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ReligiónBiografía

Damián de Molokai o "Padre Damián" (1840-1889).

Religioso belga nacido en Tremeloo (Bélgica) el 3 de enero de 1840 y muerto el 15 de abril de 1889. Su nombre de nacimiento era José de Veuster.

Pasó su juventud junto a sus padres, Francisco de Veuster y Ana Catalina Wauters, en un ambiente campesino, en el que se curtió gracias al trabajo físico; a los 19 años, imbuido de un marcado espíritu religioso, profesó en la Congregación de los Sagrados Corazones en Lovaina y, más tarde, en París; a los 23 años, recibidas las órdenes menores en Malinas, pidió que lo enviasen como misionero a las Islas Hawai. En este destino, con 24 años, fue ordenado subdiácono y diácono; enseguida comenzó a desarrollar una fecunda labor evangelizadora entre los indígenas del distrito de Kohala, que le ocupó un total de nueve años. Con 33 años, pasó a ocuparse de los leprosos que vivían confinados en un lugar recóndito y de difícil acceso de la isla de Molokai.

Su trabajo con estos marginados (que eran enviados a la fuerza a este destierro) fue admirable, pues se dedicó a ayudarlos hasta la extenuación y procuró devolverles la dignidad perdida. Se recuerda, en particular, el modo en que se dirigía a ellos para presentarse como uno más: "Nosotros los leprosos"; no obstante, después de once años, lo que no era más que una licencia retórica se convirtió en una realidad, pues la convivencia permanente y sin barreras había acabado inevitablemente en una infección por lepra declarada inicialmente en la pierna izquierda y, tiempo después, extendida al resto del cuerpo.

La enfermedad acabó por destruirlo, aunque sólo después de cuatro años en los que decía sentirse "el misionero más feliz del mundo". Falleció en 1889, con 49 años, satisfecho de la obra que había desarrollado y de los seguidores (no sólo católicos sino incluso anglicanos) que dejaba detras. Exhausto ya, este misionero decía que otros habían venido en su relevo, lo que le permitía decir: "Ya no soy necesario". En los últimos meses de su vida, un admirador de su obra, el pintor E. Clifford, dejó varios retratos de este admirado personaje.

Autor

  • agm