Merino Gómez, Martín (1789-1852).
Sacerdote español, nacido en Arnedo (La Rioja) en 1789 y muerto en Madrid el 7 de febrero de 1852. Combatió contra los franceses durante la Guerra de la Independencia. De ideas liberales, en 1852 hirió a la reina Isabel II y por ello fue ejecutado. No se le debe confundir con Jerónimo Merino, también guerrillero en la lucha contra Francia, y más conocido como el "cura Merino".
La participación en la Guerra de la Independencia. Antiabsolutismo y huidas a Francia
De niñez inquieta, tomó muy joven el hábito franciscano e ingresó en el convento de Santo Domingo de la Calzada, pero en 1808 lo abandonó para integrarse en las guerrillas sevillanas ("Partida de los Cruzados") contra el ejército francés. Tras combatir durante varios años, se ordenó sacerdote en Cádiz (1813), volviendo a su antiguo convento en 1814. No obstante, había hecho públicas sus ideas liberales, y en 1819 debió huir a Francia para no ser arrestado. Regresó a España en 1820 al iniciarse el Trienio Liberal, se secularizó como religioso en 1821, y en 1822 participó en acciones contra el absolutismo en Madrid. Fue encarcelado en 1823, huyó y buscó protección marchando de nuevo a Francia (1824); tras una vida errante, en 1830 obtuvo un curato en Leidental, un pueblo cercano a Burdeos, que ocupó hasta 1841. Este año volvió a España, estableciéndose en Madrid, donde se le nombró agregado en la parroquia de San Justo y capellán de la de San Sebastián. A pesar de su estado sacerdotal, empleó un premio de lotería que ganó en 1843 en el préstamo con usura; ello, y su mal carácter le crearon numerosos enemigos.
El atentado contra Isabel II (1852)
El 2 de febrero de 1852, Martín Merino se dirigió al Palacio Real de Madrid y de una puñalada hirió (sólo levemente, gracias al corsé) a la reina Isabel II, que se preparaba para marchar a la iglesia de Atocha. Detenido por los presentes, se comportó con gran tranquilidad y justificó el acto afirmando vengar así la tiranía de los reyes. En las declaraciones que hizo a continuación dijo no tener cómplices. No quiso aceptar defensor a su causa, seguro de no poder escapar a la pena capital, y el que se le nombró de oficio, el abogado Julián Urquiola, intentó mostrarle como loco; pero Merino no quiso que se le presentase como tal. En un primer momento se negó a firmar una declaración de arrepentimiento, aunque finalmente lo hizo especificando que no se considerase como una petición de gracia. Condenado a muerte, la sentencia fue cumplida por garrote vil, siendo después su cuerpo quemado en la hoguera. En 1854 fue publicado póstumamente en Madrid un manuscrito suyo, Filosofía político-moral, donde exponía su malestar por la situación política, criticando especialmente a los liberales moderados. El historiador Fernández de los Ríos incluyó en su obra de 1879, Luchas políticas, tanto el manuscrito como el proceso.
Bibliografía
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ALDEA, Q.; MARÍN, T.; VIVES, J. Diccionario de historia eclesiástica de España. Vol. III. (Madrid, CSIC: 1973).
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CARRO CELADA, E. Curas guerrilleros en España. (Madrid, PPC: 1971).
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RODRÍGUEZ SOLÍS, E. Historia del partido republicano español. Vol. II. (Madrid, 1893).
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VÁZQUEZ AZPIRI, H. El cura Merino, el regicida. (Madrid, Júcar: 1974).
