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PeriodismoLiteraturaBiografía

Korolenko, Vladímir Galaktiónovich (1853-1921).

Escritor ruso, nacido en Zhitómir (actualmente, en territorio de Ucrania) en 1853, y fallecido en Poltava en 1921. Nacido en el seno de una familia de la alta sociedad ucraniana -su padre era magistrado de provincias-, recibió una esmerada educación particular, al tiempo que cursaba sus estudios secundarios en el Instituto de Letras de Rovno. Su brillantez académica se vio truncada cuando comenzó sus estudios universitarios, unas veces debido a la falta de recursos económicos, y las más, por causa de su carácter levantisco, que le llevó a organizar continuas revueltas de protesta contra las autoridades académicas. Así, cursó estudios superiores en la Escuela Superior de Tecnología de San Petersburgo (1871-1873), en la Escuela Superior de Ingenieros Agrónomos y Forestales de Moscú (1874-1876), y en la Escuela de Minas de San Petersburgo (1877-1878), pero no concluyó ninguna de estas carreras.

Pronto empezó a sufrir las represalias derivadas de su talante revolucionario, siempre presto a la acción de protesta y a la agitación ciudadana: en 1879 fue desterrado a la pequeña población de Glázov (en Viatka), donde se vio obligado a ejercer el humilde oficio de zapatero; al cabo de cinco meses fue deportado a un remoto pueblo, del que pronto pasó a la ciudad de Tomsk (en la Siberia oriental); posteriormente, fue trasladado a Perm, donde, bajo una severa vigilancia, se le permitió trabajar como escribano en la compañía ferroviaria. Pero en 1881 se negó rotundamente a jurar fidelidad al zar Alejandro III, por lo que fue de nuevo deportado a la Siberia oriental (esta vez, a la ciudad de Yakutia), en donde permaneció durante tres largos años.

Recobró su libertad en 1885, año en el que se instaló en Nizhni Nóvgorod para dedicarse a la actividad política, a la profesión periodística y a la creación literaria. Inundó de artículos suyos las principales publicaciones de su entorno, y, ya convertido en una figura respetable entre la intelectualidad rusa, en 1893 se desplazó a los Estados Unidos de América para visitar la Exposición Universal de Chicago. A su regreso, dio a la imprenta numerosos relatos, entre los que destacan Bronca en casa (1984), Luchando con el diablo (1895), La fábrica de la muerte (1895) y Sin lengua (1895).

Tras un intento de instalarse en la corte en 1896, salió desengañado de la sociedad que le rodeaba en San Petersburgo, por lo que decidió instalarse, a partir de 1900, en su Ucrania natal. Allí, en la ciudad de Poltava, vivió algo más sosegado, entregado al cultivo del periodismo y la creación y crítica literarias, pero sin descuidar su condición de publicista político. Por aquellos años le llegó el reconocimiento oficial de sus colegas escritores, que le nombraron académico en 1900 (sin embargo, Korolenko abandonó esta institución al cabo de dos años, en compañía de Chéjov, después de que las autoridades prohibieran el ingreso en la misma de Máximo Gorki).

Desde su retiro provinciano, siguió destacándose en la defensa de los intereses públicos: criticó el antisemitismo que se estaba extendiendo entre sus compatriotas (Casa nº 13), y se manifestó contra la pena de muerte y la oleada indiscriminada de ejecuciones promovidas por el estamento militar (Camino fatal y Características de la justicia militar, de 1910). Escritor compulsivo, dejó una correspondencia de más de diez mil epístolas que, escritas a lo largo de cuarenta años, no sólo muestran el estilo y el pensamiento de este hombre excepcional, sino que constituyen un fresco monumental de la cultura, la política y la sociedad rusa del último cuarto del siglo XIX y las dos primeras décadas del XX. Además, cultivó con fervor la crítica literaria, en la que dejó agudas observaciones acerca de algunos autores rusos de la talla de Chejov, Gorki, Tolstoi o Gógol. Esta extraordinaria información sobre su país y sus compatriotas se enriqueció admirablemente con la publicación de su autobiografía, Historia de mi contemporáneo, que, en cuatro volúmenes, fue apareciendo desde 1906 hasta 1922 (año en el que vio la luz, a título póstumo, la cuarta entrega de esta magna obra).

La densa, variada y voluminosa producción de Vladímir Korolenko -que, en la edición de sus obras completas, ocupa más de cincuenta tomos- sobresale por la gran cantidad de temas que recoge y por la amena diversidad de géneros en que éstos fueron volcados. Entre sus narraciones de ficción, es obligado comenzar citando sus primeros relatos (Pelea en casa de Apraxia, de 1878, y Episodios de la vida de un buscador, de 1879), a los que siguieron La extraña (1880), El sueño de Makar (1885), Cría de halcón (1885), El viejo campanero (1885) y, entre otros muchos títulos, el Murmullo del bosque (1886). En 1886 apareció su primera gran novela, El músico ciego, a la que siguió una primera recopilación de su prosa de ficción, Relatos y narraciones, publicación que recibió una magnífica acogida por parte de críticos y lectores. Mención aparte merecen, dentro de sus narraciones breves, las inspiradas en los personajes, las situaciones o los ambientes que Korolenko conoció cuando estuvo deportado en Siberia; son relatos como At-Daván (1892), La tentación (1891), La helada (1901), Los correos del Zar (1901) o Los feudales (1904), en los que la dureza de las condiciones geográficas se refleja también en los personajes ubicados en ella.

Sin salir del campo narrativo, Korolenko cultivó también con enorme acierto la novela histórica, como La musa de Arzamás (1923) y El pintor Alýmov (1923); además, fue autor de varias obras de carácter alegórico, como La historia de Floro, Agripa y Menahem, hijo de Jehuda (1886) -en la que se niega a aceptar esa "no resistencia al mal" que proclamaba Tolstoi, y propone el ejercicio de la combatividad-, y El mar (1886), donde se muestra partidario de arriesgar la vida cuando se trata de defender la libertad.

En el género ensayístico, Korolenko dejó una producción tan extensa como variada. Tras intervenir activamente en una campaña de ayuda a los hambrientos de la región del Volga (1891-1892), recogió sus observaciones y reflexiones en una serie de ensayos titulada Año de hambre, a los que siguió Sacrificio en Multán (1895), basado en los sacrificios paganos llevados a cabo en un pueblo mongol, texto que contribuyó a exculpar a la mayor parte de los acusados de practicar estos ritos. Junto a estos temas contemporáneos, la Historia ocupa un lugar destacado entre la materia abordada en la obra ensayística de Korolenko, como queda reflejado en Historia de las instituciones muertas (1768-1771) (1892), Aldea de Dios (1894), La tortura rusa en la antigüedad, La leyenda del Zar y del decembrista, etc. Además, pueden incluirse dentro de la obra de pensamiento de Vladímir Korolenko sus numerosos libros de viajes, entre los que sobresalen Lugares desiertos (1890), Entre cosacos (1901), En Crimea (1914) y Nirvana (1914).

Bibliografía

  • SÁNCHEZ PUIG, MARÍA. Diccionario de autores rusos. Ss. XI-XIX (Madrid: Ediciones del Orto, 1996).

J.R. Fernández de Cano.

Autor

  • JR.