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HistoriaBiografía

Baltasar Carlos de Austria, Príncipe de Asturias (1629-1646).

Príncipe de Asturias, nacido el 17 de octubre de 1629 y muerto el 9 de octubre de 1646 en Zaragoza. Se le atribuyó el sobrenombre de "el malogrado". Fue hijo de Felipe IV y de su primera esposa Isabel de Borbón.

De los diez embarazos que tuvo su madre, sólo el príncipe Baltasar Carlos y su hermana, la infanta María Teresa (futura esposa de Luis XIV de Francia), llegaron a la pubertad, por lo que su nacimiento fue acogido con entusiasmo por el pueblo español, que veía así asegurada la continuidad dinástica. Su llegada al mundo fue celebrada con un Te Deum en la capilla real y diversas celebraciones en la corte y las distintas ciudades del reino, tales como corridas de toros, mascaradas, fuegos artificiales o juegos de cañas. Algunos historiadores afirman que su nombre se debe a que se realizó un sorteo entre los nombres de los tres Reyes Magos, como años atrás había sucedido al elegir el nombre de Gaspar de Guzmán, conde-duque de Olivares. El príncipe Baltasar Carlos fue bautizado el 4 de noviembre de 1629 en la parroquia de San Juan, que comunicaba con el palacio real y fueron sus padrinos su tío, el infante don Carlos, y la infanta doña María, que a la sazón era reina de Hungría. En la ceremonia fue llevado en brazos por la condesa de Olivares, camarera mayor de la reina Isabel, en una silla de cristal de roca, la más preciosa de las alhajas que hubieran visto los presentes.

Baltasar Carlos de Austria fue jurado como príncipe de Asturias el 7 de marzo de 1632 en una solemne ceremonia celebrada en el monasterio de San Jerónimo, estando presentes los infantes, la nobleza y las Cortes de Castilla, que hicieron el juramento en nombre de todo el reino, aceptándolo como heredero al trono de España.

Durante su niñez sufrió una enfermedad de la que se curó después de visitar la ermita de San Babilés, en Boadilla del Monte. El rey otorgó a la ermita, como agradecimiento, una contribución de 300 reales y 6 maravedíes.

Su educación corrió a cargo de su aya, doña Inés, condesa de Olivares, y en ella también participó estrechamente su marido, lo que causó en la corte comentarios sobre su posible captación por parte de los Olivares para conservar sus influencias cuando el príncipe Baltasar Carlos reinase en el trono de España; su ayo fue el marqués de Miravel. En 1640 Diego Saavedra Fajardo escribió para el príncipe Baltasar Carlos un manual de educación de príncipes, titulado Idea de un Príncipe político cristiano representada en cien Empresas, aunque en la dedicatoria hizo constar su principal destinatario. Cantari describe al príncipe a los trece años como un buen estudiante que hablaba y entendía varias lenguas.

El 28 de mayo de 1642 el príncipe Baltasar Carlos ejerció de padrino en la boda del hijo bastardo del conde-duque de Olivares, Enrique, celebrada en la capilla del Alcázar, lo cual da una muestra de las buenas relaciones entre el heredero del trono y el valido. En la corte se rumoreaba que el príncipe debiera gozar de casa propia, como había sucedido con los anteriores herederos de España y que el hecho de que no la tuviera se debía a que Olivares no quería dejarle apartarse de su lado para evitar posibles influencias negativas contra su persona. Las reticencias del valido a poner casa al príncipe Baltasar coadyuvaron a su caída como valido, junto con la influencia de los hermanos del rey y de la reina Isabel.

El domingo 4 de junio de 1646 fue el primer día que el príncipe Baltasar Carlos cenó en su habitación. Fue nombrado sumiller de corps don Fernando de Borja y caballerizo mayor don Luis de Haro; ejercieron como gentiles hombres de su cámara el conde de Coruña, el de Alba de Liste, el marqués del Este y el de Flores Dávila; asimismo fueron designados seis ayudas de cámara, un guardarropa y los demás oficios menores.

En 1644 se empezó a buscar esposa al futuro rey de España. El primer proyecto fue casar al príncipe con una princesa de Inglaterra, que aseguraría la alianza anglo-española frente a Francia, pero fue desechado. Finalmente fue prometido a su prima, la archiduquesa Mariana de Austria, hija de su hermana, la reina María de Hungría. Este enlace fue muy del gusto del príncipe, como él mismo manifestó en su correspondencia privada.

Desde principios de 1645, tras la muerte de su madre, el príncipe Baltasar Carlos comenzó a aprender su futuro oficio de rey asistiendo a los despachos de su padre. Acompañó a Felipe IV en su expedición a Zaragoza, donde las cortes de Aragón le juraron fidelidad el 11 de marzo de 1645. Al año siguiente volvió a acompañar a su padre en su viaje al norte de España. En abril, durante la preparación de la ceremonia de jura por parte de las cortes de Navarra, cayó gravemente enfermo tras un partido de pelota vasca. Pudo recuperarse lo suficiente para la ceremonia, que se celebró el 25 de mayo, tras lo cual la familia real se retiró a Zaragoza.

El 2 de octubre de 1646 comenzó a manifestarse la enfermedad que le llevaría a la muerte. Dos días después asistió a la iglesia de San Francisco, para ganar la indulgencia del jubileo que se celebraba en Zaragoza. El día 5 empeoró y le aumentó la fiebre que, aunque descendió a la mañana siguiente, sufrió una recaída de la que no se recuperó. Le fue administrada la extremaunción el 9 de octubre y falleció esa misma noche. Se creyó que la causa de su muerte habían sido unas viruelas malignas, pero tras ésta don Pedro de Aragón confesó que había permitido al príncipe pasar una noche con una prostituta, lo cual podría haber sido la causa de su enfermedad. Don Pedro, por no revelar oportunamente el exceso, cayó en desgracia. Fue enterrado en el Real Monasterio del Escorial, a pesar de la petición de los aragoneses de que fuese enterrado en Zaragoza.

Conservamos un retrato del príncipe Baltasar Carlos pintado por Velázquez en 1636 en el que su ayuda de cámara entregaba una lanza al conde duque de Olivares para que éste, en su calidad de instructor, se la entregase al príncipe. De este cuadro se realizó una copia entre 1643 y 1646 en la que se eliminó la figura del conde-duque. En 1646 los zaragozanos levantaron un obelisco en su memoria y fue honrado en sus poemas por Juan Francisco Andrés de Uztarroz. Pero también han llegado hasta nosotros composiciones satíricas sobre su persona, como esta, que se atribuye al almirante de Castilla: Príncipe: mil mentecatos / murmuran, sin Dios ni ley / de que habiendo de ser el Rey / os andéis capando Gatos. / Y así, yo de vos espero / que tan diestro quedaréis / que, en siendo grande, capéis / al gato más marrullero (Olivares).

Bibliografía

  • FISAS, C. Historia de las reinas de España. La Casa de Austria. Barcelona, 1996.

JMMT

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero