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QuímicaBiografía

Czochralski, Jan (1885-1953).

Químico polaco, nacido el 23 de octubre de 1885 en Kcynia (Paluki), y fallecido el 22 de abril de 1953, en la misma ciudad. Su método para obtener monocristales perfectos ha hecho que pase a la historia como uno de los científicos más relevantes de su país.

Fue el octavo hijo de Franciszek Czochralski y de Marta Suchomski. Su padre, proveniente de una larga generación de carpinteros, quiso que su hijo completase su formación académica en su ciudad natal. Finalizados sus estudios, pese a haber aprobado el examen correspondiente, rechazó el certificado de matriculación porque consideró que las calificaciones obtenidas eran muy bajas. La falta de este título le impidió recibir una educación superior y le cerró las puertas de la docencia y de una carrera científica.

En 1904 se trasladó a Berlín, donde comenzó a trabajar como farmacéutico; su labor consistía en analizar minerales, grasas, aceites y metales. Permaneció un breve período de tiempo en el laboratorio Kunheim and Co. y, después, pasó a la compañía Allgemeine Elektrizitaets-Gesellschaft (AEG). Los conocimientos adquiridos en estas empresas le permitieron hacerse cargo de un laboratorio, en el que se comprobaba la calidad y pureza del acero y del hierro, y se refinaba el cobre. Estas actividades las compaginaba con la asistencia a clases de química en el Instituto Politécnico de Charlottenburg, donde obtuvo el título de Ingeniero Químico en 1910.

Czochralski introdujo el aluminio en la ingeniería eléctrica. La metalurgia se convirtió en su gran pasión y desarrolló técnicas para obtener láminas y alambres, y prensar aluminio. En 1916 desarrolló el método Czochralski de formación de monocristales, lo que le valió el reconocimiento de la comunidad científica. Este descubrimiento se produjo de forma casual: una tarde había dejado un crisol con estaño fundido y, al ir a tomar unas notas sobre un estudio que estaba realizando acerca de la cristalización, introdujo la pluma en el crisol, en vez de hacerlo en el tintero. Aunque lo extrajo rápidamente, el tiempo fue el suficiente para que un fino hilo del metal solidificado pendiese del plumín; la cristalización había comenzado en la ranura del plumín. Más tarde Czochralski descubrió que se formaba un cristal simple. La pluma la sustituyó por un capilar con una semilla de cristal que se desea hacer crecer. Esta técnica fue completamente olvidada a partir de la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, recobró importancia en la década de 1950, cuando los estadounidenses G. K. Teal y J. B. Little la redescubrieron a escala industrial para emplearla en la obtención de semiconductores en los Laboratorios Telefónicos Bell.

En 1917 viajó a Frankfurt, donde continuó sus estudios sobre la anisotropía de la dureza de los cristales simples, de gran importancia para el tratamiento plástico de los materiales. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, retornó a su país de origen requerido por sus notables progresos industria alemana y obtuvo una plaza de profesor en la Universidad Tecnológica de Varsovia. Reorganizó su equipo de trabajo: el Departamento de Ciencias del Metal y la Metalurgia en la Universidad Tecnológica de Varsovia y el Instituto de Ciencias del Metal y la Metalurgia; en ambos organismos llevó a cabo trabajos para el Ministerio de Defensa, al estallar la Segunda Guerra Mundial, estos fueron considerados secreto de estado y nunca se han publicado. Mantuvo la línea de investigación que había desarrollado en Alemania y consiguió cristales simples por recristalización del material inicial.

Estaba muy interesado en el crecimiento industrial de Polonia, lo que hizo que subvencionase estudios arqueológicos y prospecciones petrolíferas en el país. Durante la Segunda Guerra Mundial quiso colaborar con la causa polaca y se aprovechó de sus contactos en Alemania y de su dominio del idioma. Sabía que corría el riesgo de ser acusado por parte de ambos gobiernos, lo que sucedió al finalizar el conflicto. El Rector de la Universidad Tecnológica de Varsovia le impidió que continuase su labor docente e investigadora por considerarle culpable de cooperar con los alemanes. Quedo profundamente defraudado por la desconfianza de sus compatriotas y regresó a Kcynia, donde fundó una empresa de droguería y cosmética BION. Una afección cardiaca terminó con su vida en la misma ciudad que lo había visto nacer.

Autor

  • Virginia Martín Torres