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PolíticaHistoriaBiografía

Lafontaine, Oskar (1943-VVVV).

Político alemán, ministro de Finanzas y presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), nacido el 16 de septiembre de 1943 en Saarlouis (en el estado de Sarre).

En 1962, nada más obtener el bachillerato en la Escuela superior de Prüm-Eifel, comenzó sus estudios en las universidades de Bonn y Saarbrücken, institución esta última por la que en 1969 se diplomó en Físicas. En los cinco años siguientes estuvo empleado en la Sociedad de Aprovisionamiento y Transporte de la ciudad de Saarbrücken. Miembro del Partido Socialdemócrata (SPD) desde 1966, en 1968 se integró en el Comité Ejecutivo regional del Sarre y dos años después obtuvo la condición de diputado en el Landtag ('Parlamento') de dicho estado federado, que mantuvo hasta 1975. Entre 1974 y 1976 fue de Saarbrücken segundo burgomaestre ('teniente de alcalde') y burgomaestre desde esa última fecha hasta 1985.

Presidente de la Sección Regional del Sarre del SPD desde 1977 y miembro del Comité Directivo Federal desde 1979, el 9 de abril de 1985, tras la victoria del SPD en las elecciones del 10 de marzo, fue elegido en sustitución del cristiano demócrata Werner Zeyer jefe de Gobierno del Sarre, donde nunca antes habían gobernado los socialdemócratas. El 14 de junio de 1987 fue elegido vicepresidente del SPD y candidato a la Cancillería Federal en las elecciones legislativas del 2 de diciembre de 1990, que supusieron la reelección de Helmut Kohl. Para estos comicios, Lafontaine había propugnado un modelo de unificación con la RDA con plazos más lentos y que tuviera más en cuenta sus efectos sociales sobre la ciudadanía y financieros para el Estado. De 1991 a 1994 ejerció como apoderado de la República Federal para asuntos culturales en el marco de la cooperación franco-alemana.

Popularmente conocido como el "Napoleón del Sarre" por su pequeña estatura y carácter enérgico, Lafontaine continuó al frente de ese estado tras las elecciones del 28 de enero de 1990 y el 16 de octubre de 1994, siempre con mayoría absoluta. El 15 de noviembre de 1995 fue elegido, en un movimiento no exento de polémica, presidente del SPD en sustitución de Rudolf Scharping, quien había encajado la derrota del Partido en las elecciones federales de 1994 (las cuartas consecutivas perdidas por el SPD) y en las sucesivas consultas en los Länder. Lafontaine, partidario de imprimir un giro a la izquierda en el SPD, fue el encargado de conferir al programa socialdemócrata un distintivo propio, en una apuesta por desmarcarse del aparentemente imbatible Kohl.

Así, en el período inmediatamente posterior a su elección incluyó en su discurso un rechazo a las condiciones de la Unión Económica y Monetaria (UEM) europea, que consideraba antisocial, e incluso un inesperado tono nacionalista con múltiples alusiones negativas al proceso de construcción europea y a la política de inmigración del gobierno federal. El 2 de diciembre de 1997 fue reelegido presidente del SPD en el Congreso extraordinario de Hannover con el 93,2% de los votos, en un clima de optimismo por la acumulación de malas noticias para Kohl.

Considerado un alumno aventajado del histórico líder socialdemócrata y ex-canciller Willy Brandt, representante de las esencias izquierdistas del partido y valedor de un neo-keynesianismo en materia económica, Lafontaine aspiraba a la nominación por el SPD para hacer frente a Kohl en las elecciones de 1998, pero los magníficos resultados obtenidos por Gerhard Schröder para el partido en las estatales de Baja Sajonia (1 de marzo) le proyectaron como la estrella que necesitaba el SPD para poner fin a 16 años en la oposición. Lafontaine, que había encontrado en aquel un aliado para su golpe interno de 1995 contra Scharping, cerró filas con Schröder y puso su experiencia como teórico y principal estratega del partido para organizar su campaña y llevarle a la cancillería.

Tras la victoria electoral del 27 de septiembre y la firma de un acuerdo de coalición con Los Verdes, Schröder constituyó gobierno justo un mes después con Lafontaine al frente del poderoso Ministerio de Finanzas (el 10 de noviembre cedió la jefatura del Gobierno del Sarre a Reinhardt Klimmt), aún reforzado con nuevas funciones, por exigencia de su titular: los departamentos de análisis y coyuntura, hasta entonces competencias del Ministerio de Economía, y nuevas secciones de asuntos europeos y relaciones internacionales. Lafontaine se estrenó dispuesto a doblegar al tradicionalmente intocable Bundesbank mediante un recorte de sus amplias atribuciones. Al estar diluidas éstas en el nuevo Banco Central Europeo (BCE) desde la entrada en vigor de la tercera etapa de la UEM (1 de enero de 1999), tal movimiento lo dirigió fundamentalmente a influir en la política monetaria del BCE, a fin de obtener un margen económico para combatir el desempleo, en su opinión, una batalla que el Estado tenía la obligación de librar y ganar.

Las tesis de Lafontaine encontraron un eco moderadamente favorable en el gobierno francés del socialista Lionel Jospin y tendieron a verse como las del gobierno de Schröder propiamente, cuyo desmarque de muchas de las líneas que habían caracterizado la administración Kohl era ostensible. Ahora bien, las autoridades monetarias europeas reaccionaron con indisimulado malestar y la patronal alemana expresó vivamente su irritación, amenazando con llevar sus inversiones fuera si se le imponían nuevos impuestos e intromisiones administrativas. A finales de febrero de 1999 Lafontaine agitó el país con sus insinuaciones sobre una eventual colaboración del SPD con los ex-comunistas del PDS, maniobra que fue considerada fuera de lugar por sectores de la opinión pública y del entorno gubernamental al torpedear de facto los intentos de Schröder de construir un "nuevo centro", con menoscabo de ciertos aspectos de la socialdemocracia tradicional.

Las "salidas de tono" de Lafontaine en política interior y exterior en los últimos meses de 1998 y primeros de 1999 permitían intuir la sórdida lucha interna entre Schröder y Lafontaine. Scharping, ministro de Exteriores, le advirtió que su intención de recortar el presupuesto de Defensa pondría en peligro la participación alemana en una eventual misión de la OTAN en Kosovo. El 10 de marzo de 1999, con los empresarios en pie de guerra, el canciller filtró a la prensa duras críticas a la gestión de Lafontaine (y de paso a la del ministro de Medio Ambiente, el verde Jürgen Trittin). Se supo también que aquel día la crisis de confianza había estallado en pleno gabinete, al instarles Schröder a corregir su actuación. El 11 de marzo Lafontaine notificó sin mayores explicaciones su dimisión como ministro de Finanzas y presidente del SPD, espectacular desenlace que cuestionó la solidez del Gobierno y arrojó incertidumbre en un momento delicado de los debates comunitarios sobre la reforma financiera y la postura alemana de recorte de los fondos estructurales y de cohesión.

El 12 de marzo Schröder designó a Hans Eichel -más dúctil con los intereses empresariales- para el puesto ministerial y hasta su asunción se hizo cargo interinamente el titular de Economía, Werner Müller, que sustituyó formalmente a Lafontaine el día 18. Gran significación tuvo también el cese de Lafontaine al frente del SPD, que se interpretó como la certificación del triunfo de la línea pragmática de Schröder. De hecho, el canciller fue inmediatamente designado presidente en funciones hasta su segura elección en un próximo congreso extraordinario.

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