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PolíticaHistoriaBiografía

Gamarra, Agustín (1785-1841).

Militar y político peruano, presidente de la República (1829-1833; 1839-1841). Fue un importante caudillo de la República peruana inicial, que llegó a la presidencia en dos oportunidades. Nació en el Cuzco el 27 de agosto de 1785. Fue hijo del escribano Fernando Gamarra y Josefa Petrona Messia. Recibió gran parte de su educación en el Colegio de San Buenaventura.

En 1809 ingresó a la carrera militar, obteniendo el grado de Teniente coronel del ejército español por su destacado desempeño en las campañas militares de la época convulsionada que le tocó vivir. Estuvo bajo las órdenes de Goyeneche en su lucha contra las expediciones enviadas por la Junta de Buenos Aires al Alto Perú, participando en la batalla de Guaqui. En Tucumán y Salta estuvo bajo las órdenes de Pío Tristán, mientras que en Vilcapuquio y Ayohuma participó dirigido por Pezuela. Intervino en la campaña militar contra la rebelión del cacique indio Mateo Pumacahua en 1814, al lado de Ramirez, derrotando al rebelde en Umachiri.. Se le dio un cargo en la Contaduría Provincial de Puno y formó el Regimiento Nº 1, compuesto básicamente por cuzqueños. Pezuela lo ascendió a Coronel y lo envió a pacificar Tarija. Dos veces se le suspendió por creer que estaba a favor de la causa patriota. Entonces, se trasladó al Regimiento Nº 1 a la capital, arribando Gamarra a Lima en 1820 bajo las órdenes de Canterac desde inicios de 1781. Fue nombrado ayudante de campo del Virrey Pezuela.

A inicios de 1821 abandonó el ejército realista y se presentó en el cuartel general de San Martín en Huaura. Tuvo una activa participación en el proceso de Independencia del Perú. Estuvo con Álvarez de Arenales cuando venció a las tropas de O´Reilly enviadas desde la capital a Cerro de Pasco. Durante el Protectorado acompañó a Domingo Tristán en la fracasada campaña al sur, combatiendo en la batalla Macacona.

Durante la fase peruana de la Independencia, en 1823, el presidente Riva Agüero lo nombró General y dirigió junto con Andrés de Santa Cruz la Segunda Campaña a Puertos Intermedios, con el objetivo de contrarrestar el poder realista concentrado en el sur del país y el Alto Perú. Gamarra logró ocupar Oruro y Santa Cruz, La Paz. Si bien en esta segunda expedición se logró la victoria en la batalla de Zepita, las tropas patriotas debieron retirarse debido a que los refuerzos incrementaron considerablemente al ejército realista. En tiempos de la dictadura de Simón Bolívar participó en la batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824 como Jefe de Estado Mayor, hecho que le brindó un gran prestigio por ser esta la contienda que consolidó definitivamente la Independencia del Perú.

Su figura como caudillo destaca luego de culminada la Independencia, en los primeros tiempos republicanos. Después de Ayacucho, el ejército al mando de Sucre pasó al Cuzco, donde fue recibido con grandes festejos. Gamarra fue elegido Prefecto del Cusco y por dos años se dedicó a reorganizar su tierra natal, como lo ha documentado el historiador Horacio Villanueva. Durante el gobierno de José de La Mar, invadió el territorio boliviano para poner fin al gobierno de Antonio José de Sucre y expulsar a las tropas grancolombianas del país vecino. Era la época del temor al retorno de Simón Bolívar al Perú y se respiraba un ambiente antibolivariano desde la abolición de la Constitución Vitalicia a inicios de 1827. En Bolivia seguía vigente esta carta magna que regiría el destino de la recién erigida Federación de los Andes y se hallaba el más leal seguidor del caudillo venezolano. La invasión liderada por Gamarra puso fin a los planes de Bolívar en el estado recientemente creado en 1825. Gamarra entró a La Paz a fines de mayo de 1827 y a inicios de junio se firmó un Tratado de paz en Piquiza, que aceptaba las condiciones impuestas por La Mar. Por su desempeño, Gamarra fue ascendido al grado de mariscal. El general Sucre dejó el poder y se embarcó en Arica rumbo a Guayaquil.

La intervención en Bolivia originaría, a su vez, una guerra contra la Gran Colombia. En efecto, Bolívar declaró la guerra al Perú, contienda en la que participó nuestro caudillo. Al mando del llamado Ejército del Sur intervino en las acciones de la guerra, combatiendo en el Portete de Tarqui. El conflicto culminaría con la firma del Convenio de Girón. La Mar retiró sus tropas a Piura y, mientras estaba planeando nuevamente entrar en guerra con el país vecino, Gamarra se sublevó, apoyado por el tarapaqueño Antonio Gutiérrez de la Fuente en Lima, dando un golpe de estado.

En 1829 el caudillo cuzqueño tomaba el poder, siendo su vice-presidente Gutiérrez de la Fuente. Entonces puso fin a la Guerra con la Gran Colombia a través del Armisticio de Piura y, más adelante, se definieron las fronteras a través de la firma del Tratado Larrea-Gual (1829). Casi al mismo tiempo que La Mar, Santa Cruz había tomado el poder en Bolivia e iniciado una campaña destinada a separar el sur del Perú para unirlo con Bolivia. Una vez en el poder, Gamarra pidió permiso al Congreso para invadir Bolivia y poner fin a los planes del presidente boliviano. Su propuesta fue rechazada. Sin embargo, se dieron negociaciones entre los dos caudillos cerca del río Desaguadero y continuaron en Arequipa, dando como resultado la firma del Tratado de Tiquina, en agosto de 1831, que regulaba las relaciones comerciales entre los dos países. En ausencia del presidente se llevó a cabo una conspiración en su contra dirigida por Gutiérrez de la Fuente, entonces se hizo cargo del gobierno doña Francisca Zubiaga, apodada “La Mariscala”, esposa de Gamarra. Hay que destacar la gran influencia política de esta mujer, que apoyada el general Eléspuru, Prefecto de Lima, se hizo con las riendas del poder. Por esos años Ecuador se había separado de la Gran Colombia, por lo que se estableció un tratado de límites, el Tratado Pando-Novoa, que fue el primero que se firmó con el nuevo país vecino (1832).

Conforme pasaba el tiempo, la oposición liberal al gobierno se robustecía más y los miembros del Congreso hicieron sentir su protesta. Fue Francisco de Paula González Vigil, sacerdote tacneño discípulo del Obispo Chávez de la Rosa junto con Luna Pizarro, quien hizo la más severa crítica al régimen autoritario de Gamarra culminando su argumentación con las célebres palabras: “Yo debo acusar, yo acuso”. En su elocuente discurso, González Vigil denunció los actos ilegales y las arbitrariedades en que había incurrido el régimen de Gamarra. Con estas acusaciones, el gobierno se desprestigió aún más. El Congreso se clausuró a fines de 1832.
Por esos tiempos, se desarrollaba en el ambiente político -según Jorge Basadre- el segundo debate doctrinario entre los liberales y autoritarios, quienes discutían, principalmente, sobre la forma de gobierno en un régimen republicano. Mientras los liberales sostenían la idea de que el Congreso debía tener mayor poder para defender la ley y el respeto a la Constitución, los autoritarios propugnaban un ejecutivo fuerte para imponer el principio de orden y autoridad.

Se reunió la Convención Nacional en 1833 para modificar la Constitución de 1828 y convocar elecciones. Ésta estuvo dominada por los liberales, cuyos personajes más representativos fueron Francisco Javier de Luna Pizarro y el referido González Vigil. El proceso electoral dio la victoria a Luis José de Orbegoso, quien fue nombrado presidente provisional por la Convención Nacional. Ésta fue la causa del desencadenamiento de la guerra civil de 1834 que enfrentó a los rebeldes militares autoritarios liderados por Pedro Bermúdez y Agustín Gamarra contra el Presidente Orbegoso. Gamarra desconoció el resultado de las elecciones y apoyado por la guarnición que había en Lima, se apresuró a nombrar presidente provisorio a Pedro Bermúdez. Orbegoso y los miembros de la Convención debieron refugiarse en los Castillos del Real Felipe. Pero la tropa empezó a desertar y reconocer a Orbegoso, por lo que las fuerzas autoritarias debieron abandonar Lima y se dirigieron a Jauja. Dicho enfrentamiento culminó en el llamado Abrazo de Maquinguayo, cuando las tropas de Bermúdez se pasaron al bando de Orbegoso, deserción promovida por el coronel José Rufino Torrico, más tarde presidente del Perú. Tras el fracaso de la rebelión, Gamarra marchó al sur y continuó complotando contra Orbegoso. Se dirigió a Bolivia y tomó contacto con el presidente Santa Cruz, quien le ofreció su ayuda.

Al poco tiempo, aprovechando que Orbegoso había ido a Arequipa a sofocar una sublevación, se rebeló contra él Felipe Santiago Salaverry, caudillo limeño que tomó los castillos del Real Felipe. Frente a esta situación, el presidente recurrió a Santa Cruz en busca de apoyo. Fue así como se firmó el Pacto de Junio de 1835, por el cual Santa Cruz prestaría ayuda militar al presidente peruano contra la sublevación de Salaverry y, a cambio, Orbegoso apoyaría al mandatario boliviano a llevar a cabo sus planes confederacionistas reuniendo dos asambleas. En estas circunstancias, Gamarra se alió con Salaverry, pero fue vencido a orillas del Lago Yanacocha, cerca del Cusco, el 13 de agosto de 1835. Huyó a la capital, donde quiso continuar la revolución, pero fue deportado por Salaverry a Costa Rica. Luego pasó a Chile y estando en Santiago, junto con otros emigrados peruanos, continuó su campaña de propaganda contraria a la Confederación, que para ese entonces ya había sido establecida. Cuando Chile declaró la guerra a la Confederación, el caudillo cusqueño prestó su ayuda, regresando al Perú al lado de Manuel Bulnes, quien dirigió la Segunda Campaña Restauradora, que se apostó frente a la Rada de Ancón a inicios de agosto de 1838. Gamarra mandaba la reserva, a su lado estaban Castilla, Gutiérrez de La Fuente y Torrico, entre otros colaboradores peruanos. El ex-presidente Orbegoso secundado por el general peruano Domingo Nieto, prefecto del departamento de La Libertad, proclamaron el fin de la Confederación, pero se negaron a aliarse con la Armada Restauradora de Chile y se enfrentaron a ella, siendo derrotados en la batalla de Portada de Guía en agosto de 1838. A mediados de octubre, el caudillo cusqueño asumió la dirección general de la guerra. Luego, en Yungay Bulnes venció a Santa Cruz en enero de 1839. Entonces, Gamarra subió al poder.

Su segundo gobierno duró desde 1839 hasta 1841. En este período, el Congreso de Huancayo proclamó a Gamarra presidente constitucional con el título de Restaurador y promulgó la Constitución de 1839. Tiempo después, en Arequipa estalló una revolución liderada por Manuel Ignacio Vivanco, quien en enero de 1841 asumió la presidencia. El caudillo cusqueño se dirigió al lugar de los acontecimientos y el levantamiento fue, finalmente, sofocado en Cuevillas por Ramón Castilla, comandante en jefe de las fuerzas de Gamarra. Vivanco huyó a Bolivia.

Durante su gobierno, se dio la fundación del diario “El Comercio”, importante periódico que ha perdurado hasta nuestros días. Su fundador fue Manuel Amunátegui, de origen chileno, y su socio, el argentino Alejandro Villota. El primer ejemplar apareció el 4 de mayo de 1939. Hasta ese momento, los intentos de publicar diarios en Lima eran fugaces, pero éste logró larga vida.

Gamarra se embarcó en su última desastrosa campaña y solicitó permiso al Congreso para declarar la guerra a Bolivia. Obtenida la sanción favorable a sus planes, se enrumbó con las tropas por Ayacucho y Cuzco hasta la frontera boliviana. La guerra se declaró el 6 de junio de 1841, para acabar con los partidarios de Santa Cruz. Velasco renunció a la presidencia a favor del caudillo boliviano Ballivián, mientras la invasión peruana a Bolivia continuaba. Finalmente, el 20 de noviembre de 1841 se produjo la batalla de Ingavi, donde Gamarra murió, a la edad de 56 años. El nombre del lugar era Incahue, pero los bolivianos lo cambiaron por Ingavi, que es anagrama de Yungay. Sus restos fueron transportados de Bolivia a Lima en 1849 con gran solemnidad y enterrados en el Cementerio Presbítero Maestro. Con motivo de las exequias de este caudillo, Bartolomé Herrera preparó un sermón, que era una llamada al orden al país. Luego de su fallecimiento, el país entró a un período de Anarquía Militar.

Bibliografía

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  • ENCINA, F. A. Portales (1793-1837). Santiago de Chile, 1934.

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  • ORTIZ DE CEVALLOS PAZ SOLDAN, C. Confederación Perú-Boliviana, 1835-1839. Lima, 1972-1974, 2 vols.

Autor

  • Claudia Rosas L.