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LiteraturaBiografía

Moreto y Cabaña, Agustín (1618-1669).

Escritor español, nacido en Madrid en 1618 y fallecido en la misma ciudad el 28 de octubre de 1669, que fue uno de los principales autores teatrales del siglo XVII. Su teatro barroco coincidió, en los escenarios madrileños, con el de otras grandes figuras del Siglo de Oro español, como Calderón de la Barca (con el que llegó a colaborar en la redacción de algunas obras).

Algunos continuadores del teatro de Lope que escribieron durante el siglo XVII orientaron su teatro hacia fines morales. Moreto, en cambio, apostó por la elegancia, la belleza y la diversión: sus obras no aspiran a mejorar al público, sino a entretenerlo con historias enredadas, contadas con gracia y con versos brillantes. Si es necesario, su teatro se enriquece con músicas y bailes.

Entre sus mayores aciertos como autor teatral figuran sus diálogos fluidos, es decir, que sus personajes hablan de forma natural, sin que sus intervenciones se parezcan pesadas o inoportunas.

Moreto también fue un maestro en la mezcla de ingredientes cómicos y sentimentales, que en sus obras están muy bien medidos: el público no se cansa con las ocurrencias de los graciosos, ni se aburre por un exceso de penas de amor.

Vida

Era hijo de comerciantes italianos, y gozó en su infancia de una tranquila situación económica que le permitió recibir una buena educación. Puede que incluso llegara a frecuentar las aulas de la Universidad de Alcalá de Henares, entre 1634 y 1639.

Pronto fue conocido en Madrid por sus poemas y sus piezas teatrales. Se sabe que desde niño tuvo una gran inclinación hacia la literatura, hasta el punto de que empezó a escribir sus primeras obras de teatro a los catorce años de edad.

Como tantos otros escritores de su época, se ordenó sacerdote sin tener demasiada vocación religiosa. Era una forma de asegurarse la vida y poder dedicarse a escribir. Fue destinado a la parroquia de Santa Magdalena, en Toledo; pero no llegó a abandonar Madrid, pues ya por aquel entonces era una gran figura en los círculos literarios de la Corte.

Al rey Felipe IV le gustaba mucho su teatro, y le mantenía a su lado junto a otros dramaturgos famosos que, como Calderón y Vélez de Guevara, escribían obras para que fueran representadas en los jardines de Palacio (o en los del Retiro).

A veces, estos dramaturgos improvisaban las obras: se las iban inventando, en verso, a partir de una idea original de alguno de ellos o del propio rey. Y las representaban ellos mismo, en un juego que gustaba mucho al monarca y a toda la Corte.

Moreto desempeñó algunos cargos religiosos, como auxiliar del arzobispo de Toledo y administrador de la cofradía de San Pedro. Este arzobispo le permitió que siguiera viviendo en Madrid, donde era reclamado por el rey y el público de los teatros.

Obra

Fue uno de los últimos seguidores del estilo y las técnicas de Lope de Vega, que con su Arte Nuevo de hacer comedias había revolucionado la escritura dramática a finales del siglo XVI. Moreto asimiló todas las novedades de Lope y sus discípulos, por lo que se convirtió en uno de los autores favoritos del público de su tiempo (incluidos los reyes de España).

Moreto escribió numerosas piezas teatrales, muchas de ellas en colaboración con otros dramaturgos de la corte. Su teatro no es demasiado original, pero posee una gran fuerza en los enredos y la caracterización de algunos personajes, y una auténtica belleza poética (todas sus obras están escritas en verso).

Muchas de sus obras son refundiciones. Sin embargo, él consiguió adaptarlas a los gustos del público de mediados del siglo XVII y, lo que es más importante, darles una gran proyección internacional. En Francia fue, en efecto, uno de los dramaturgos españoles más admirados e imitados.

Muchas de sus obras son de tema histórico, como La fuerza de la ley, Los jueces de Castilla y Cómo se vengan los nobles. También cultivó la comedia inspirada en asuntos religiosos, como las tituladas: San Franco de Sena o El lego del Carmen, San Alejo y La cena de Baltasar. Pero sobresalió sobre todo en las llamadas comedias de capa y espada, en las que se mostró como un verdadero maestro a la hora de liar esos enredos que tanto gustaban al público de su tiempo. Entre estas últimas destacan: Las travesuras de Pantoja, No puede ser el guardar a una mujer, El desdén con el desdén y El lindo don Diego.

Agustín Moreto. El lindo Don Diego.

Moreto fue también autor de entremeses. En ellos se burló de algunas figuras típicas de la literatura satírica (que es la que señala vicios y defectos), como el valentón que en el fondo es un cobarde, o la dama que aparenta ser muy fina. Sus entremeses más conocidos son: Entremés para la noche de San Juan, El cortacaras, Doña Esquina, El hijo del vecino y La reliquia.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.