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HistoriaPolíticaBiografía

Baquíjano de Beascoa y Carrillo, José Javier Leandro (1751-1817)

Político y escritor peruano, tercer conde de Vista Florida, nacido en Lima el 3 de marzo de 1751 y muerto en Sevilla el 24 de enero de 1817, que fue una de las figuras de letras más relevantes de la Ilustración, y está considerado el precursor de la Independencia del Perú.

Vida

Era hijo de Juan Bautista de Baquíjano y Urigüen, primer conde de Vista Florida, natural de Yurreta (Vizcaya), y de María Ignacia Carrillo de Córdoba y Garcés de Marcilla, nacida en Lima. Estudió primero en el Colegio de jesuitas de San Martín y luego en el seminario de Santo Toribio. En 1765 se gradúa de bachiller en cánones y, ese mismo año, de licenciado y doctor; muy pronto regentó una clase en Santo Toribio, y en 1769 se licenció en leyes.

En 1771, cuando Agustín de Gorrichátegui fue nombrado obispo de Cuzco, se lo llevó de secretario, para tomar parte en el VI Concilio provincial de Lima (1772). A finales de este año hizo una breve visita a Cuzco. En 1773 fue nombrado asesor del Cabildo y del Consulado y comenzó a preparar su viaje a Europa; con todo, antes de embarcar, extendió un poder para testar. En Sevilla trató a Olavide y en Madrid se puso en contacto con Grimaldi, Floridablanca y Campomanes. Regresó al Perú a mediados de 1777.

En 1778 fue regente de la cátedra de Instituta en San Marcos de Lima y protector interino de indios; al año siguiente era fiscal interino del crimen de la Audiencia de Lima y censor laico en ocasiones.

Su labor literaria comenzó con el Elogio del Excmo. Sr. D. Agustín de Jáuregui y Aldecoa, caballero de la Orden de Santiago, teniente general de los reales ejércitos, virrey, gobernador y capitán general de los reinos del Perú (Lima, 1781) que, apenas aparecido, fue mandado retirar y destruir por el Consejo de Indias, por su espíritu moderno y enciclopedista, y porque no se recataba de citar a Montesquieu, Linguet y Raynal, aunque al parecer en la forma literaria no estuvo muy afortunado. No obstante pudo ser catedrático de la Universidad de San Marcos, cuya reforma propuso en 1783, sin éxito, en sesiones tumultuosas, lo mismo que la del claustro en 1788. Aunque su situación fue apurada en varias ocasiones, no fue verdaderamente perseguido hasta el momento mismo de la Independencia. En 1786 se quemó el Elogio, y con él los libros de Montesquieu, Marmontel, Raynal, Linguet, Maquiavelo, y la Enciclopedia, que Baquíjano poseía.

Se le deben algunos ejercicios de corte universitario, como Relectio extemporanea ad explanationem legis Pamphilo XXXIX (Lima, 1788) y Alegato que en la oposición a la Cátedra de Prima de Leyes de la Universidad de San Marcos (id., 1788). Fue miembro destacado de la Academia Filarmónica, fundada en 1787. Sus promotores fundaron también la Sociedad Económica de Amigos del País, de Lima, cuya tarea más importante fue la publicación de El Mercurio Peruano (Lima, 1791-1795), en el que colaboró ampliamente Baquíjano con el pseudónimo de "Cephalio", en el que insertó trabajos sobre Historia del mineral de Potosí, Disertación histórica y política sobre el comercio del Perú y otros. Fue uno de los redactores de las Constituciones de la Sociedad, aprobadas en 1792.

En 1792 obtuvo en San Marcos la cátedra de Prima de Cánones; también ese año obtiene la gran cruz de Carlos III. Hasta 1793 preside la Sociedad, y era también correspondiente de la Vascongada. A comienzos de 1793 se embarcó para España. En el viaje se detuvo en Cuba, se hizo amigo del capitán general Luis de las Casas, y colaboró en El Papel Periódico, órgano de la recién fundada Sociedad Económica de La Habana.

De 1799 a 1802 residió en Cádiz. En 1806 fue nombrado oidor de la Audiencia de Lima, pero no tomó posesión hasta un año más tarde y, en 1809, heredó el título. En 1812 fue consejero de Estado, en cuya ocasión se celebraron en Lima grandes fiestas, según el opúsculo Breve descripción de las fiestas celebradas en la capital de los Reyes del Perú con motivo de la promoción del Excmo. Sr...al Supremo Consejo de Estado. Con una regular colección de algunas poesías relativas al mismo objeto (Lima, 1812).

Según Mendiburu, el virrey Abascal desconfiaba de él. Se decía que era partidario de la Independencia, y que haría estallar la revolución sobre la base de una Sociedad filantrópica que daba a luz el periódico Satélite del peruano (1812), pero lo cierto es que sus ideas independentistas eran sólo teóricas, y nunca quiso tomar parte en ninguna acción subversiva. En 1812 se dirigió por Panamá a La Habana, donde fue tan bien recibido como en la vez anterior, y al año siguiente se embarcó hacia Cádiz. Al abolirse en España la Constitución, como los demás consejeros, quedó con sólo honores y tratamiento; se dijo incluso que se prestó a colaborar con el gobierno absolutista, pero este es un dato erróneo, pues Fernando VII le obligó a salir de la Corte y lo tuvo confinado en Sevilla.

Bibliografía

  • PALAU Y DULCET, Antonio. Manual del librero hispanoamericano [2ª ed.], (Barcelona: 1948-1977).

Autor

  • A. Gil Novales