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HistoriaPolíticaBiografía

Li Hongzhang (1823-1901).

Militar y estadista chino, nacido en Hefei (provincia de Anhui) en 1823 y fallecido el 7 de noviembre de 1901, que combatió contra los rebeldes Taiping (véase Rebelión Taiping) y fue uno de los principales artífices de su derrota. Impulsor de la modernización del Estado y uno de los últimos representantes de la escuela política confuciana, Li Hongzhang destacó como una de las figuras políticas más influyentes del régimen imperial manchú en el último tercio del siglo XIX .

Li Hongzhang culminó una meteórica carrera civil en 1844, aunque poco después tuvo que cambiarla por la militar debido a la rebelión Taiping. En estos años se puso al frente de una milicia de propietarios de tierras creada por él mismo (1853) y su padre, con la que logró mantener gran parte de su provincia natal, Anhui, a salvo de los ataques rebeldes. Ello fue posible gracias a la férrea disciplina y eficacia combativa implantada en esta fuerza armada, conocida a partir de 1861 como el "Ejército del Huai" (Huai jun), que estaba organizada a imagen del ejército provincial de Hunan al mando de Zeng Guofan (1811-1872), amigo y mentor de Li. Ambos generales pusieron sus respectivos ejércitos al servicio del bando imperial, contribuyendo con ello a la victoria sobre los Taiping, aunque Li siempre mantuvo una jefatura personal sobre sus tropas que le permitió actuar muchas veces de forma independiente, al margen de las órdenes recibidas desde el Gobierno central. Para financiarlo, contó con los recursos procedentes de los ricos comerciantes de la cuenca baja del río Yangtzé, así como de la recaudación de los impuestos de la provincia de Jiangsu, de la que fue nombrado gobernador en 1862.

Una vez sofocada la rebelión Taiping, Li participó en las guerras contra los rebeldes Nian (1864-1868), para lo cual le fue concedido la gobernación general de Liangjiang (1865), y en 1867, la jefatura suprema del ejército imperial, sustituyendo en el cargo a Zeng Guofan. Mostrando grandes dotes de estratega y capacidad para el mando, Li logró contener a los rebeldes Nian en un momento crítico, en que la capital se hallaba amenazada, y a continuación emprendió una contraofensiva que consiguió su aniquilamiento (agosto de 1868). Ya por entonces se había erigido en una de las figuras de mayor peso específico del régimen manchú, así como en impulsor de la política de reforzamiento y modernización técnica que se plasmó principalmente en el programa de construcción de arsenales y astilleros navales; en concreto, Li Hongzhang montó un arsenal en Nankín que proveía de armas y municiones a su ejército, otro de fabricación de cañones en Shanghai, y dirigió el astillero de Tientsin a partir de 1870, que contaba entre sus instalaciones un centro de enseñanza para formar a los oficiales chinos en la tecnología occidental. También ese mismo año fue nombrado gobernador de Zhili, cargo que compaginó con el de gran secretario y superintendente de comercio en el Norte.

Tras la muerte de Zeng Guofan, Li pasó a ser el jefe militar más poderoso, con mayor prestigio entre las filas del ejército y la burocracia, así como el sostenedor de la política modernizadora tanto en sus aspectos económicos como políticos, lo que implicaba negociar con las potencias occidentales y mantener al mismo tiempo en armonía las distintas tendencias internas. Precisamente este talante diplomático le convirtió en blanco de las críticas de los sectores más conservadores de la Corte, celosos de su preeminencia, y del partido belicista, ambos alentados por la emperatriz Cixi, que le acusaba de excesiva condescendencia con las potencias occidentales. Bajo este contexto de enfrentamiento interno, la posición política de Li sufrió un duro revés a raíz del desencadenamiento de la guerra contra Francia en Indochina (1884-1885), conflicto que intentó evitar por todos los medios pero del que fue injustamente culpado. Aunque siguió conservando el cargo de gobernador de la estratégica provincia de Zhili (actual Hebei) que rodeaba la capital, a partir de entonces fue perdiendo cada vez más poder, hasta ser relevado del cargo en 1895 tras la derrota ante Japón; también en esta ocasión fue señalado como responsable del desastre. Sin embargo, su prestigio siguió tan elevado que en 1900 fue llamado de nuevo a la Corte para hacer frente al problema de la rebelión bóxer, siendo el encargado de firmar el Protocolo de 1901.

Autor

  • MAH