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PinturaBiografía

Codesido y Estenós, Julia Manuela (1883-1979).

Pintora peruana, una de las más destacadas del siglo XX. Perteneció al grupo de pintores indigenistas formado alrededor del maestro indigenista peruano José Sabogal, los cuales destacaron por su tenaz compromiso político con el indígena y la reivindicación del paisaje y los hombres peruanos autóctonos a través de la pintura. Julia siguió esta corriente ideológica, pero a partir de los años cuarenta desarrolló su propio estilo, un expresionismo peruanista de tendencia naif. Julia no solamente combinó su preocupación artística con las cuestiones sociales y políticas referidas al problema del indígena, sino que, junto a la generación de mujeres intelectuales a la que perteneció, luchó también por las reivindicaciones feministas que surgieron en las primeras décadas del siglo XX.

Julia fue hija del jurista y diplomático Bernardino Codesido Oyague y de Matilde Estenós Carreño. Nació en Lima el 5 de agosto de 1883. Acerca de su fecha de nacimiento siempre hubieron algunas dudas, pues Julia -debido a motivaciones personales- deseó aparecer con menor edad y por lo tanto evitó indicar una fecha precisa. Sin embargo, al hacer su testamento, le confió al notario su verdadera edad y éste, al fallecimiento de ella, comprobó que Julia había nacido en 1883, y no en 1892 como lo indicaba su pasaporte.

Pasó su infancia acompañada de su hermana mayor Matilde y su hermano menor Bernardino José. Estudió en el Colegio San Pedro, ubicado en el centro de la ciudad de Lima, y terminó sus estudios en 1899. Cuando ella tenía veinte años, debido al quehacer profesional del padre, la familia Codesido viajó a Europa para vivir en Suiza, Francia, Inglaterra y España.

A inicios del siglo XX, Europa se encontraba en pleno auge de la "Belle Epoque", años que se caracterizaban por los refinamientos y el Art Déco, estilo de decoración que siguió al modernismo o art nouveau. Fue entonces que Julia empezó a interesarse por el arte. Su padre la alentaba y la llevaba a conocer los diferentes centros culturales. Ella frecuentó los museos y galerías de las principales ciudades europeas y analizó, cuadro por cuadro, las obras de los grandes maestros. Su hermana Matilde, menos interesada en el arte, se sentía atraída por la vida pomposa y elegante de las tertulias y reuniones sociales. Su hermano Bernardino José se dedicó a los estudios de Ingeniería química en Lausanne, pequeña ciudad en la parte francesa de Suiza. El 5 de noviembre de 1908, el padre de Julia fue nombrado cónsul del Perú en Liverpool, y el 20 de enero de 1913 empezó a desempeñar el mismo cargo en Burdeos.

Cuando la familia retornó en 1918 a Lima, a la edad de 35 años, Julia se inscribió como una de las primeras alumnas en el taller del destacado pintor peruano Daniel Hernández en la recién fundada Escuela Nacional de Bellas Artes.

El 15 de abril de 1919 empezaron sus clases de pintura, escultura y dibujo. Un año después, el pintor indigenista peruano José Sabogal fue nombrado profesor auxiliar de pintura de la Escuela Nacional de Bellas Artes y, en 1922, debido a la impresionante destreza y motivación del artista, Julia y otros estudiantes solicitaron el traslado del taller del pintor escolástico Hernández al taller del indigenista Sabogal.

La conversión de Julia al indigenismo tuvo sus inicios en estos años, cuando ella comprendió el postulado de Sabogal de expresar la reivindicación del hombre y del paisaje peruano autóctono a través del lenguaje pictórico. Julia alguna vez dijo: "El indio peruano es para mí una revelación humana de fuerza, resignación, paciencia y fe". Aunque Julia saliera en 1924 como integrante de la primera promoción de la Escuela, siguió allí llevando cursos de perfeccionamiento y asistiendo a su profesor Sabogal.

Fue por estos años que se acercó a las reivindicaciones feministas propugnadas por María Jesús Alvarado Rivera y por la primera organización feminista del Perú "Evolución Femenina", fundada en febrero de 1914 por María Jesús. Julia apoyó la campaña para la Reforma del Código Civil peruano de 1851 -vigente aún-, emprendida en 1922 por "Evolución Femenina", junto a la otra famosa pintora Carmen Saco.

Las feministas de "Evolución Femenina" criticaron los artículos del Código Civil que sometieron a las mujeres casadas al poder de sus esposos. Mediante peticiones enviadas a la Comisión encargada de la Reforma del Código Civil reclamaron los derechos de las mujeres casadas y trataron de tomar influencia en las decisiones de la Comisión. En la petición del 18 de noviembre de 1922 se halla entre las firmas de otras feministas también la firma de Julia.
Cuando el "Consejo Nacional de Mujeres del Perú" fue creado en Lima el 3 de marzo de 1923, Julia fue nombrada como subsecretaria, formando parte de la junta directiva, en la que participó entre otras María Wiesse, esposa del pintor Sabogal.

Tanto ideas feministas como ideas indigenistas fueron temas de interés en el grupo de intelectuales, obreros e indigenistas formado en los años veinte alrededor del marxista José Carlos Mariátegui. Mariátegui brindó a todas las ideas de índole revolucionaria y reivindicatoria una tribuna de expresión a través de la revista mensual "Amauta", fundada por él en 1926.

El arte de Julia fue comentado en enero de 1928, en el número 11 de esta revista, mediante un artículo que también incluyó fotografías de cuatro óleos suyos: "Tapicera India", "Arcilla Quechua", La Quena" e "Indio Aimara". En mayo de 1929, en el número 23 de "Amauta", se publicaron otras tres fotos de sus óleos: "Manta Limeña", una diferente versión de "La Quena" y "El Arriero".

En diciembre de 1929, en el número 27 de "Amauta", la escultora y pintora peruana Carmen Saco comentó de manera sumamente positiva la primera muestra individual de Julia. La muestra tuvo lugar en la Sala de la Academia Nacional de Música Alcedo en Lima, en donde Julia expuso tanto obras adscritas a la corriente indigenista que propugnaba Sabogal, como también algunos "Desnudos" y otras composiciones académicas que reflejaron la influencia de la etapa escolástica bajo la tutela de Hernández.

En 1930 falleció el padre de Julia. En los últimos años de su vida, Bernardino Codesido había empezado a dedicarse al arte, pues por una serie de dolencias fue obligado a permanecer en cama, usando la pintura como una distracción de sus dolencias. Utilizando como base para su obra las reproducciones de pinturas de algunos maestros, Bernardino comenzó a pintar en planchas de cartón. En muy pocas ocasiones se inspiraba a través de su propia imaginación. A Julia nunca le agradaron los ensayos artísticos de su padre. Ella empezó a esconder sus cuadros porque no le parecieron dignos de ser mostrados. Cuando Julia murió, muchos de los cartones pintados por su padre fueron encontrados. Cinco de ellos fueron expuestos por primera vez en la Galería de Arte Moll en Lima en mayo de 1980.

En 1931, el año de la muerte de su madre, Julia fue nombrada profesora de dibujo y pintura de la Escuela Nacional de Bellas Artes. El mismo año expuso su obra en la Sala Principal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima. Cuatro años después viajó a México, donde estudiaba el arte surgido a raíz de la Revolución. Se amistó con los llamados "pintores rebeldes", los famosos muralistas José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Ellos se interesaron mucho por la obra de Julia y la elogiaron en las mejores palabras. En abril de 1935 inauguraron su exposición individual en la Galería de Exposiciones del Palacio de Bellas Artes de México. El catálogo lo presentó Siqueiros. En 1936 realizó una muestra en la Galería Delphic Studios de New York, cuya propietaria era amiga de Orozco. En los años siguientes le sucedieron exposiciones individuales en San Francisco, en Santa Bárbara, en Lima, en París, en Buenos Aires, en México, en Trujillo y en Barcelona.

En los años cuarenta, el indigenismo se volvió pintoresco, perdiendo las intenciones reivindicatorias de Sabogal, su iniciador. Julia en cambio, jamás se apartó de los principios ideológicos del indigenismo. A pesar de mantenerse en lo pictórico no cayó nunca en el folclorismo vernáculo, más bien aplicó un lenguaje de carácter universal. Fue a partir de este momento que Julia empezó a desarrollar un estilo propio dentro del indigenismo sabogalista, el llamado expresionismo peruanista de fuerte tendencia naif.

El 27 de julio de 1943 renunció a su cargo de profesora de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Fue un acto de solidaridad hacia Sabogal, pues éste fue subrogado de su cargo de director y por lo tanto se retiró también del profesorado. En estos años, Julia recorrió en frecuentes viajes el interior del país para inspirarse en sus paisajes y poblados, que le servían de fuente para la creación de sus dibujos, xilografías, acuarelas, témperas y óleos.

Hasta la década del cuarenta, Julia vivía en la casona de la familia en el centro de Lima. Detrás del zaguán de la casa se veía un acogedor patio interior con áreas verdes llenas de geranios y plantas tropicales. Al medio había una fuente de agua con azulejos sevillanos. Sabogal había pintado un mural en la pared del traspatio. El borde de la fuente era el lugar preferido de Julia para sentarse, conversar y recordar los años que había pasado en la Escuela de Bellas Artes. A comienzos de la década del cuarenta, el alcalde de Lima ordenó la remodelación y la ampliación del jirón Cuzco en el centro de Lima, lo cual significaba la expropiación y demolición de la casa colonial donde habitaba Julia.

Julia entonces se hizo construir una casa en un terreno rústico del distrito limeño Pueblo Libre. Ella misma dirigió las obras de construcción. Con la ayuda de Sabogal había diseñado su futuro hogar, siempre teniendo en cuenta su especial funcionalidad de casa-taller.

Sabogal falleció en 1956, cuando la casa estaba a punto de concluirse. Una de las particularidades de la casa, de un solo piso y rodeada por jardines silvestres, era el excelente aprovechamiento de la luz. En esta casa, el lugar predilecto de Julia era un rústico banco, en el cual se sentaba para descansar y reflexionar junto a su perro. La parte más grande y mejor iluminada de la casa era dedicada al taller de pintura, compuesto tan sólo por un gran caballete y una mecedora.

Para la realización de sus creaciones artísticas, Julia necesitaba encontrar la paz interior, hallada con mayor facilidad en las afueras de la ciudad. Por ello, en los años cincuenta edificó en una urbanización en las afueras de Lima, entre Chaclacayo y Chosica, una pintoresca casa de una sola habitación. Allí pudo contemplar los paisajes rurales e inspirarse para la composición de sus siguientes cuadros. También le pertenecía una sencilla casa de un solo ambiente en el balneario de Punta Negra, en donde se calmaba con la vista al mar. Las dos casas fueron vendidas en los años setenta, cuando Julia empezaba a salir menos de su hogar en Pueblo Libre.

Julia mantuvo durante toda su vida una gran amistad con la pintora Teresa Carvallo, a quien la conoció en 1919 al ingresar a la Escuela Nacional de Bellas Artes, y con la escultora boliviana Marina Núñez del Prado, residente en el Perú. Estas amistades le ayudaron a pasar los últimos años de su vida, cuando poco a poco aumentó su soledad, pues su hermana murió en 1945 y su hermano en 1950. La única de la familia que la sobrevivió fue su sobrina Cristina, única hija de su hermano Bernardino José y última portadora del apellido Codesido en el Perú.

En 1976, el Premio de Cultura en el área de Arte le fue otorgado a Julia. Tres años después, Julia falleció en su casa a consecuencia de un paro cardíaco el 8 de mayo de 1979. Sus telas y xilografías se conservan tanto en los museos de Arte Moderno de New York y San Francisco y en el Jeu de Paume en París, así como en colecciones públicas y privadas en diferentes lugares del mundo.

Bibliografía

  • MARIÁTEGUI, José Carlos: Amauta, revista mensual vanguardista. Lima, 1926 y 1930.

  • CLERICI, Annina: Die erste Etappe der peruanischen Frauenbewegung. Ein Überblick vom ersten feministischen Grundsatzprogramm im Jahre 1911 bis zur Gewährung des Frauenwahlrechts im Jahre 1955. Tesis. Zürich, 1996.

  • MILLA BATRES, Carlos: (Ed.). Diccionario histórico y biográfico del Perú. Siglos XV-XX. Tomo II. Lima 1986.

  • MOLL, Eduardo: Julia Codesido. Lima, 1990.

  • TAURO, Alberto: (Ed.). Enciclopedia ilustrada del Perú. Síntesis del conocimiento integral del Perú, desde sus orígenes hasta la actualidad. Tomo II. Lima, 1987.

Autor

  • Annina Clerici.