Ehrenburg, Iliá Grigórievich (1891-1967).
Escritor y periodista soviético, de ascendencia judía, nacido en Kiev en 1891, y muerto en Moscú en 1967.
A los dieciséis años huyó a París, acusado de promover actividades revolucionarias; pero en 1917 tomó partido en contra de los bolcheviques y se pasó al bando de los blancos. A partir de 1924, habiéndose declarado de nuevo "compañero de viaje" de la Revolución, se presentó como un importante animador cultural de su país.
Publicó por aquellas fechas sus primeras novelas, entre las que sobresalen Las extraordinarias aventuras de Julio Jurenito (1922), El verano de 1925 (1926) y En la calle Protochny (1927). La clave de estos relatos estriba en las dosis de fantasía que Ehrenburg vierte en ellos, aliñada siempre con otros recursos propios de las novelas "de género" (folletín, reportaje, novela policíaca).
Visitó por primera vez España en 1932 y poco tiempo después escribió la obra titulada España, república de trabajadores (Madrid, 1932). Durante la Guerra Civil española, en una nueva estancia en la Península Ibérica, trabajó como corresponsal de guerra en la zona republicana. Pronunció varias conferencias propagandísticas e intervino en el II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas. De aquel período quedaron otros escritos como No pasarán (1936) y Guadalajara, una derrota del fascismo (1937).
Entre una y otra estancia en España, había publicado en su país El segundo día (1933), novela que celebra la implantación de los planes quinquenales propios del régimen estalinista. Esta obra le valió el reconocimiento de las autoridades de su patria. En 1946 fue nombrado miembro del Soviet Supremo, y años más tarde se le concedió el Premio Stalin de Literatura. Convertido en una figura admirada, en 1954 dio a la imprenta otra novela, El deshielo, en la que pintaba un futuro esperanzador tras la desaparición de Stalin. También escribió una novela que fue muy celebrada en su tiempo, Moscú no cree en las lágrimas.
Posteriormente, entre 1961 y 1964, fue publicando unas memorias que, bajo el título de Gentes, años, vida, sacaron a la luz a personajes y acontecimientos que habían sido relegados al olvido por la cultura oficial de su país. Así, con este broche, Ehrenburg culminó una obra en prosa que constituye un fidedigno testimonio literario de la agitada historia rusa del siglo XX.
