Leopoldo II, emperador del Sacro Imperio (1747-1792).
Emperador del Sacro Imperio (1790-1792), rey de Bohemia y Hungría (1790-1792) y, como Leopoldo I, gran duque de Toscana (1765-1790), nacido en Viena el 5 de mayo de 1747 y fallecido en la misma ciudad el 1 de marzo de 1792. Uno de los más destacados soberanos reformistas del siglo XVIII, fue conocido como el Déspota iluminado. Estuvo muy influido por las ideas de la Ilustración y planeó construir un eficiente aparato estatal a expensas de los intereses feudales.
Descendiente de la casa de Habsburgo-Lorena, Leopoldo fue el tercer hijo de la emperatriz María Teresa y del emperador Francisco I. En un principio fue destinado al estado eclesiástico, pero parece que fueron las enseñanzas teológicas a que fue sometido las que le predispondrían en el futuro contra la Iglesia. A la muerte de su hermano mayor, Carlos, en 1761 se decidió que Leopoldo sucedería a Francisco I en el gran ducado de Toscana, erigido como una segundogenitura. El 5 de agosto de 1764 casó con María Luisa, hija del rey Carlos III de España. Leopoldo sucedió a su padre como gran duque de Toscana cuando en 1765 su hermano José II fue coronado emperador.
Hasta 1770 su soberanía sobre Toscana fue sólo nominal, gobernado el ducado por los regentes designados por su madre, pero aquel año Leopoldo viajó a Viena y logró ampliar la autonomía de su gobierno. Desde entonces y hasta la muerte de su hermano el emperador en 1790, Leopoldo I empleó sus esfuerzos en reformar y modernizar su pequeño estado. Estas reformas apuntaron en el sentido de abolir las restricciones sobre las libertades personales y sobre la industria, impuestas en el pasado por los Médicis. Racionalizó los impuestos y fomentó el establecimiento de las instituciones representativas, abolió la tortura y la pena de muerte, promulgó un notable código penal y suprimió la Inquisición. El desarrollo de la administración que se produjo bajo su gobierno respondió a un método muy simple: no iniciar el segundo estadio de ningún negocio sin que el primero hubiese justificado su eficacia mediante los resultados; de esta forma el gran ducado de Toscana alcanzó un alto grado de desarrollo material y se acometieron grandes obras públicas como el drenaje del Val di Chiana. El fortalecimiento económico del estado descansó también sobre el hecho de que no había ejército que mantener y además Leopoldo suprimió los restos de la armada medicea, lo que se tradujo en el crecimiento de las arcas estatales. Leopoldo I nunca fue popular entre sus súbditos italianos, de los que obtuvo la oposición cuando trató de introducir reformas eclesiásticas destinadas a la secularización de las propiedades de las casas religiosas y al sometimiento del clero bajo el control del poder laico.
En febrero de 1790 Leopoldo II fue elegido emperador para suceder a su hermano, José II, recibiendo además el título de archiduque de Austria y las coronas de Hungría y Bohemia. José II había sido un emperador tremendamente impopular en Bohemia y Alemania por sus métodos precipitados; Leopoldo, que sabía que sucedería a su hermano sin hijos en Austria, no quería heredar la predisposición del pueblo contra él. Cuando en 1789 José llamó a Viena a Leopoldo para ser nombrado co-emperador, éste no acudió y aún se encontraba en Florencia cuando llegó la muerte del emperador. Desmanteló parte de la centralizada maquinaria administrativa establecida por su antecesor, pero mantuvo los decretos de José II que emancipaban al campesinado y garantizó la libertad para los no católicos. Al contrario que su hermano, Leopoldo II fue coronado rey de Hungría en Pozsony (actual Bratislava) y rey de Bohemia en Praga; fue el último rey coronado de Bohemia.
En abril de 1790 Leopoldo llegó a un acuerdo con el rey Federico Guillermo II de Prusia para detener la expansión austriaca sobre el territorio otomano. Efectivamente, el emperador rompió su alianza con la zarina Catalina II y en agosto de 1791 Austria firmó un acuerdo formal de paz con Turquía en Sistova, que devolvía las fronteras a los límites anteriores a la guerra. También coincidiendo con el ascenso al trono de Leopoldo II se produjo una insurrección de los Países Bajos austriacos, que fue sofocada el año siguiente mediante el envío de tropas imperiales a la zona. En un comienzo Leopoldo II reaccionó con cautela ante los acontecimientos de la Revolución Francesa, pero el 27 de agosto de 1791 firmó junto con los prusianos la declaración de Pillnitz, que apelaba a los soberanos europeos para que usasen la fuerza para mantener la monarquía en Francia (era hermano de la reina de Francia, María Antonieta). Austria y Prusia concluyeron una alianza defensiva, pero Leopoldo murió menos de dos meses después de que Francia hubiese declarado la guerra a Austria. Paradójicamente la declaración de Pillnitz fue una de las principales causas que llevaron a la explosión de las guerras de la Francia Revolucionaria en Europa.
De su matrimonio con la infanta María Luisa tuvo el emperador dieciséis hijos. Leopoldo II fue sucedido en el Imperio por su primogénito, Francisco II; su segundo hijo, Fernando, recibió el gran ducado de Toscana; Carlos, hijo tercero, fue nombrado duque de Teschen; Alejandro, el cuarto, sucedió a su padre en el palatinado de Hungría; y el más joven, José, lo hizo en el palatinado de Bohemia. Además de ellos, Juan Rainiero fue virrey de Lombardía y Rodolfo fue Obispo de Olmutz.
Bibliografía
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HANTSCH, H. Die Entwicklung Österreich-Ungarns zur Gro_macht. Freiburg: Herder, 1933.
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INGRAO, C. W. The Habsburg Monarchy. Londres, 1995.
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