por el fondo musical que se respira en la misma), el saber aprovechar los recursos de la cámara (su movimiento y la efectividad del encuadre) para completar instantes (el tiempo, otra preocupación de Ophuls) según avanza la historia, excelentemente interpretada por Joan Fontaine y Louis Jourdan.

Quizá dominado por su trayectoria artística, Ophuls impregnó todo su cine de una sensibilidad sorprendente, más allá del barroquismo o intimismo de los escenarios de cada película. Fue el maestro del movimiento, porque la cámara tenía que transmitir, entrar de lleno en el sentimiento de los personajes; el espectador no puede mantenerse al margen de lo que suceda delante de ella. Sus películas fueron desigualmente aceptadas, y todo ello debido a que muchas veces no se supo apreciar su talento en los instantes más sencillos. Así pasó con Almas desnudas (1949), su último trabajo estadounidense.

Sorprendentemente, Hollywood le reconoció su trabajo en su regreso a Francia. Asumió el rodaje de La ronde (1950), una nueva adaptación de Schnitzler que le permitió abundar en lo mismo, de una manera circular haciendo converger la vida de unos personajes muy distantes entre sí; película nominada al Oscar por el guion adaptado y el decorado; El placer (1952), donde Ophuls recibió una nominación al Oscar por su decorado; y Madame de… (1953), nominado por la Academia su vestuario, es una película de gran factura en la que el director se aprovecha de unos pendientes para acercarnos a todos los personajes que intervienen en la historia, con interesantes interpretaciones de Danielle Darrieux, Charles Boyer y Vittorio de Sica.

Sin duda, Lola Montes (1955), un brillante ejercicio en el que logró sintetizar toda su trayectoria teatral, operística y cinematográfica, fue el testamento de Ophuls, alabada por la crítica porque, con ella, Ophuls consiguió entrar, a partir del personaje, en un análisis de algunas de las figuras más deslumbrantes del firmamento cinematográfico.

Filmografía

[Ophuls fue guionista de casi todas sus películas]

Cortos y mediometrajes

1930: Dann schon lieber leberthan.
1936: Valse brillante de Chopin; Ave María de Schubert.

Largometrajes

1931: Die verliebte firma.
1932: Die verkaufte Braut; Los herederos felices; Amoríos/Liebelei.
1934: Se ha robado un hombre; La signora di tutti.
1935: Divina.
1936: La tendre ennemie; Komoedie on geld.
1937: Yoshiwara.
1938: Werther.
1939: Suprema decisión.
1940: De Mayerling a Sarajevo; L’ecole des femmes (inacabada).
1946: Vendetta (codirector).
1947: La conquista del reino.
1948: Carta a una desconocida.
1949: Atrapados; Almas desnudas.
1950: La ronde.
1952: El placer (y productor).
1953: Madame de…
1955: Lola Montes

Como ayudante de dirección

1930: Nie wieder liebe/Pez de tierra; Dolly match karriere.

Bibliografía

  • MANZINI,M.: Max Ophuls. Florencia: La Nuova Italia, 1978.

  • PAYAN, M. J. y otros: Max Ophuls. Madrid: JC, 1987.

Autor

  • Emilio C. García Fernández