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CineBiografía

Fonda, Henry Jaynes (1905-1982).

Henry Fonda.

Actor estadounidense de teatro y cine, nacido en Grand Island (Nebraska), el 16 de mayo de 1905, y fallecido en Los Angeles (California), el 12 de agosto de 1982. Su verdadero nombre era Henry Jaynes Fonda.

Vida

Su padre regentaba una imprenta. Henry comenzó estudios de periodismo en la universidad de Minnesota. A los dos años de ingresar en la Universidad, hubo de dejar su actividad como alumno, pues la situación económica de la familia no le permitía continuar estudiando. Los padres de Marlon Brando le facilitaron el ingresar en el Teatro Comunitario de Omaha, donde pasó tres años como meritorio y quedó atrapado por un mundo y una profesión que se le revelaron como fascinantes, y que le animaron a participar en vodeviles y escribir sketchs que interpretaba él mismo. Más tarde trabajó con la compañía University Players, en donde coincide con Joshua Logan, James Stewart y Margaret Sullivan, quien se convertirá en su primera esposa. También se interesó durante algún tiempo por la escenografía. A mediados de los años treinta debuta en Broadway como primer actor, y a mediados de esa misma década inicia su carrera cinematográfica.

Firmó un contrato con Walter Wanger para interpretar cine. Su primera actuación fue en Contrastes (1935), la adaptación de una obra teatral interpretada por él mismo y dirigida por Victor Fleming. Fonda nunca olvidó las recomendaciones que le hizo acerca de las diferentes formas de interpretar en cine y teatro.

Eligió por le general sus papeles con sumo cuidado, e incluso había interpretaciones que se resistía a hacer, como fue el caso de La venganza de Frank James (1940), de Fritz Lang, película que sólo aceptó actuar en ella después de que se lo recomendase su amigo, el director Henry Hathaway.

A lo largo de los años treinta actuó en multitud de películas de muy diferente argumento: de acción, románticas, comedias, aunque también historias socialmente comprometidas. Poseía una especial capacidad de anonimato que trasladaba a los papeles, una especie de timidez superada, que eran muy del agrado del público. Al mismo tiempo, era capaz de infundir una espontánea naturalidad a situaciones que en otro actor hubiesen parecido ridículas. De este período cabe señalar su trabajo en Sólo se vive una vez (1937), también con Fritz Lang. Pese a sus trabajos con el director alemán, no se encontraba muy a gusto con él, pues lo describía como un director de marionetas.

Su desarrollo más personal lo adquirió de la mano de John Ford, quien aun a pesar de que muchos le consideraban un director de temas épicos, era alguien muy cercano a lo cotidiano, incluso al neorrealismo. No gustaba de que sus actores sobreactuasen, y ese talante coincidía muy bien con la forma de ser de Fonda. Ejemplo de ello son El joven Lincoln (1939) y, especialmente, Las uvas de la ira (1940), una producción que tenía más de las concepciones narrativas de los europeos que de las que han hecho famosos en cine a los estadounidenses.

Henry Fonda se encontraba contratado por la Fox, y la relación con la gran productora no era todo lo feliz que hubiese podido desear. Con excepción de Incidente en Ox-Bow (1943), de William A. Wellman, un western fuera de lo habitual, Fonda declaraba detestar todos los filmes de estos años. Cuando Estados Unidos entró en guerra contra Alemania, Zanuck logró retrasar la incorporación del actor a la armada, con el fin de que rodase El sargento inmortal (1943), de John M. Sthal.

Participó en la guerra del Pacífico, donde alcanzó el grado de teniente, medallas y citaciones por su valor personal. Terminado el conflicto, volvió a trabajar para la Fox, de la mano nuevamente de Ford, en Pasión de los fuertes (1946), un film sobre el argumento del duelo sucedido en O.K. Corral, pero con la perspectiva de un hecho cotidiano, que otros títulos sobre el tema han rehuido.

Henry Fonda fue siempre un actor que asumía papeles de "bueno". Alguna vez cambió, por el placer de ofrecer otro tipo de psicologías, pero eso fue más bien al final de su carrera. Sin embargo, en 1948 ya hizo un papel que lo presentó bajo una óptica distinta, donde su delgadez y contención habituales matizaban, con gran sensibilidad, una psicología más dura, más antipática. Fue cuando hizo de teniente coronel en Fort Apache, de nuevo con su admirado John Ford. Era un militar reglamentista, limpio y elegante, cuando sus compañeros van sucios y son un poco vulgares y, aunque en su momento sabe comportarse con lo exigido a un profesional del ejército, Fonda no era esta vez el hombre ejemplar y práctico que acostumbró a labrar en su carrera, con todas las excepciones que convenga tener en cuenta.

A partir de esta última película dejó el cine por un tiempo, pues sentía la necesidad de retornar al teatro. Así se mantuvo hasta 1955. A pesar de haber hecho mucho cine, sólo se sentía parcialmente satisfecho de su trabajo. Durante esos años interpretó su famoso papel de “Mister Roberts”, que algún tiempo después, cuando se pensó en su adaptación cinematográfica, le supuso un serio enfrentamiento con John Ford, el cual, al final, no rodó la película. El motivo de dicho enfrentamiento surgió porque para el papel protagonista se pensó en Marlon Brando, además de que el guión era excesivamente cómico para Fonda.

Si bien nunca buscó la publicidad, Fonda fue siempre objeto de la atención del público, en especial por sus sonoros fracasos matrimoniales y las duras relaciones mantenidas con sus hijos Peter y Jane. El hombre sosegado, tranquilo y a veces hasta injustamente perseguido (caso de su personaje en Falso culpable, película rodada en 1957 por Alfred Hitchcock), fuera de la pantalla era muy distinto. Su carácter era muy fuerte y, en ocasiones, hasta violento.

En 1957 alcanzó uno de los momentos culminantes de su carrera, cuando actuó en Doce hombres sin piedad, con una muy buena dirección de Sydney Lumet. Era el único miembro de un jurado que se oponía a la condena de un acusado, cuya sentencia parecía muy clara, pero que lograba convencer de lo contrario a los demás miembros. Para poder hacer esta película, tuvo que crear su propia productora, lo que le permitió elegir a los actores y ensayar como si se tratase de una obra de teatro.

La llegada de los años sesenta van a marcar el comienzo de su decadencia, aunque todavía ruede algunas obras importantes, que le ayudaron a seguir en primera línea; poco a poco se va convirtiendo en un actor que más incitaba a la nostalgia que a contar con él para el cine del momento. Entre su mejores actuaciones de estos años están el político de Tempestad sobre Washintagon (1962) y Primera victoria (1965), ambas de Otto Preminger.

A finales de los sesenta se traslada a Europa, aunque el único papel que merece la pena señalar es el de Hasta que llegó su hora (1968), de Sergio Leone, su casi única intervención como malvado en un film representativo del spaguetti-western europeo. En 1970, de la mano del elegante Joseph L. Mankiewicz, rueda un western irregular y crepuscular, El día de los tramposos, que contiene aciertos parciales muy estimables, entre ellos su interpretación de un alcaide de prisión, que cuenta entre sus prisioneros a Kirk Douglas (también trabajó su hijo Michael, entonces poco conocido). Un tema duro y áspero, que se revistió de comedia, con un especial sentido del humor. Ni los "malos" eran tan malos, ni los "buenos" tan buenos. Fonda, ya más que un veterano, hacía una muy ajustada interpretación de un alcaide ambiguo: buena persona y cínico a la par. Fue uno de sus últimos trabajos destacados.

Todavía haría algunas películas más, pero su presencia no era ya lo que había significado años antes. En 1981 hace prácticamente su postrera aparición en la película En el estanque dorado, de Mark Rydell, una buena interpretación, acompañado por una espléndida Katharine Hepburn, de un anciano casi decrépito y asustado por ver como la vida se le va esfumando. Consiguió el Oscar pero, aún reconociendo su valía, era más bien el premio a un hombre que se moría y con el que el cine quería saldar sus deudas.

En 1982 moría en Los Angeles un actor, padre y abuelo de actores, con una trayectoria larga y un talento demostrado. Se definió a sí mismo de la siguiente forma: "No estuve seguro de tener una meta como actor, salvo la de ser bueno y convincente. Todo lo que puede hacer un actor con un papel es interpretarlo lo mejor que pueda, intentar reflexionar sobre él lo más posible y sugerirle al espectador el mayor número de cosas".

Henry Fonda perteneció a una generación de actores que ya dejó de existir. Se comunicaba con los espectadores de una forma casi innata. Era instintivo y culto. Atractivo más que guapo, poseía unos ojos claros que causaban admiración y que tenían una gran capacidad de expresión. Fue un mujeriego empedernido y, aunque su vida fue un tanto agitada, jamás perdió los papeles y la compostura en ningún momento. Se entregó a su profesión por encima de todas las cosas, y fue de los que supo aceptar el paso de los años, adecuando sus interpretaciones a la edad que tenía, sin que ello le causase mayores dificultades. Era profundamente realista en cuanto a la forma de enfocar lo que el mundo del cine y el teatro significan para un actor. Nunca se dejo adular y manipular, siendo fiel a sí mismo en lo bueno y en lo malo.

Filmografía

Trabajos para el cine

1935: Canción de amor; Contrastes; A través de la tormenta.
1936: Viviendo en la luna; The Trail of Lonesone Pine; Spendthrift.
1937: Eso que llaman amor; That Certain Woman; Slim; Sólo se vive una vez.
1938: Lobos del norte; Volvió el amor; Ocho mujeres y un crimen; Jezabel; Blockade.
1939: Corazones indomables; Tierra de audaces; El gran milagro; Let Us Live; Young Mr. Lincoln.
1940: La reina de la canción; Las uvas de la ira; Chad Hanna; La venganza de Frank James.
1941: Me perteneces; Las tres noches de Eva; Vidas sin rumbo.
1942: The Male Animal; Su última danza; Seis destinos; Rings on Her Fingers; The Mafgnificent.
1943: Incidente en Ox-Bow; El sargento inmortal.
1946: Pasión de los fuertes.
1947: El fugitivo; Daisy Kenyon; Noche eterna.
1948: On Our Merry Way; Fort Apache.
1949: Jigsaw.
1955: Escalada en Hawai.
1956: Guerra y Paz; Falso culpable.
1957: Cazador de hombres; Doce hombres sin piedad (y productor).
1958: Sed de triunfo.
1959: El hombre de las pistolas de oro; The Man Who Understood Women.
1962: La conquista del Oeste; Tempestad sobre Washington; El día más largo.
1963: Fiebre en la sangre; Punto límite.
1964: La pícara soltera; Los desbravadores; El mejor hombre.
1965: Guerra secreta; La batalla de las Ardenas; Primera victoria.
1966: El destino también juega; Welcome to Hard Times.
1967: Los malvados de Firecreek.
1968: Brigada homicida; Tuyos, míos, nuestros; Hasta que llegó su hora; El estrangulador de Boston.
1970: El día de los tramposos; Comando en el mar de la China; El club social de Cheyenne.
1971: Casta invencible.
1972: El serpiente.
1973: Mi nombre es ninguno; Miércoles de ceniza.
1974: Los últimos días de Mussolini.
1976: La batala de Midway.
1977: Tentáculos; Los jóvenes leones; Montaña rusa; The Last of the Cowboys.
1978: Meteoro; El enjambre; Fedora; Emergencia.
1979: Wanda Nevada.
1981: En el estanque dorado.

Trabajos para televisión

1953: The Decision at Arowsmith (episodio de Medallion Theatre).
1955: Henry Fonda Presents the Star and the Story; The Petrified Forest (episodio de Producers’ Showcase).
1959: The Deputy (serie; y productor).
1967: Stranger on the Run.
1969: An Impresssion of John Steinbeck: Writer.
1971: The Smith Family (serie); The American West of John Ford.
1972: Maude.
1973: The Red Pony; The Alpha Caper.
1975: Collision Course.
1976: Captains and the Kings (serie).
1978: Home to Stay; America’s Sweetheart: The Mary Pickford Story (sólo voz).
1979: Raíces (serie).
1980: The Jilting of Granny Weatherall; Gideon’s Trumpet; The Oldest Living Graduate.
1981: Summer Solstice.

Autor

  • Santiago Sánchez González