Luis IX, Rey de Francia (1215-1270).
Rey de Francia. Nació en Poissy en 1215 y falleció en Túnez en 1270. Hijo y sucesor de Luis VIII y de Blanca de Castilla. A la edad de doce años murió su padre y, durante su minoría, ejerció la regencia su madre, la reina Blanca de Castilla. Las sublevaciones de los grandes vasallos sostenidas por Enrique III de Inglaterra; la continuación de la guerra contra los albigenses; la cesión del marquesado de Provenza a Blanca, que invadió la Bretaña en 1229; el tratado de Saint-Aubin de Cormier, que puso fin a la guerra civil en 1231; otro tratado hecho con Tibaldo de Champaña y Pedro Mauclerc; el casamiento del rey con Margarita de Provenza en 1234; y la predicación de una nueva cruzada en 1235, fueron los principales acontecimientos de la minoría de Luis IX, que fue declarado mayor en 1236. Educado con el mayor esmero por su madre, se aplicó a organizar la administración del reino, sustituyendo la arbitrariedad con sabias y benéficas leyes. Tuvo que combatir muchas veces las rebeliones de los grandes vasallos; sometió al conde de la Marche, derrotándole en Saintes y en Taillebourg; le perdonó en 1242, y concedió en 1243 una tregua a Enrique III de Inglaterra, aliado del conde. Hallándose gravemente enfermo en 1244, hizo voto de ir en peregrinación a Tierra Santa, si recobraba la salud, y en cumplimiento de esta promesa, se embarcó en Aigues Mortes en 1248; pasó el invierno en Chipre, se encaminó luego a Egipto, y se apoderó de Damieta en 1249. Se demoró en su marcha hacia El Cairo y fue derrotado al año siguiente en la batalla de Mansura, donde cayó con sus dos hermanos en poder del enemigo, desplegando virtudes admirables durante su cautiverio. Rescató por una suma de unos 7.000.000 de francos a sus compañeros de infortunio, y por su propio rescate restituyó a Damieta. Pasó después cuatro años en Palestina a pesar de las reclamaciones de su madre, cuya muerte, acaecida en 1252, fue la única causa que pudo hacerle volver a Francia, sin haber sacado de su campaña en Palestina más fruto que la toma de Tiro y de Cesarea. A su vuelta, el año 1253, continuó la obra de civilización que había empezado; administró justicia por sí mismo; publicó buenas leyes; abolió los combates judiciarios; fundó La Sorbona y los Trescientos; dio un decreto para la reforma de la justicia; prohibió las guerras particulares en 1257; firmó el tratado de Corbeil con Jaime I de Aragón, en 1258, mediante el cual renunciaba a la soberanía sobre Cataluña, y la denominada paz de París con Inglaterra en 1259; fue elegido árbitro entre el rey de Inglaterra y los barones en 1263; tomó una segunda vez la cruz en 1267; publicó en 1269 la Pragmática-sanción; partió para el África en 1270; desembarcó en Cartago, del que se apoderó, y murió delante de Túnez el 25 de agosto de dicho año a causa de la peste, dejando una reputación de grandeza, de piedad y desinterés, que pocos príncipes han logrado. Le sucedió su hijo Felipe III. La colección de leyes y decretos de este príncipe se conocen con el nombre de Establecimientos de San Luis.
